Fuente.-ITelevisa. |
El divorcio entre el discurso oficial y la realidad se hizo, todavía más, evidente el miércoles pasado cuando, frente a la Nación, el secretario Osorio Chong aseveró que se decidió por la “distensión” con respeto a los derechos de terceros.
Otra vez, obvio, hablamos de las no negociaciones con la CNTE. Y habrá que calificarlas, a perpetuidad, así: no negociaciones. Eso es lo que son. Un epitafio político, además.
Y solamente eso podrían ser cuando el avance inmenso, ese que se logró por apegarse a la política, al diálogo, como dijo Osorio, fue recibir un pliego petitorio que principia por la derogación de la reforma educativa. A lo que, de inmediato, respondió Peña Nieto que no. Que ni siquiera le corresponde al Ejecutivo, así en tercera persona pero hablando de él mismo, del mandato que tiene como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
Entonces, tal vez somos tontos y no entendemos, en qué consiste ese “diálogo”.
Y, todavía mejor, que nos digan cómo se han respetado los derechos de terceros si los bloqueos siguen, aumentan cada día, y llegaron a la Ciudad de México para paralizarla una vez más.
¿Cómo podríamos explicarle a los familiares de los militares muertos por el accidente de helicóptero, justamente cuando estaban en un puente aéreo para llevar alimentos a Oaxaca, que sus derechos, derechos de terceros se respetaron en esas “negociaciones” de Bucareli?
Osorio Chong insistió en que el abasto de alimentos en Oaxaca está solucionado al 99 por ciento, lo que permite continuar con estos “diálogos” con los maestros de la CNTE… exactamente con quienes siguen teniendo bloqueadas las carreteras. Porque, tal vez el Secretario José Antonio Meade no le explico bien, con suficiente claridad a Osorio Chong, ese “abasto” se hizo por vía aérea, sin que los bloqueos hayan terminado.
Aceptando, para decirlo de una manera amable, que fueran los maestros quienes impusieran su fuerza contra el gobierno, contra las necesidades de cientos de miles de ciudadanos. Sin que el gobierno, el Estado Mexicano, cumpliese con su obligación de proteger sus derechos, tan elementales como el libre paso.
Con cumplir la ley. En dos vías: la de los maestros en plantón y la de las autoridades omisas ante ello.
Esto, estas dos realidades, es lo que no cambia. Y lo que hace al discurso oficial tan lejano de la realidad que padecemos millones de mexicanos.
El trasfondo, no hay que ser muy inteligente para saberlo, es el temor del Gobierno, del mismo Osorio Chong para utilizar legítimamente la fuerza pública como garante de la Ley. Lo que, sabemos perfectamente, se nutre de los muertos de Nochixtlán, para citar los más recientes.
Es obvio, sentido común, que si quitar los bloqueos va a tener un costo de vidas humanas no debe hacerse. Pero, hasta antes de Nochixtlán, se suponía que tenemos una policía federal altamente profesional, capacitada para hacer estos operativos sin matar a ninguno.
¿Qué pasó? Pues no lo sabemos. La investigación estatal debe haber estado tan falla, tan hecha con las patas o, sin mala leche de por medio, con incapacidad para avanzar, que se decidió que la PGR se hiciera cargo. ¿Eso garantiza algo? Ya vimos lo sucedido en Iguala que estaba en manos de esa institución…
Pienso, algunos piensan mal en este país, que como la investigación paralela de la CNDH sí avanza, sí habrá de dar resultados en poco tiempo, se decidió no quedarse atrás. Falta saber si van a tener el valor de dar a conocer la verdad de lo que sucedió. Que parte, definitivo, de los errores de estrategia, desde ir a desbloquear una carretera en día de mercado con la presencia de muchos civiles, hasta la presencia de francotiradores que igual fueron policías estatales que guerrilleros.
Lo cierto, incuestionable, es que la versión oficial que dio a conocer Enrique Galindo, de que iban desarmados y fueron emboscados y después quién sabe quién dio la orden a quién sabe quiénes de que dispararan, no se sostiene. La tardanza en admitir sus “mentiras” o “verdades a medias” opera en contra de la credibilidad.
Por eso, porque los policías federales estaban armados, según lo publicaba Internet con fotografías, cuando el boletín oficial lo negaba es que existe tanto temor oficial a mandarlos a desalojar los bloqueos.
¿Cómo debemos entender las palabras presidenciales de qué no habrá cambio alguno en la reforma educativa, frente a las declaraciones de Osorio que dicen que se incorporarán peticiones de los maestros a esta reforma? Otra vez hablamos de una puntita…
Fuente.-Isabel Arvide
@isabelarvide
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