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domingo, 5 de octubre de 2014

"No mas POLICIAS ZOMBIES "....


  • A diferencia de lo que pasa en otros países, en México ser policía no es en muchos casos un motivo de orgullo. Es más, en varias ocasiones esta profesión se presenta para los jóvenes como la última alternativa de un trabajo remunerado.  Es urgente que cambiemos esta situación. Hace unos días la organización Causa en Común, presidida por María Elena Morera, organizó el tercer foro nacional Sumemos causas por la seguridad, ciudadanos + policías.

Mexico,D.F 05/Oct/2014 En este foro las autoridades de los tres niveles de gobierno, integrantes de cuerpos policiales de todo el país y ciudadanos analizaron los retos que enfrenta nuestro país en materia de profesionalización de los agentes responsables de cuidarnos.
Los participantes hablaron sobre los requerimientos de capacitación para nuestros oficiales, salarios justos, controles de confianza y certificación de sus estándares de desempeño.
En general, se evaluó la dignificación de las policías, lo cual es quizá uno de los temas pendientes más importantes en materia de seguridad. En el foro una pregunta fue contundente y recurrente: “¿Cómo puede un policía sobrevivir con un salario de dos mil 700 pesos a la quincena?” A ello, se agrego: ¿cómo puede un policía tener un desempeño óptimo con jornadas laborales de 24 o más horas sin descanso? ¿Cómo les exigimos estar alertas y no dormirse en las patrullas si enfrentan horarios extenuantes? Está claro que no necesitamos “zombies armados”.
México ha entrado muy tarde a este debate. A nivel internacional cada vez son menos los casos en los que un agente deba trabajar 24 horas por 24 de descanso, o 24 por 48, tal como ocurre aquí. Los países que se preocupan por la seguridad de sus ciudadanos están erradicando estas prácticas.
Gracias a solicitudes de información que se han hecho a todas las entidades federativas, nos fue posible identificar que nuestras corporaciones carecen de criterios transparentes o estandarizados sobre qué tan amplio debe ser el día de trabajo de un policía.
En el extremo de las posibilidades existen ejemplos como los de Durango, Guerrero y Veracruz en los que la jornada laboral se determina “de acuerdo con las necesidades del servicio”. O casos como los de Hidalgo y San Luis Potosí, que mejor optaron por reservar los datos. En este momento, el Consejo Nacional de Seguridad Pública, máximo órgano de análisis y definición de las políticas de seguridad y justicia en el país, tiene en sus manos una propuesta nuestra que busca modificar las jornadas laborales de las corporaciones policiales para homologarlas a las mejores prácticas internacionales.
Al Consejo Nacional se le ha señalado que en países como Estados Unidos y el Reino Unido un policía no trabaja más de 40 horas a la semana y el turno más largo no puede ser superior a las 12 horas.
En otras naciones de la Unión Europea, como España, la duración media del trabajo semanal de un agente no debe exceder las 48 horas, incluyendo las horas extra.
En América Latina, Chile se presenta como un ejemplo de vanguardia en la región al establecer la semana laboral de los policías en 45 horas, con un máximo de 10 horas trabajadas por día. La modificación de las jornadas laborales no es una ocurrencia ni un capricho, sino una estrategia basada en evidencia científica.
Estudios de campo realizados a corporaciones de Estados Unidos y España, por citar algunos ejemplos, han demostrado que los turnos extenuantes reducen los niveles de alerta o “lucidez mental” de los elementos, aumentan significativamente su riesgo de somnolencia y detonan accidentes laborales vinculados a la fatiga.
Ya ni siquiera hablamos de la inexistencia de tiempo para capacitarse, ejercitarse o tener actividades recreativas y familiares.
Sorprende decir que en ninguno de estos casos se evaluaron jornadas de 24 horas de trabajo por 24 de descanso, sino casos de máximo 12 por 12 horas. Imaginemos cuáles serían, entonces, los resultados para México. 
Por el contrario, los turnos que no exceden las diez horas diarias muestran a oficiales más proactivos en tareas de prevención, con mayor capacidad de interacción con la comunidad, más satisfechos con la labor desempeñada y con menor tendencia a la deserción.
Queda claro que la reducción de los turnos de los policías es un paso que no puede demorarse más. De hecho se  propone que esta modificación se establezca como una meta a cumplir hacia 2016, con el fin de empatarla con el plazo constitucional fijado para la entrada en vigor oficial del Nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio y, por lo tanto, con el otorgamiento de facultades de investigación a los policías.
Es preciso sentar ya las bases para que las corporaciones policiales mexicanas tengan condiciones que les permitan mejorar el cumplimiento de su responsabilidad frente a la sociedad.

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