Tamaulipas es un estado sin ley. Un lugar donde los
“enfrentamientos violentos entre elementos criminales rivales y/o el Ejército
mexicano pueden ocurrir en cualquier sitio a cualquier hora del día”. Así lo
expresa oficialmente
Estados Unidos en un durísimo documento destinado a servir de guía a
sus ciudadanos y que alerta de la inseguridad en 20 estados al sur del Río
Bravo. El más golpeado por el análisis es Tamaulipas.
La zona, situada al noreste de México y con 17 pasos
fronterizos a EEUU, vive desde hace
años colapsada por el infernal enfrentamiento entre Los Zetas y el cártel del
Golfo. De poco ha servido la intervención militar decidida por el
presidente Enrique Peña Nieto hace un año. La violencia
sigue rampante hasta el punto de que el Departamento de Estado
recomienda evitar cualquier viaje “no esencial” al lugar. “A través de la
región, la violencia criminal, incluyendo el homicidio, el robo a mano armada,
el secuestro, la extorsión y los ataques sexuales, suponen un significativo
riesgo para la seguridad. La capacidad estatal y municipal de imponer la ley es
limitada o inexistente en muchas partes de Tamaulipas. En Matamoros, Reynosa,
Nuevo Laredo y Ciudad Victoria se registran batallas armadas y ataques con
explosivos”, indica la nota.
En su descripción del caos, el Departamento de Estado
destaca el peligro que representan las carreteras. No sólo “no hay autopistas
que se puedan considerar seguras”, sino que en ocasiones el crimen organizado
ataca a los autobuses que las atraviesan y “toman como rehenes a todo el
pasaje” para pedir un rescate. El deterioro llega a tales proporciones, que la
Administración de Obama prohíbe a sus funcionarios salir a la calle de
medianoche a seis de la mañana. “El número de secuestros declarados es de los
mayores de México y la cifra de estadounidenses abducidos o desaparecidos ha
aumentado en 2014”, remacha el informe.
El sombrío paisaje dibujado por Washington de Tamaulipas
ha quedado hoy mismo confirmado por los hechos. Los tiroteos, cortes de
carreteras y quemas de coches en Reynosa
(610.000 habitantes, la ciudad más poblada del estado) obligaron a las
autoridades a pedir a la población que evitase salir a la calle. El nivel de
narcoviolencia llegó a tal grado que Estados Unidos decidió cortar dos pasos
fronterizos y dos de los principales partidos, el PAN y el PRD suspendieron la
campaña electoral. El detonante fue supuestamente la detención de El Gafe, uno
de los cabecillas del cártel del Golfo,
la organización que controla gran parte de la zona norte. En respuesta a su
captura, los narcos sembraron de pólvora Reynosa. Anoche se desconocía el
número de víctimas.
La preocupación de Estados Unidos por la seguridad de sus
ciudadanos en México hunde sus raíces en el intenso tráfico humano entre ambas
naciones. Cada día cruzan
la frontera 150.000 estadounidenses. Este flujo les expone a la
criminalidad mexicana. “Los choques armados entre organizaciones criminales o
con las autoridades mexicanas ocurren a la luz del día, en plena calle y hasta
en sitios púbicos como restaurantes o clubs. La localización y ubicación de
estos enfrentamientos armados es impredecible”, alerta el Departamento de Estado.
En México murieron asesinados 81 estadounidenses en 2013,
cifra que se incrementó a 100 el año pasado. Otro tanto sucedió con los
secuestros. En este horizonte de violencia, sólo la Ciudad de México, así como
10 estados se libran de las advertencias de EEUU (Campeche, Chiapas,
Guanajuato, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Tabasco, Tlaxcala
y Yucatán). La veintena de estados restantes reciben alertas, extremas en casos como
Tamaulipas, Coahuila, Guerrero, Michoacán y Sinaloa.
Fuente.-Diario El Pais/España
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