La estrategia contra la
inseguridad que el Gobierno federal lanzó en Tamaulipas fracasó.
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Al cumplirse ayer tres años de la
puesta en marcha del plan, la violencia no sólo no fue contenida, sino que se
ha recrudecido con el desafío de los cárteles del narcotráfico que controlan
las aduanas fronterizas y actividades delictivas como el secuestro, la
extorsión, el tráfico de migrantes y los asaltos en carreteras.
Muestra de ello es que, según
cifras de la Procuraduría de Tamaulipas, los homicidios se dispararon 32 por
ciento entre el 2013 y el 2016, y entre enero y marzo pasados -los datos
oficiales más recientes- ya se contabilizaban 328 homicidios, 17 por ciento más
que los 281 denunciados en el primer trimestre del 2014.
Foto.-Internet/ |
Anunciada por el Secretario de
Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, el 13 de mayo del 2014 en Reynosa ante
el recrudecimiento de la violencia, la estrategia consistía en fraccionar a
Tamaulipas en cuatro zonas, operar cuatro fiscalías regionales y redoblar
vigilancia en puertos, aeropuertos y rutas terrestres, así como el despliegue
de elementos y tecnología de vanguardia en carreteras y puntos estratégicos.
Los objetivos eran desarticular a
los cárteles, sellar las rutas del tráfico de dinero, armas, drogas y personas,
disminuir los índices delictivos y garantizar instituciones locales de
seguridad eficientes y confiables.
"Vamos a restablecer las
condiciones que permitan a los tamaulipecos recuperar la tranquilidad que se
merecen", expresó Osorio. La tranquilidad nunca llegó.
Incluso, algunas ciudades viven
hoy una crisis de seguridad tan grave como la que se desató a fines de la
década pasada cuando el Cártel del Golfo (CDG) y su brazo armado, los Zetas, se
fracturaron y desataron una guerra encarnizada por el narcopoder.
Apenas este 22 de abril, Reynosa
vivió el caos de una batalla tras el abatimiento del capo Juan Manuel Loza,
"El Comandante Toro", y desde entonces ha sido una zona de guerra de
grupos criminales que buscan ser dueños absolutos de la plaza y cuyos
enfrentamientos han dejado al menos 25 muertos.
Las cifras de la Procuraduría
tamaulipeca corroboran el fracaso de la nueva estrategia.
En el 2016, último año completo
de implementación del plan federal, se reportaron mil 384 homicidios en el
Estado frente a mil 046 del 2013, cuando aún no se aplicaban las nuevas medidas
de seguridad.
Y la tendencia ha permanecido, ya
que hubo mil 368 asesinatos en todo el 2014 y mil 279 casos durante el 2015.
El panorama no ha cambiado en el
inicio de este 2017.
Entre enero y marzo pasados, la
situación se repitió con otros delitos de alto impacto, como el secuestro o la
extorsión.
En el primer trimestre de este
año, y sin contar la cifra negra de casos que no se reportan, se presentaron 49
denuncias por secuestro, 48 por ciento más que los 33 casos de enero a marzo
del 2016.
En el primer trimestre del 2017,
Tamaulipas tuvo la tasa más alta de plagios a nivel nacional, al registrar 1.35
secuestros por cada 100 mil habitantes.
El caos en seguridad también
alcanzó a los penales. En la cárcel de Victoria este año se han registrado cuatro
motines, que han dejado cinco muertos y la fuga de 29 reos.
En el caso más reciente de
violencia, el pasado 10 de mayo la activista sobre desaparecidos Miriam
Elizabeth Rodríguez Martínez fue asesinada por sujetos armados que le
dispararon cuando llegaba a su domicilio, en San Fernando.
El homicidio se registró a pesar
de que la activista tenía vigilancia estatal.
En estos tres años, las Policías
locales prácticamente desaparecieron en todos los municipios y el Estado tiene
un déficit de más de 7 mil elementos.
El Gobernador panista Francisco
García Cabeza de Vaca ha señalado que actualmente el Estado tiene sólo 2 mil
700 policías estatales, pero que se requieren al menos 10 mil.
La crisis persiste a pesar de que
desde el 2011, al inicio del sexenio del Gobernador priista Egidio Torre Cantú,
Tamaulipas destinó más de 3 mil millones de pesos al año en seguridad.
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