El uso del tampodka llegó a México con irreversibles consecuencias
para los jóvenes: los primeros 11 casos registrados en el Distrito Federal ya
fueron tratados médica y psicológicamente.
Mexico,D.F 20/Abr/2015 Las especulaciones sobre esta práctica, también llamada slimming,
que consiste en introducir un tampón remojado en alcohol (vodka con más
frecuencia) en el recto, en el caso de los hombres, y en la vagina, en las
mujeres, iniciaron en 2013; sin embargo, aún no se tenía conocimiento de casos
reales hasta que las afectaciones llevaron a un hospital a esos jóvenes.
En el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve) fueron tratados cuatro
varones menores de edad que lo hicieron, uno de ellos también practicó eyeballying,
que consiste en bañar los ojos con alcohol utilizando un caballito o
recipiente para shots.
El año pasado, en la Clínica de Especialidades Toxicológicas Venustiano
Carranza, de la Secretaría de Salud del Distrito Federal, fueron recibidas tres
mujeres y tres hombres, quienes tras sufrir intensos dolores en la zona rectal
declararon haberse introducido tampones con alcohol y cocaína al mismo tiempo;
otro caso fue atendido en la Unidad Médica Toxicológica de Xochimilco.
Algunas de las consecuencias potencialmente mortales que puede traer esta
práctica son la muerte celular en la zona lastimada, trombosis profunda,
laceraciones, necrosis, y sepsis, complicaciones que comienzan a sentirse desde
el primer momento, así como sangrado.
De acuerdo con Roberto García Salgado, subdirector de Salud y Medio
Ambiente del Imjuve, una de las principales razones por las que realizan estas
acciones es la necesidad de sentir nuevas experiencias, ya que no quedan
satisfechos con el efecto del alcohol bebido.
El 53 por ciento de los jóvenes de secundaria y bachillerato que consumen
bebidas alcohólicas lo hacen por curiosidad, según datos de la consulta juvenil
2012, realizada por el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
“Normalmente es una cuestión vinculante con una acción colectiva. Creo quelos padres deben estar muy preocupados y ocupados de lo que está pasando con
sus hijos. El consumo de alcohol con el eyeballying o tampodka no
empieza así. Ya se han tenido experiencias anteriores con él (alcohol)”, señaló.
El también psicólogo subrayó que estos expedientes no son una generalidad,
por lo que no puede catalogarse como un problema de salud, pero sí como una
alerta de que el fenómeno está ocurriendo.
García Salgado también señaló, sin revelar identidades, que estudiaban la
secundaria y su nivel socioeconómico era medio-bajo, por lo que estaban más
expuestos al consumo de sustancias tóxicas.
Las cantidades de alcohol que un tampón absorbe son menores a las de un
coctel o copa que puede tomarse en cualquier bar, pero al ser colocado en zonas
tan sensibles los efectos aumentan en menor tiempo.
“Anatómicamente, en el caso del alcohol en el ojo, debido las terminaciones
nerviosas, la captación llega más rápido al cerebro y por supuesto no huele”,
aseguró.
En tanto, el doctor Raúl Fernández Joffre, director de la Clínica de
Especialidades Toxicológicas Venustiano Carranza, detalló que “un tampón bien
mojado puede ser medio caballito”.
El vodka es una bebida que llega a alcanzar hasta los 40 grados de alcohol,
lo que intensifica los efectos en zonas delicadas.
“Como es una mucosa que está bastante vascularizada se va a absorber, pero
esto la va a lesionar, a resecar el sistema nervioso de esa parte.
“Los jóvenes lo hacen creyendo que con esto van a brincar el alcoholímetro,
pero provocarán que se reseque la mucosa, que haya una serie de alteraciones de
la flexibilidad de la piel que estuvo en contacto con el algodón, puede haber
sangrados porque habrá embriaguez, pero aparte lesiones importantes”, detalló
el médico.
fuente.-Milenio
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