lunes, 1 de diciembre de 2014

!!! 911 !!!...carajo que IDEOTA.


Qué respuesta más insípida, por decir lo menos. El 26 de septiembre de 2014, cuando los estudiantes normalistas eran asesinados y secuestrados, había miembros del Ejército mexicano, policías federales y estatales, se cree que agentes de inteligencia y además de los municipales, elementos del crimen organizado. Todos, en apenas unos dos o tres kilómetros cuadrados. Si alguien hubiera llamado en ese momento al 911 (es decir: uno de los muchachos), ¿cuál de estas fuerzas, que formalmente cohabitan en México, habría aparecido? 

Mexico,D.F 01/Dic/2014 Pues la que apareció, y no otra: la fuerza impune y todopoderosa, la que mueve los hilos en amplias extensiones del país: la fuerza criminal. 

¿Un 911? Prrr. Qué broma. Servirá para darle más detalles a los criminales sobre su propio crónica del horror. Ellos están en los celulares, en las redes sociales, en la radio de la policía. Son los más enterados. ¿911? Carajo. ¿Y por qué ese 911? Porque el Presidente y sus asesores ya están en la etapa en la que –lo hemos visto antes–, a fuerza de tanto error, “necesitan” mostrar en público que “escuchan” a “la sociedad civil”; necesitan “darle respuesta” a esa “sociedad civil”… acaso también como lo hizo Felipe Calderón. 

Y esa “sociedad civil” a la que escuchan es bien conocida. Es María Elena Morera, cercanísima de Genaro García Luna y que ahora “premia” el “buen desempeño” de gobernadores del PRI, como Rubén Moreira. Es Alejandro Martí, ajonjolí de todas las cumbres de “especialistas” que validaron la estrategia panista que llevó a un genocidio en el sexenio pasado. Se les sumará, adivino, Rosy Orozco, que condecora lo mismo al Gober  Eruviel Ávila que a Javier Duarte. Y si la aceptan –sigo adivinando–, la señora Isabel Miranda de Wallace está próxima a aparecer en público de la mano de los funcionarios peñistas con el mismo encanto (que algunos llaman “descaro”) con el que comía de la mano de Calderón. ¿911? Pfff. ¿Sociedad civil? Caray. 

Ese 911 es congruente con el sexenio de los números y la impunidad. 8,000 millones, los contratos para filiales de Grupo Higa en Edomex. 86 millones, el valor de la “casa blanca”. 57,889, los muertos en 20 meses de gobierno peñista (fuente: semanario Zeta). 22,322, los desaparecidos en México oficialmente. 266, los compromisos firmados por Peña Nieto ante Notario. 90, los periodistas asesinados del 2000 a la fecha. 49, los niños asesinados en la Guardería ABC. Peña Nieto ofreció a los padres, en campaña, traer justicia. 43, los normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero. 22, los civiles ejecutados por militares en Tlatlaya (la CNDH reconoce 15). 13, los compromisos de Peña Nieto firmados y cumplidos hasta hoy (fuente: reportaje de hoy en SinEmbargo). 10, los compromisos… para responder a cada crisis de legitimidad. Y etcétera, que en este caso significa: lo que se acumule, lo que no sabemos y/o lo que se nos viene encima. 

¿911? Carajo.  ¿Y por qué no un 1800-ATOLECONELFINGER? 
*** El país sí necesita un 911. Pero no ese número o el servicio que, en teoría, ofrecería ese número. México está en una emergencia y desde hace años necesita un 911. Después de la respuesta de Peña Nieto la semana pasada, asumo que el gobierno no está enterado de la emergencia nacional y los partidos, en knockout técnico desde hace rato, no ofrecerán respuestas. 
Muchos pensaron que el Presidente haría movimientos importantes; que esta crisis lo haría brincar de su silla y dar respuestas (“casa blanca”), ofrecer disculpas (Tlatlaya, Ayotzinapa, “casa blanca”, la economía…) y mover no a México (ya sabrá que mover a México no es asunto de un slogan) sino al gabinete. El país vive una emergencia y la respuesta fue 911. ¿911? Carajo. 


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