- La doctora María del Rosario Fuentes siempre traía el teléfono en la mano. La mayoría de sus amigos, colegas y familiares no tenían ni idea de que era su portal a una vida paralela.
Ciudad de México, 9/Nov/2014 (VICE News).– muchos de sus conocidos, Fuentes era madre y médico general en la ciudad fronteriza de Reynosa, en el estado de Tamaulipas. Sin embargo, en Twitter era “Felina”, una reportera ciudadana que se escondía detrás de un avatar de Gatubela y la cuenta @Miut3 para publicar información sobre situaciones de riesgo, como balaceras entre grupos delictivos en Reynosa, una ciudad azotada por la violencia.
En la cuenta de Twitter de Felina podían leerse advertencias –publicadas con la intención de evitar que sus conciudadanos se expusieran a situaciones peligrosas y balas perdidas– mezcladas con citas románticas y saludos para sus seguidores favoritos.
Pero un día se quedó callada. El 15 de octubre, un grupo de hombres armados secuestró a Fuentes justo afuera de su trabajo. Al día siguiente se supo que ella era Felina. El último tuit que publicó desde su cuenta incluía dos fotos. En la primera foto, Fuentes está mirando a la cámara con una expresión de tristeza y sin su delineador de costumbre.
En la segunda se ve a Rosario tendida sobre un charco de sangre con los ojos abiertos y en blanco. Éstas imágenes venían acompañadas con una advertencia: “Cierren su cuenta. No arriesguen a sus familias como lo hice yo. Les pido perdón”.
Las crueles fotografías provocaron aún más miedo y contribuyeron a la percepción de que en México, si denuncias a los cárteles vía Twitter, corres el riesgo de ser asesinado.
A unas semanas de la publicación de esos tuits, aún no se ha encontrado el cuerpo de Fuentes. Fuentes se encargaba de difundir anónimamente información sobre casos de personas desaparecidas y ahora ha pasado a ser parte de las decenas de miles de personas en México que han “desaparecido” a partir de que el anterior presidente, Felipe Calderón, comenzó una guerra militarizada contra las drogas en 2006.
Para averiguar más sobre el caso de Fuentes, VICE News entrevistó a varias personas que conocían a la doctora, tanto en su vida personal, como en su vida profesional y a algunos usuarios de Twitter que seguían a Felina desde hace algún tiempo.
Estos individuos solicitaron permanecer en el anonimato por miedo a que les ocurriera lo mismo que a Fuentes. A pesar de que estas personas ayudaron a aclarar la serie de eventos que desembocaron en el secuestro de Fuentes, aún queda la duda de cómo y por qué la identificaron.
Lo que sí es seguro es que su desaparición ha generado pánico en la comunidad de activistas de Twitter en Reynosa. Sus amigos la describen como una persona “cordial y muy alegre” que se dedicaba por completo a su familia.
La doctora tomaba el turno de la noche en el hospital de Reynosa y en el día trabajaba como especialista en salud ocupacional en una maquiladora local. Su amigo “Jacobo” dijo que Fuentes a menudo coordinaba iniciativas de salud en Reynosa.
En septiembre de 2013, Fuentes ayudó a movilizar la atención de contingencias por la inundación que dejó el huracán Ingrid en la región sur de Tamaulipas. Fuentes logró ocultar a Felina de todos sus amigos y colegas durante todo el tiempo que realizó sus actos altruistas. “Siempre traía su celular en la mano”, dijo una persona que conoció a Fuentes en su trabajo y que, después de ver la nota en un periódico local y leer la nota sobre su secuestro y aparente asesinato, se enteró de que la doctora era “Felina”.
El día 26 de septiembre, una cuenta con el nombre de “Laura Garza” advirtió a los usuarios de Twitter que los estaban rastreando. “Ahora tienen la cola entre las piernas porque estamos identificando a los que suben fotos aquí”, se leía en el tuit. El día del secuestro, poco después de la 1PM, “Laura Garza” se burló con un tuit que decía: “Felinaaaaaa, no te has escuchado, ¿dónde estás?”
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