The New York Times dice que con la llegada de Enrique Peña Nieto al poder “hubo un shock dentro de las filas de su administración por la profundidad con la que sus predecesores estaban colaborando con Washington”. Pero la fuga del capo mexicano llevó al Gobierno mexicano a los brazos de Estados Unidos y, ahora, sus agentes andan armados por el país.
La fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán, ocurrida el pasado 11 de julio de 2015 del penal de máxima seguridad del Altiplano, fue el principal detonante para que el Presidente Enrique Peña Nieto reconociera la necesidad de restablecer las relaciones bilaterales con Estados Unidos en materia de seguridad, revelaron funcionarios de ambos países a The New York Times.
Ahora, dice la publicación, México ha comenzado a dejar que los agentes estadounidenses porten armas en su territorio.
El diario estadounidense detalla que aunque el escape del capo fue lo que contrajo la distancia que existía entre las agencias de seguridad de los dos países, “desde antes el gobierno mexicano había comenzado la reconstrucción de su tensa relación con Estados Unidos”.
El incremento en los homicidios durante el año pasado, incluyendo la muerte de ocho soldados después de que integrantes del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) derribaran con un lanzagranadas un helicóptero del gobierno, “hizo que la política del Presidente Enrique Peña Nieto de mantener a los estadounidenses a distancia en materia de seguridad fuera mucho más difícil de mantener, especialmente teniendo en cuenta sus índices de aprobación en desplome”.
The New York Times dice que con la llegada de Enrique Peña Nieto al poder en diciembre de 2012 ”los funcionarios mexicanos y estadounidenses dicen que hubo un shock dentro de las filas de su administración por la profundidad con la que sus predecesores estaban colaborando con los estadounidenses”.
“Hasta cierto punto, estaban horrorizados cuando llegaron a la oficina [...] Era como: ‘Wow, los estadounidenses están realmente en todo. No sólo en nuestra habitación, sino también en nuestro cajón de la ropa interior’”, dijo un alto funcionario estadounidense a The New York Times.
Sin embargo, con el escape de “El Chapo” hubo un cambio.
“México ha comenzado a dejar que los agentes estadounidenses porten armas en su territorio. Una unidad especial mexicana entrenada por los estadounidenses ha sido revivida después de estar estancada a causa de la perdida de desconfianza y de un sentido de orgullo nacional. Agentes estadounidenses están trabajando con soldados mexicanos para apoderarse de armas de fuego, y las dos naciones simplemente acordaron un plan para hacer frente a la epidemia de la heroína”, detalla el medio estadounidense.
El periodista Azam Ahmed describe en el Times como Peña Nieto quería centrar su relación con el gobierno de los Estados Unidos en el comercio y la economía, en lugar de centrarse en la seguridad.
“El gobierno de Peña Nieto, incómodo al ver como agentes estadounidenses y funcionarios interactuaban con su gente en todos los niveles, exigió que todo el intercambio de información y la colaboración se centralizase, ahogando las líneas de coordinación con las agencias policiales estadounidenses. Su gobierno suspendió una unidad mexicana entrenada por agentes estadounidenses”, dice.
El diario explica que México pretendía reconstruir su sistema judicial y para ello el entonces Procurador Jesús Murillo Karam le dijo a varios funcionarios estadounidenses que los capos de la droga y otros criminales deberían pagar por sus crímenes cometidos en México dentro del sistema mexicano. Por ello, las extradiciones a los Estados Unidos se redujeron casi a la mitad.
“Hubo una profunda frustración con la dirección a dónde iban las cosas”, dijo el alto funcionario, quien habló con The New York Times bajo condición de anonimato porque el oficial no tenía la autoridad para hablar con los periodistas.
Pero el medio detalla que los crímenes violentos, en un principio hacia abajo durante el gobierno de Peña Nieto, comenzaron a subir de nuevo. Menciona que además las empresas mexicanas comenzaron a quejarse con los funcionarios mexicanos acerca de la estrategia Peña Nieto “de ignorar el problema de seguridad y de mantener a los estadounidenses lejos”.
El Times dice que esto llevo a Peña Nieto a cambiar de Procurador y en su lugar colocar a la ex Senadora, Arely Gómez González. “Funcionarios mexicanos y estadounidenses dijeron que el señor Peña Nieto había dado instrucciones a la señora Gómez para arreglar la relación con los estadounidenses, y que ella se había puesto a trabajar haciendo precisamente eso”.
El medio recuerda la reunió entre Gómez y la Fiscal General estadounidense, Loretta E. Lynch. Los funcionarios estadounidenses y mexicanos consultados por el medio neoyorquino dijeron que el cambio funcionó. “Los trámites para extraditar al Sr. Guzmán, que habían acumulando polvo mientras el señor Murillo Karam estaba en la oficina, fueron enviados a México”.
Sin embargo, sólo unas semanas más tarde, Guzmán Loera se escapó. “Era la segunda vez que había escapado de una prisión mexicana, humillando al Presidente y ocasionando que se replantease aún más la relación con Estados Unidos”, dice el Times.
“El gran detonante de la gran cambio fue la segunda fuga de El Chapo en esta administración”, dijo un ex funcionario mexicano de alto rango dijo, hablando en condición de anonimato para evitar que enfureció al gobierno.
Ahora se habla de una mayor coordinación entre los dos gobiernos que se extiende a otros rubros como lo es el tema fronterizo. No obstante, los funcionarios en México aún resienten la intervención directa de los Estados Unidos en la violencia del país.
“Si se trata de alguien que ellos también quieren que busques, las puertas se abren y la cooperación es increíble”, dijo otro alto funcionario estadounidense. “Si no, tenemos el mismo obstruccionismo”.
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