La cacería de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) comenzó apenas el lunes 4 de mayo, tres días después de la muerte de seis militares que viajaban en un helicóptero de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) derribado por tiradores selectos del grupo criminal.
Sin embargo, una semana después de los acontecimientos el panorama se complica tras el fallecimiento de dos militares que iban en el Cougar 1009 y una mujer de la Policía Federal que resultó herida de gravedad el mismo día del ataque con lanzacohetes.
Ahora el ejército mexicano suma ocho fallecidos (en la aeronave viajaban 6 tripulantes y 11 soldados de Fuerzas Especiales, más 2 efectivos de la Policía Federal), es decir la mitad de la dotación que fue enviada ese día a detener a varios operadores del CJNG en una ranchería cerca de Vila Purificación.
Para responder al ataque del cártel y sus consecuencias mediáticas y sus repercusiones políticas y de seguridad en todos los niveles, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) movilizó tropas del 1er y 3er Regimientos Blindados de Reconocimiento con sede en Temamatla, Estado de México, bajo el mando del general brigadier Martín Montaño Ulloa.
El Regimiento que comanda el general Montaño está integrado por cinco jefes, 59 oficiales y 500 de tropa. Esta unidad, que tiene su base en las instalaciones del Campo Militar 37-B, es la misma que además tiene la misión de evacuar a la población civil que vive en las faldas del volcán Popocatépetl.
Otra unidad desplegada en Jalisco es la 1ª Brigada Blindada cuya base está en el estado de Puebla. Esta unidad fue enviada a reforzar los operativos de seguridad en Michoacán y regresó a sus instalaciones, de donde fue asignada hace una semana para sumarse a la respuesta de la Sedena y del gobierno federal al CJNG.
Las tropas enviadas a Jalisco operan de manera coordinada y bajo las órdenes del General de División Miguel Gustavo González Cruz, comandante de la V Región Militar con sede en La Mojonera, y quien tiene bajo su jurisdicción a seis Zonas Militares: la 15ª Zona Militar (Zapopan, Jalisco; Comandante, General Javier Cruz Rivas), la 20ª Zona Militar (Colima, Colima; Comandante, General Francisco Ortiz Valadez), la 41 Zona Militar (Puerto Vallarta, Jalisco; Comandante, General Raúl David Guillén Altuzar), la 14ª Zona Militar (Aguascalientes, Aguascalientes; Comandante, General Juan Manuel Espinosa Valencia), la 13ª Zona Militar (Tepic, Nayarit; Comandante, General Miguel Andrade Cisneros), y la 11ª Zona Militar (Guadalupe, Zacatecas; Comandante, General Antelo Rojas Yañez).
La estructura militar que desde hace una semana opera en el sureste de Jalisco en busca de los líderes del CJNG, y en particular de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, estaba formada, hasta antes del derribo del helicóptero Cougar, por 11 mil 800 elementos.
Tras la decisión de alto mando de enviar regimientos y brigadas blindadas a Jalisco, la fuerza operativa se incrementó en casi dos mil elementos más, soportando a una dotación de mandos pocas veces vista.
Documentos de la Sedena sobre su distribución territorial indican que en la V Región Militar operan 29 generales, 303 Jefes, 1,777 Oficiales y 9,751 elementos de tropa. A este estado de fuerza se sumaron 1,200 militares más para enfrentar al CJNG, en una contraofensiva inédita, solo comparable a los despliegues ordenados por el ex presidente Felipe Calderón tras iniciar su guerra contra los cárteles de la droga.
Tropas de Infantería y del Cuerpo de Fuerzas Especiales operan y detienen desde hace una semana, en el mayor sigilo posible, a los halcones, sicarios y jefes de seguridad del Mencho, a quien el gobierno federal estuvo a punto de detener dos días antes del ataque al Cougar 1009 de la Fuerza Aérea.
Decenas de policías federales se unieron al contingente militar enviados desde la Ciudad de México. Su apoyo será tangencial, desde lejos, porque la afrenta no fue contra ellos. Además del ataque y la humillación, el asunto del derribo del Cougar se volvió pleito personal entre el Ejército y el Cártel de Jalisco, como ocurrió en su momento con los Zetas, formados originalmente por militares dados de baja y militares desertores.
Una segunda fase de la operación contra Oseguera Cervantes la lleva la Fuerza Aérea, dolida y exhibida tras el ataque con lanzacohetes RPG-27 en contra de una de las aeronaves más avanzadas y equipadas con la que cuenta la FAM: el helicóptero EC-725 Cougar, de fabricación francesa, artillado, blindado y equipado con sistemas de defensa y posicionamiento y con un a los cercano a los 27 millones de euros.
Para apuntalar la misión de sacar de donde sea al Mencho y a su gente, la FAM tiene tres sistemas aéreos no tripulados en la zona. Son la base de sus pesquisas para dar con el líder del cartel, checando con sus ojos en el cielo los lugares en los que puede moverse incluso de madrugada.
Opera esta parte de la misión con dos aparatos israelíes Hermes, de la empresa Elbyt Systems, equipados con toda clase de adelantos pero sin armamento. Además, la Fuerza Aérea emplea también equipos Gavilán y Guerrero, fabricados por la empresa mexicana Hydratechnologies, con sede en Guadalajara, Jalisco.
El inusitado despliegue militar ocupa los principales tramos carreteros y brechas, caminos y pasos desde Autlán de Navarro y hacia Villa Purificación (zona en la que ocurrió el ataque al Cougar) y el poblado de Casimiro Castillo, formando un triángulo en el que las unidades blindadas y grupos de fuerzas especiales se desplazan sobre blancos específicos y otros que van surgiendo conforme avanzan en la búsqueda de los responsables del derribo.
Fuente.-@JorgeMedellin95/Vaxtamaulipas(imágenes)
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