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domingo, 1 de noviembre de 2015

UN "MILITAR" TORTURADO por "MILITARES"...lo "ACUSAN de SERVIR a ZETAS"

El teniente Julián Castilla fue detenido en 2011 con base en una acusación realizada bajo tortura. Personal militar lo sometió a tratos inhumanos. De otras personas acusadas por el mismo presunto delito, los civiles ya están libres pero los militares no. Por temor a quedar expuestos, los mandos han alargado el juicio de Castilla y lo trasladaron recientemente a una prisión civil, con la amenaza de que otros reos lo atacarán ahí.
Al teniente de caballería Julián Castilla Flores se le acusa de delitos contra la salud. Mientras estuvo en la Sexta Zona Militar con sede en Saltillo, Coahuila, recibió premios y reconocimientos, pero desde hace cuatro años enfrenta un juicio basado en declaraciones de un testigo protegido, que ya se retractó, pero entonces señaló que el oficial de caballería brindaba protección a Los Zetas cuando ya ni siquiera estaba en la zona militar.
El mencionado testigo protegido, igual que otros, ya denunciaron que fueron torturados para que firmaran declaraciones que incriminaron a varios servidores públicos, pero Castilla –quien ya comprobó la tortura– sigue preso, lo mismo que otros 14 militares, por el mismo asunto.
Interno en la prisión del Campo Militar Número 1 desde 2011, el pasado 16 de octubre Castilla Flores fue trasladado a una prisión civil en el estado de Veracruz. Sus abogados y familiares no se enteraron, pues los días siguientes el oficial fue incomunicado. Por ese motivo, el 19 de octubre la sección alemana de la organización Amnistía Internacional emitió una alerta por el caso, donde se expresaba preocupación por la seguridad de Castilla.
En marzo de 2011, tres personas detenidas bajo el cargo de pertenecer a Los Zetas, convertidos en testigos protegidos, señalaron que numerosos servidores públicos de las áreas de seguridad en los tres órdenes de gobierno daban información y protegían a esa organización criminal, e incluso se encargaban de asesinatos y desapariciones ordenadas por los cabecillas.
La entonces titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Marisela Morales, afirmó que el operativo, derivado de la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/041/2012 –de la que este semanario tiene copia–, era “una acción sin precedentes” y que la dependencia a su cargo era la “primera en poner el ejemplo” en el combate a la corrupción.
Morales aludía a que, además de mandos policiacos locales –entre ellos militares en retiro–, policías federales y soldados, la PGR detuvo a una de sus propias subdelegadas, agentes del Ministerio Público federal y de la Agencia Federal de Investigación (Proceso 1843).
En un año se demostró que las condiciones de modo, tiempo y lugar que señalaron los testigos protegidos identificados como El Guacho, Sagitario, Serpico y El Pepillo, eran inconsistentes.
También hubo errores en la identificación de los supuestos sobornados, como ocurrió con Humberto Torres Charles, hermano de Jesús, el exprocurador de Coahuila cuya fotografía se incorporó al expediente. La imagen fue difundida, boletinada y colocada en la lista de más buscados, con la oferta de una recompensa millonaria. En realidad era la imagen del dirigente del PAN de Durango, Juan Carlos Gutiérrez Fragoso, y no la de Torres Charles.
El fracaso de las pesquisas en la justicia civil no sirvió para el caso de los militares que aceptaron su participación en los ilícitos que se les imputaron. Más tarde, la aplicación del Protocolo de Estambul determinó que esos militares fueron torturados.
Fracaso ejemplar
De acuerdo al pliego de consignación elaborado por los oficiales del batallón, el 11 de marzo de 2011 dos pelotones del 33 Batallón de Infantería patrullaban en el sur-oriente de Saltillo, cuando detuvieron en la comunidad Los Silleres a un sujeto apodado El Picholo. Éste les dijo entre otras cosas que hacia el poniente Los Zetas tenían un terreno donde resguardaban tráileres con droga. Cuando se dirigieron allá, encontraron el predio en el bulevar Vito Alessio Robles, donde detuvieron a Pedro Toga Lara, El Guacho.
El documento establece que éste último confesó espontáneamente:
“Dijo que ya se le habían terminado las andanzas delictivas, a él y su hermano, el cual tenía poco tiempo de andar con él, pero que ya le había arruinado la vida, por lo que quería cooperar con las autoridades previo apoyo de parte de ellas”. Enseguida ofreció a sus captores una nómina de Los Zetas en la que venía el nombre del “teniente Castillo”.
Con esa información inició una pesquisa en el 69 Batallón de Infantería. Hasta entonces las declaraciones no mencionaban al teniente Julián Castilla, pero la Policía Judicial Federal Militar (PJFM) fue por él a Juárez, Chiapas, donde se encontraba al frente de una Base de Operaciones.
A partir de datos aportados por Toga Lara se abrió la averiguación contra los militares, pero también con base en señalamientos de otros testigos protegidos se giraron órdenes de aprehensión contra funcionarios y mandos policiacos de los tres órdenes de gobierno, incluso de la PGR: es lo que presumió la procuradora Morales.
En el expediente CP 279/2011, radicado en el Juzgado 1 Militar, adscrito al reclusorio del Campo Militar Número 1-A del Distrito Federal, en el que se conoce el caso del teniente Julián Castilla –y del que Proceso tiene copia–, se observan numerosas irregularidades.
Por ejemplo, el pliego de consignación no fue elaborado por los militares que lo firmaron, pues declararon ante el juzgado que se redactó en la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) muchas horas después de los hechos.
Otra falla grave es que la declaración de Pedro Toga Lara, exsargento de Transmisiones, incriminaba a un teniente de infantería Castillo, no al teniente de caballería Castilla, una diferencia que necesariamente conoce el testigo por su carrera militar y las funciones que desempeñó.
Además, los peritajes grafoscópicos concluyeron que alguien distinto a Toga Lara escribió la declaración que se suponía de su puño y letra, lo que por otra parte se observa a simple vista en la documentación. Tampoco coinciden los tiempos cuando Toga Lara llegó a Saltillo con aquellos en que Julián Castilla permaneció en la Sexta Zona Militar.
Las declaraciones de Toga Lara se robustecieron con la supuesta confesión de un integrante del 69 Batallón de Infantería, el sargento Sergio Treviño Ríos, hasta que, en una diligencia practicada en la causa de Castilla, declaró que no lo conocía y que había sido torturado y forzado a firmar declaraciones cuyo contenido desconocía.
Los 14 detenidos de ese batallón incriminados por Toga Lara dijeron que no conocían a Castilla.
Las acusaciones de tortura se reprodujeron en casi todos los casos, incluso en el del testigo principal, Toga Lara, cuyo desistimiento contribuyó al sobreseimiento de los casos de imputados civiles.
La descripción de la tortura a la que fue sometido es brutal: golpes, toques eléctricos, introducción de objetos, la amenaza de violación y asesinato de su familia. También afirmó que era forzado a tocar armas e imprimir sus huellas digitales en al menos dos paquetes de hojas blancas.
Retenido durante cinco meses, El Guacho denunció que en instalaciones de la SIEDO lo obligaban a hacer declaraciones. Añade: “Muchas ocasiones que yo me negaba a estudiar expedientes que se me ponían a la vista, los cuales yo no conocía en nada, los oficiales de la AFI, por órdenes de los fiscales, me bajaban al sótano y me golpeaban en repetidas ocasiones en el interior de los baños o en un cuarto oscuro”. También afirmó: “Me dejaban sin comer dos o tres días, teniendo yo que tomar agua del sanitario”.
Según Toga Lara, cuando por fin lo alimentaban, lo llevaban a una oficina donde debía estudiar los expedientes de aquellos a quienes había incriminado. Después simulaban estar en un juzgado y personal de la SIEDO actuaba para aleccionarlo sobre cómo comportarse ante el juez.
Amenaza cumplida
Un mes después de la captura de Toga Lara, el teniente Castilla fue detenido.
Las documentales del expediente son imprecisas sobre el día de marzo de 2011 en que esto sucedió: el oficio de consignación de la PJFM establece el 12 de marzo; en una promoción del juzgado, queda como fecha de detención el día 14; un informe de la 30 Zona Militar, afirma que el capitán responsable del operativo salió con el detenido a las 11:45 horas del 13 de marzo.
La Zona Militar informó que no había registros de detención ni presencia de PJFM el 14 de marzo. En todo caso, el día 15 lo presentaron a la SIEDO.
La aplicación del Protocolo de Estambul, el manual admitido por la comunidad internacional para investigación y documentación de tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes, dictaminó que Julián Castilla fue torturado, con base en las pruebas practicadas y un dictamen médico elaborado durante su ingreso a la SIEDO.
Aunque la Comisión Nacional de los Derechos Humanos notificó a la Secretaría de la Defensa Nacional que practicaría el estudio al teniente Castilla los días 2 y 3 de marzo, cuando personal del órgano autónomo arribó a la prisión militar encontró trabas para trabajar: no le proporcionaron un lugar adecuado como se solicitó (el examen se aplicó en una jardinera) y no permitieron el ingreso de los equipos médicos necesarios para aplicar el Protocolo, por lo que éste sólo se basó en la descripción hecha por Castilla de la tortura, que coincidió con el dictamen médico del día de su ingreso a las instalaciones de la SIEDO.
De acuerdo con la narración de Castilla, asentada en el juicio y en el dictamen del Protocolo de Estambul, tras su detención en Chiapas fue torturado física y psicológicamente en el trayecto a la Ciudad de México. Con las manos esposadas, a veces al frente y otras a la espalda, sus captores le provocaron dolor intenso mientras le exigían que confesara. Le envolvieron la cabeza con una toalla que mojaban para provocarle asfixia.
Le aplicaron el tehuacanazo, consistente en introducirle agua mineral por la nariz, para luego envolverle la cabeza en la toalla mojada, hasta hacerlo perder el conocimiento y reanimarlo a cachetadas.
Mediante descargas eléctricas con un objeto metálico (la chicharra) le causaron quemaduras, mientras lo amenazaban de muerte a él y a su familia, asegurando que era por órdenes del secretario de Defensa, que en ese tiempo era el general Guillermo Galván.
El 15 de marzo de 2011, tras ser puesto a disposición de la SIEDO, fue encerrado en una casa de seguridad de la PGR, donde permaneció 80 días arraigado, y el 3 de junio siguiente ingresó a la prisión del Campo Militar Número1-A.
El pasado 22 de octubre, la agencia noticiosa Apro dio a conocer que, de acuerdo a la acción urgente emitida por el capítulo alemán de Amnistía Internacional, en los últimos meses Castilla padeció actos de intimidación de personal militar, como la amenaza de traslado a una prisión civil donde estaría expuesto a los ataques de otros presos por su condición de militar.
La amenaza se cumplió: el 16 de octubre Castilla Flores fue trasladado a una prisión civil en Veracruz sin avisar a sus representantes legales ni a su familia.
En vista de los antecedentes de tortura, las irregularidades del expediente y el traslado a una prisión civil veracruzana, Amnistía Internacional alertó sobre posibles ataques o intimidación por parte de otros presos o de autoridades, y pidió al gobierno mexicano garantizar la integridad de Castilla, así como brindarle un juicio con todas las garantías y respeto al debido proceso.
fuente.-

"CUANDO lo BRONCO" NO QUITA lo "COBARDE"...o de "lengua" me como "dos platos".


El Bronco tomó posesión en el Congreso de Nuevo León con un discurso lleno de promesas incendiarias. Averiguará en las finanzas de la administración del gobernador pasado. Aplicará la ley si encuentra conflictos de interés o tráfico de influencias o robos al erario.
Al día siguiente entró a Monterrey a caballo, miles de sombreros norteños lo recibieron agitándose en el aire.
Sacó luego una silla de una oficina. La silla causa soberbia, explicó. Retiró una fotografía de una pared. La fotografía causa sumisión al poder central, explicó. Clausuró con un candado la reja de la mansión del gobernador. La mansión es un lujo innecesario, se jactó.
¿Desde hace cuánto no presenciábamos una cascada de actos simbólicos así de aparatosos?
Desde que Vicente Fox tomó posesión en el año 2000 de la Presidencia de México e hizo amagos semejantes al priismo al que desplazaba. Investigaré, prometió. Encontraré culpables. Les aplicaré la ley. Y para mostrar que su resolución no era vana, fundó la Secretaría de la Función Pública.
Los priistas más prominentes del país vivían por esos días con las maletas hechas en los vestíbulos de sus mansiones. Alertas para abordar un vuelo al extranjero, en cuanto se concretara la primera detención de un compadre por corrupción.
En una cena ocurrida en Los Pinos en el año 2002, Vicente Fox explicó a un grupo de intelectuales y escritores el dilema que lo torturaba. Tenía la evidencia para llevar a juicio a un ramillete de corruptos, pero también tenía la información de que si procedía contra ellos varios sindicatos priistas se movilizarían para cerrar las carreteras principales e inundar la capital del país.
Como empresario que era, Fox temía las consecuencias económicas. Se paralizaría el país y se devaluaría el peso. Contó entonces que la jefa de la bancada priista, Beatriz Paredes, le había ofrecido una alternativa. Si clausuraba las investigaciones de corrupción en curso en la Secretaría de la Función Pública, ella le garantizaba que el PRI aprobaría en el Congreso las reformas que Fox enviara.
Es probable que El Bronco viva un dilema semejante hoy. O cumple a los votantes la promesa de ir contra la corrupción del pasado y enfrenta las consecuencias –una revuelta organizada por ese mismo pasado–, o bien perdona y olvida, e ingresa a la casta política donde una larga fila de traidores a sus propias palabras lo espera para confortarlo con la retórica del cinismo.
En aquella cena en Los Pinos, la mesa enmantelada de blanco olía a pólvora. Denise Dresser animó al presidente a no pactar con el pasado y a inaugurar un tiempo nuevo. “Si votamos por Vicente Fox fue porque no queremos la paz de los sepulcros”. Palabras más o menos dijo la señora Dresser.
Por mi parte, yo recordé los tiempos del presidente Cárdenas. Cuando Cárdenas anunció la expropiación de las petroleras, tres potencias anunciaron que invadirían a México, y la gente –los ciudadanos– se quitaron anillos y cadenas de oro para depositarlos en los peroles colocados en el Zócalo de la capital, para así ayudar a financiar la defensa del país.
Los cambios históricos nunca son tersos. Cuando el futuro avanza, el pasado se rebela contra él y el presente se vuelve un remolino rápido y peligroso. Pero sin el remolino nada cambia, el pasado se perpetúa y la política se vuelve la administración del deterioro.
Ya se sabe. Fox eligió pactar con el PRI. Ordenó cerrar las investigaciones de corrupción y el secretario de la Función Pública dimitió en protesta, no quería ser partícipe de una traición a los ciudadanos. El PRI, ileso y a salvo ya, no aprobó ni una de las reformas de Fox. Y fue así como en esa oportunidad dorada el país no avanzó a ser un país de leyes y de paso se paralizó cualquier otra reforma.
No sé qué piense el lector, la lectora, pero a mí me da muy mala espina que El Bronco, ya gobernador, siga en modo de promesas y actos simbólicos, por cierto que cada vez más alejados de posibles consecuencias para personajes vivos.
Esta semana que acaba se rebeló contra el Himno Nacional, que le parece en exceso guerrero. Jaime Nunó y Francisco González Bocanegra, sus autores, estarán harto preocupados en sus tumbas. También declaró que la mariguana vuelve loca a la gente. Es seguro que una opinión tan campirana y sin sustento científico le hará a la moción por legalizar la mariguana lo que el viento a Juárez.
El Bronco debiera verse en el espejo de Fox. En aquella decisión del año 2002, Fox perdió el liderazgo moral de los mexicanos, y con justa razón. El Bronco tiene todavía la opción de ser el héroe por el cual los ciudadanos votaron o recular de sus promesas y volverse un personaje dicharachero y pintoresco.  
Fuente.-

"CLASE POLITICA" esta "INFILTRADA por el NARCO" y 'DINERO SUCIO"...ya superan al "CRIMEN ORGANIZADO LAVANDO DINERO".


El lavado de dinero por corrupción política ha superado al que realiza el crimen organizado en México, lo que implica también la penetración de fondos de la delincuencia en esa esfera, por lo que es necesario reformular el renglón judicial, ya que no existen procesos legales al respecto, afirmó Edgardo  Buscaglia, profesor investigador de la Universidad de Columbia.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Buscaglia explicó que su nuevo libro, Lavado de dinero y corrupción política, rompe con la premisa de que los recursos provenientes del narcotráfico explican todo lo relacionado con el blanqueo de capitales en México y en otras naciones.
¿Cuál es el caso de México?
—El dinero de cárteles es claramente significativo, pasa en parte por el sistema político, lo cual hace que la corrupción siga siendo relevante en su relación con los cárteles de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación y otros, pero además hay que agregarle todo el dinero sucio producto de actos de corrupción como malversación de fondos, enriquecimiento ilícito, sobornos, entre otros.
La corrupción política en México engloba mucho más dinero sucio que el solamente ligado a los grupos de la droga, por lo tanto la considero como una fuente de recursos sucios más significativa que los generados por grupos del narcotráfico.
Además del dinero del narcotráfico, ¿de dónde fluye el capital ilegal a los políticos?
—El lavado de dinero por corrupción política en la República Mexicana está alimentado por narcotráfico y por muchos otros tipos de crímenes relacionados con conflictos de interés, licitaciones públicas, tráficos de influencia, evasión fiscal, sobornos y enriquecimiento ilícito que no se consideran para investigaciones judiciales.
En el caso mexicano no se puede partir de la premisa de que el narcotráfico es la principal fuente de lavado de dinero, ya que existe una gran proporción de delitos, incluyendo tráfico de drogas, que alimentan la corrupción política mexicana, entonces no se puede presuponer que las drogas sean la principal fuente de blanqueo de capitales.
¿Eso implica que miembros de la clase política mexicana están infiltrados por el narcotráfico?
—La clase política está infiltrada por la delincuencia organizada y por su propia corrupción interna ligada a empresas que no están relacionadas con narcotráfico, es dinero sucio por diferentes orígenes, por ejemplo, contrataciones públicas que se asignan con base en tráfico de influencias y conflicto de intereses, recursos que no son considerados como lavado de dinero.
¿Y los procesos penales de lavado por corrupción política?
—En el caso mexicano no existen procesos legales de lavado de dinero ligados a la corrupción política, lo que ha provocado que México se ubique como el tercer país del mundo con más recursos ilícitos que fluyen en su economía, y eso es una característica predominante que no se da en otras naciones.
El lavado de dinero por la corrupción política es más significativa y en ese sentido hay que reformular las estrategias y acciones judiciales en México para enfrentarla en serio; dentro de la política no existen incentivos para aplicar las recomendaciones que yo incluyo en este libro, la dolce vita es excepcional en ese ambiente de impunidad en
la nación.

¿Cómo se puede generar un cambio en el país?
—Desde el exterior se comienzan a observar fuentes de presión como las que se tenían en los años 80 en contra de Colombia e Italia, porque los países que interactúan con México están pagando un alto costo por el colapso de la seguridad humana que está sufriendo y la presión para mejorar la calidad de las instituciones nacionales.
Los sectores económicos como el minero y petrolero van a hacer que México se vea forzado, a través de su élite, a implementar algunas de las mejores prácticas, no todas, pero algunas.
Los partidos políticos se niegan a informar sobre el uso que le dan a cada peso que reciben vía financiamiento público, ¿eso facilita el lavado de dinero?
—Sí. No existe la cultura democrática republicana donde un funcionario tiene que hacer público todo su patrimonio y su ámbito de privacidad es mucho menor, por ley, que el resto. Los funcionarios consideran que el ciudadano es un siervo y que tienen que mantenerlos en sus redes patrimoniales como señores feudales, esa es una cultura política de la impunidad como en Rusia, Nigeria y México va a tener que superarla.
La presión para el cambio va a surgir desde fuera del sistema político y se verán forzados a limpiar desde fuera hacia dentro y viceversa, un poco de ese dinero.
Esperemos que muchos de estos políticos que hoy se resisten a abrir sus cuentas, en los partidos, y a sujetarse al escrutinio de su patrimonio sean procesados judicialmente, o se reformen a tiempo para que sean parte de la solución y no del problema, e incluyo a gente de todos los institutos políticos.
fuente.-

"JUCIO CIVIL en ZACATECAS a NARCOSOLDADOS y su CORONEL por EJECUCION de SIETE"


La obtención de pruebas en el proceso judicial contra el coronel Martín Pérez Reséndiz y sus tres elementos de ordenanza por la desaparición forzada y el homicidio de siete jóvenes en Calera, el pasado 7 de julio, ha obligado a ampliar en tres meses la investigación complementaria.
El 28 de octubre se celebró audiencia en el Centro de Justicia Federal, ubicado en Ciudad Gobierno, el enorme complejo administrativo estatal y federal construido en el sexenio de la gobernadora Amalia García en la ciudad de Zacatecas.
La audiencia fue presidida por el juez Juan Ramón Barreto López y estuvieron presentes los cuatro militares indiciados: el coronel Martín Pérez Reséndiz, José Manuel Castañeda Hernández, Víctor Manuel González Alderete y Juan Ordóñez Prado, así como los cinco abogados particulares que los defienden.
También asistieron –en una sala para testigos protegidos, a fin de no mostrar sus rostros– algunos familiares de las víctimas.
Germán Martín García González, Fernando José Rodríguez Rodríguez, Guillermo García Murrieta, Víctor Hugo González Cisneros, David Venegas Leaños, María Alejandra Rocha Montes y Beatriz Fernández Hernández, fueron sacados de una vivienda en Calera por efectivos del 97 Batallón de infantería con sede en Fresnillo, al mando de Pérez Reséndiz, quienes posteriormente los torturaron y asesinaron (Proceso 2021).
Sus esposas, padres y hermanos se enteraron del operativo del Ejército en la casa de la calle Francisco I. Madero 106, de Calera, y comenzaron a buscarlos. Desde el principio supieron que el jefe del batallón iba al frente. Tocaron a las puertas de la base militar, visitaron hospitales, el Servicio Médico Forense y las oficinas de la procuraduría estatal, la delegación de la PGR y la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
El 15 de julio se plantaron con pancartas afuera del domicilio allanado, donde colgaron una manta y denunciaron ante los medios al coronel y su tropa. Luego viajaron a la ciudad de Zacatecas y entraron al Congreso, donde se entrevistaron con diputados locales y algunos activistas de derechos humanos.
Sólo después de eso personal de PGR acudió a la casa, recabó declaraciones y realizó peritajes. Había ropa y objetos desperdigados, se llevaron televisores y el estéreo.
Dos días después, la procuradora zacatecana Leticia Soto Acosta anunció el hallazgo de cuatro de los desaparecidos en una casa cerca de la presa El Tesorero, en una brecha por la carretera Jerez-Fresnillo. Horas más tarde se localizó a los tres restantes. Todos tenían un disparo en la cabeza, signos de tortura y evidencia de haber muerto varios días atrás.
Las autopsias e informes forenses certificaron que las siete personas fueron asesinadas horas después de que los militares las sacaran de la casa mencionada.
En filtraciones a portales digitales y medios locales, tres de las siete víctimas (entre ellos Germán Martín García, un exmilitar que estuvo a las órdenes de Reséndiz) fueron señaladas como integrantes de grupos delictivos contrarios.
Para ese momento, el Ejército ya realizaba su propia investigación. Según fuentes militares, en medio del descrédito por casos como Tlatlaya y Ayotzinapa, el general Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional, se enojó por los excesos del coronel Reséndiz y la ostentación que éste hacía de su amistad, así que decidió ponerlo como ejemplo de que el Ejército “no toleraría violaciones a la ley ni a los derechos humanos”.
En un comunicado, la Sedena confirmó la detención de los cuatro militares y anunció que serían entregados a las autoridades civiles para ser procesados penalmente.
El 31 de julio, los cuatro militares fueron vinculados a proceso en el Juzgado Primero de Distrito Especializado en el Sistema Penal Acusatorio, al concluir el juez que se presentaron elementos para señalarlos probables responsables de delitos contra la administración de la justicia, desaparición forzada y homicidio calificado.
Una vez vinculados a proceso el 31 de julio, el juez Primero de Distrito Especializado en el Sistema Penal Acusatorio fijó un plazo de tres meses para la investigación complementaria, que venció el 30 de octubre.
Así empezó el juicio 43/2015, del cual formó parte la audiencia del mediodía del 28 de octubre, cuyo único propósito era registrar el cambio de asesores jurídicos de los familiares de las víctimas.
Por primera vez desde mediados de julio, cuando se hizo pública la desaparición de las siete personas, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) hizo su aparición, enviando a un grupo de abogados desde la delegación de Guadalajara, para fungir como asesores jurídicos.
Minutos antes de la audiencia personal de la CEAV obtuvo la autorización de los familiares para representarlos, y después solicitó al juez Barreto copias de los audios, videos e informes escritos de las audiencias previas, para enterarse de los pormenores del caso.
Antes de que acabara la audiencia, la Fiscalía de la PGR pidió al juez que ampliara el plazo de la investigación complementaria por tres meses, es decir, hasta el 30 de enero de 2016, pues tiene pendientes muchas diligencias para recabar pruebas. La defensa de los militares se opuso, pero el juez Barreto aprobó la solicitud de la fiscalía.
Mientras tanto, varios integrantes del 97 Batallón de Infantería fueron reasignados a otras instalaciones. Días después de la detención del coronel Pérez Reséndiz, fue nombrado como nuevo comandante Alfredo Alvarado Rojas, coronel de infantería diplomado del Estado Mayor y miembro de las Fuerzas Especiales del Ejército.
Expediente Zacatecas, a la CIDH
Ricardo Bermeo, integrante de la organización Zacatecanos por la Paz, dice a Proceso que el expediente de este caso debió presentarse ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) en las audiencias efectuadas hace semanas en varias ciudades del país.
Bermeo acudió a la del 29 de septiembre, que se llevó a cabo en la Facultad Libre de Derecho de Monterrey, y llevó un caso similar ocurrido en 2012, en Estancia de Ánimas, comunidad del municipio de Villa González Ortega. Lo acompañaron dos familiares de cinco desaparecidos, a quienes se presume víctimas de elementos de la Policía Federal (PF).
El activista explica que su organización no tuvo acceso al expediente del caso de Calera –que equipara por su gravedad con los de Tlatlaya y Ayotzinapa–, y “aunque insistimos con familiares no obtuvimos respuesta. Su aprobación y participación es fundamental para que nosotros podamos entrar al proceso y acompañarlos”.
En la audiencia de Monterrey, Bermeo y los familiares de los desaparecidos narraron ante la comisionada Tracy Robinson que, la tarde del 7 de agosto del 2012, siete jornaleros fueron sacados violentamente por policías federales del rancho Los Pirules, en Estancia de Ánimas, donde trabajaban.
La corporación buscaba a integrantes de la delincuencia organizada con un helicóptero y 10 camionetas.
Dos de los detenidos fueron hallados después, cerca del municipio de Pinos. Según el expediente, sus captores recibieron una llamada con la orden de soltarlos “porque no les servían para nada y al cabo les daban 30 mil por cada persona que agarraran, delincuente o no”.
Decenas de pobladores de la zona vieron pasar el convoy de federales hacia San Luis Potosí, pero no se ha vuelto a saber de los otros cinco jornaleros: los hermanos Juan Carlos, Amado y Nectalí Delgado Rodríguez, así como Ismael Rodríguez Muñoz y José Castillo Aguayo.
Sus familiares los buscaron en la delegación de la PGR. En los hoteles donde se hospedaban los federales asignados a Zacatecas, les dijeron que fueran a la entonces SIEDO (ahora SEIDO) en la Ciudad de México. Hasta el 29 de agosto se admitió su denuncia en la procuraduría estatal.
La averiguación rebotó entre esta dependencia y la PGR en distintos momentos. Finalmente quedó en manos de la estatal, pero desde mediados de 2013 no hay avances.
Cuando Zacatecanos por la Paz preparaba un informe sobre tortura, ejecuciones y desapariciones para la CIDH, pidió reunirse con la procuradora Leticia Soto. Como la funcionaria no respondía y urgía asistir a la audiencia con la CIDH, el 29 de septiembre, los activistas no presentaron dichos informes, que siguen elaborando.
Pero ahora, dice Bermeo, “ya tuvimos la reunión con la procuradora y le expusimos nuestro interés. Su respuesta fue positiva. Esperamos tener los datos. Es importante, ahora que ya el caso de Estancia de Ánimas fue presentado ante la CIDH y no lo vamos a soltar”. 
fuente.-

LAS "PISTAS de la FUGA del CHAPO" en "TRES ESTADOS".


Una planta de luz y el transporte de un primate como mascota, en el Estado de México, así como dos motocicletas compradas en el DF y pistas clandestinas en Querétaro han sido clave para que las autoridades sigan la ruta de Joaquín Guzmán Loera El Chapo, fugado de una cárcel de máxima seguridad el 11 de julio.
A diferencia de su escape en 2001, del penal de Puente Grande, Jalisco, el líder  del Cártel del Pacífico ahora ha dejado una serie de rastros que han permitido trazar el posible trayecto de su huida a Durango o Sinaloa. 
Con la información obtenida, no sólo se han centrado los operativos de recaptura en tres puntos de la Sierra Madre Occidental, entre Durango y Sinaloa; también se logró la captura de los principales operadores de la red que ayudó en el escape.
Hasta el momento hay 34 personas consignadas por el caso; entre ellas, Óscar Manuel Gómez Núñez y Édgar Coronel Aispuro, abogado y cuñado de El Chapo, respectivamente, y  23 servidores públicos.
La planta de electricidad y las motocicletas abandonadas en el túnel fueron la evidencia que llevó a la detención de cómplices de la fuga.
El transporte por tierra de un primate —presunta mascota de las hijas de Joaquín Guzmán—del Estado de México a Sinaloa, llamó la atención de los agentes del Cisen que al investigar el caso concretaron la captura de Coronel Aispuro.
 Las pistas que dejó El Chapo
A diferencia de su fuga en 2001 del penal federal de Puente Grande, Jalisco, Joaquín El Chapo Guzmán Loera y el grupo de personas que le ayudaron a escapar de la prisión del Estado de México, dejaron una serie de pistas que han permitido a las autoridades detener a los principales operadores y seguir la huella del capo hasta la frontera de Sinaloa y Durango.
Entre otras evidencias, el personal encargado de las investigaciones, siguió la ruta de las dos motocicletas que se montaron en un riel para sacar la tierra durante la construcción del túnel y, posteriormente, al capo la noche del 11 de julio del presente año.
También se encontró el número de serie de la planta de energía eléctrica que los constructores del túnel usaron para dotarse de luz y de electricidad para los extractores de aire en la obra de 1.5 kilómetros.
En las investigaciones se establece que de esta forma se obtuvo la identidad de los compradores de estos equipos, los que fueron adquiridos entre marzo y abril de 2014, casi inmediatamente después de la detención del capo.
Otro indicio se consiguió al rastrear las llamadas telefónicas a partir de la detención de dos abogados, uno de ellos Óscar Manuel Gómez Núñez, quien por encabezar la defensa de Guzmán Loera tenía acceso a diario al penal federal.
Este abogado fue señalado como el cerebro orquestador de la fuga, al servir como enlace de las instrucciones de El Chapo con los encargados de la construcción del túnel.
Una vez que se concretó la fuga, el sábado 12 de julio, Gómez Núñez intentó ingresar al penal simulando que no sabía lo que había pasado, por lo que fue detenido y enviado a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) para declarar, posteriormente fue puesto en libertad.
Del seguimiento que se hicieron a las llamadas desde el celular del abogado, se fueron obteniendo pistas, las que confirmaron que tras concretar su escape, El Chapo fue trasladado en un convoy de tres camionetas hasta Querétaro.
En el municipio de San Juan del Río sus cómplices lo llevaron hasta la localidad de Senegal de las Palomas, en donde abordó una de dos avionetas que lo esperaban en una pista privada. Las evidencias que fueron regando El Chapo y sus asistentes permitieron llegar hasta los pilotos, quienes fueron detenidos y consignados, como lo confirmó la procuradora general de la República, Arely Gómez González, el pasado 21 de octubre, en un mensaje sobre el avance de las investigaciones.
Guzmán Loera voló hasta Sinaloa en una nave comandada por Héctor Ramón Takashima Valenzuela, señalado como uno de los pilotos históricos del cártel del Pacífico.
La otra nave, que sirvió de señuelo en caso de que alguna autoridad hubiera intentado seguirlos, lo que no ocurrió, fue pilotada por Romano Lanciani Llanes, quien enfrentó una avería que lo obligó a desviarse a Culiacán, la capital del estado.
En ese momento fue contactado Julio César Takashima Valenzuela, hermano del primer piloto, mecánico en aviación que reparó la avioneta.
La segunda fuga
El Chapo Guzmán, se convirtió en el criminal más buscado y enemigo público número uno en Estados Unidos y México, tras su fuga del 19 de enero de 2001, en los primeros días de la administración del panista Vicente Fox Quesada.
En aquella ocasión, El Chapo logró salir del ahora Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 2, Occidente, ubicado en Puente Grande, Jalisco.
Entonces se manejaron las versiones de que la fuga se concretó cuando Guzmán Loera utilizó un carro de lavandería, también se dijo que se disfrazó de mujer o que se vistió con un uniforme de custodio para salir por la puerta principal.
Esta situación terminó 13 años, un mes y tres días después, cuando la madrugada del 22 de febrero de 2014 elementos de las Fuerzas Especiales de la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar), lograron la reaprehensión de El Chapo, en un departamento del condominio Miramar, en Mazatlán, Sinaloa.
Una vez recluido El Chapo en el penal, su abogado Gómez Núñez comenzó a orquestar la fuga por lo que llamó a Édgar Coronel Aispuro, hermano de Emma Coronel, esposa de Guzmán Loera y madre de sus dos hijas gemelas, piezas clave en las pistas que llevaron a la detención de los involucrados.
También se convocó a Lázaro Araujo Burgos, hombre encargado de la construcción de túneles en la frontera con Estados Unidos para el trasiego de droga, ahora para abrir uno en las inmediaciones del penal.
En la colonia Santa Juanita, de Almoloya de Juárez, Calixto Estrada Castillo vendió una extensión de su predio a dos supuestos empresarios ganaderos de Guanajuato, quienes iban a construir un supuesto criadero de cerdos.
Los compradores eran Rigoberto Martínez Dávalos, quien bajo su nombre falso de Francisco Ramírez León concretó la compra, y Germán Valdez Estrada, quien junto con Estrada Castillo realizaron una ilegal transferencia del predio, a cambio de 1.5 millones de pesos.
La compra del terreno se concretó en junio de 2014 y a partir de ese momento se comenzó a construir una casa y una bodega, que sirvieron de parapeto para ocultar el objetivo, que fue la construcción del túnel.
Rastros de caricatura
Las fuentes consultadas confirmaron que la compra de dos motocicletas abandonadas en el túnel se realizó por tres personas en una tienda
Elektra, en la delegación Iztacalco, en la Ciudad de México, lo que se consiguió con sólo seguir los números de serie y registro de la armadora de los vehículos.

En las investigaciones se establece que el comprador usó un nombre falso y se identificó con una credencial del Instituto Federal Electoral (ahora Nacional), pero se logró establecer su verdadera identidad.
También, por el número de serie se logró establecer el lugar en donde se compró la planta de energía eléctrica, que dotó de luz a los hombres encargados de la construcción del túnel.
Una de las pistas más importantes que llevó a la detención del cuñado de El Chapo, Édgar Coronel Aispuro, fue la mascota de las hijas menores del líder del cártel del Pacífico, un primate de nombre Botas, como el que acompaña al personaje de caricatura Dora la Exploradora en sus aventuras.
Resulta que tras la detención de Guzmán Loera, su esposa y dos hijas fueron trasladadas a una casa cercana al penal de El Altiplano, para realizar visitas constantes al detenido, y las niñas se hicieron acompañar de su mascota.
Una vez que se concretó la fuga, Emma Coronel y sus hijas menores fueron llevadas también en avioneta al encuentro de El Chapo, por el piloto Héctor Ramón Takashima Valenzuela, pero Botas se quedó rezagado.
El Chapo le encargó a su cuñado Édgar ir por el animal, quien realizó diferentes trámites para un traslado en avión, lo que le fue negado por las oficinas correspondientes, desde gubernamentales hasta de compañías aéreas.
Por este motivo, Édgar decidió regresar a Sinaloa en auto con Botas, que ya había llamado la atención de los agentes del Cisen, y al detectarlos se concretó la captura de Coronel Aispuro.
Las investigaciones de la Procuraduría General de la República, relacionadas con la fuga del líder del cártel del Pacífico han llevado a tomar 273 declaraciones, 64 inspecciones y 13 cateos
Se han asegurado cinco inmuebles, entre los que se encuentran el predio donde se construyó el túnel y la pista La Palma, ubicada en Sinaloa.
Las autoridades tienen en su poder 182 equipos de cómputo, diez avionetas, dos fuselajes, dos motores de aeronaves, ocho armas de fuego, 34 teléfonos celulares, cinco vehículos y tres motocicletas.
A lo largo del recorrido del túnel de la celda 20 del Altiplano al predio de Santa Juanita, se recabaron 191 indicios, mientras que en la construcción se recabaron 20, entre ellos una pistola comprada en Estados Unidos y los comprobantes de la tienda en donde se le compró ropa y tintes para cabello a Guzmán Loera.
El pasado 21 de octubre, la procuradora Gómez González informó que por la fuga del capo hay 23 servidores públicos detenidos y consignados, son elementos de la Policía Federal, custodios del penal y monitoristas del Cisen.
En total, entre personas que operaron la fuga de El Chapo al interior y exterior de penal hay 34 personas consignadas, 28 órdenes de aprehensión cumplidas con su respectivo auto de formal prisión, seis órdenes de aprehensión pendientes de cumplimentar y tres personas arraigadas.
Entre los funcionarios de más alto nivel detenidos por estos hechos están Celina Oceguera Parra, excoordinadora nacional de Penales Federales, y Valentín Cárdenas Lerma, exdirector del Cefereso 1 El Altiplano.
Un hombre herido
Grupos especiales de las secretarías de Marina-Armada de México y de la Defensa Nacional, en coordinación con agentes del Cisen, de la Agencia de Investigación Criminal y de la Policía Federal realizan diferentes acciones para lograr la captura de Guzmán Loera.
Las fuentes consultadas indicaron que el operativo principal se realiza en tres puntos de la Sierra Madre Occidental, en la frontera entre Durango y Sinaloa.
En las acciones se están utilizando drones y otros equipos especiales, ante la dificultada geografía de la región y para mantener la seguridad del personal.
También se está intercambiando información con oficinas de Estados Unidos, principalmente la Agencia Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés), instancia que apoyó cuando El Chapo fue detenido en febrero de 2014.
La Semar realiza operativos en el municipio de Tamazula, Durango, en donde se han sostenido enfrentamientos con grupos de hombres armados.
Personal del Ejército mexicano realiza un cerco en las inmediaciones de Badiraguato, Sinaloa, tierra natal de Guzmán Loera.
La presencia de personal de las Fuerzas Armadas y la realización de los operativos para la localización del capo, ha provocado un desplazamiento de habitantes de la zona hacia el municipio de Cosalá, de acuerdo con reportes de las autoridades locales.
El pasado 16 de octubre, el Gabinete de Seguridad del gobierno federal confirmó que los equipos de inteligencia reportaron que el líder del Cártel del Pacífico está herido de una pierna y la cara producto, señalaron, de una “huida precipitada”, y no de un enfrentamiento directo.
Fuente.-

...y ALCALDESA "INSISTE", BALTAZAR HINOJOSA también ABRIO "PUERTAS al NARCO" en MATAMOROS...es un "defecto" que ya le ven como "virtud" al "casi" candidato de los "PRIISTAS"..



Durante la Administración del ex Alcalde priista Alfonso Sánchez, el crimen organizado controló dependencias municipales, con lo que obtenían ingresos superiores a los 25 millones de pesos mensuales, afirmó la Alcaldesa panista Leticia Salazar.

A dos años de su Administración y en pleno proceso electoral, Salazar señaló que desde el inicio de su gestión, en octubre de 2013, hizo públicas estas anomalías.

Sin embargo, el ex Alcalde, quien nuevamente busca contender por el mismo cargo, negó las acusaciones y pidió a la Edil que demuestre sus hechos.

Fuente.-Internet
Salazar también acusó a otros ex Alcaldes (del PRI) de abrir puertas al crimen organizado.

Uno de los últimos ex Alcaldes, Baltazar Hinojosa Ochoa (2005-2007), es uno de los aspirantes más fuertes a la Gubernatura de Tamaulipas.

"Es un tema que yo declaré en los primeros meses de la Administración, lo puse en las mesas de seguridad en las que participaron las corporaciones del Estado y del Gobierno federal", dijo en entrevista ayer.

Indicó que además lo declaró ante medios locales.

Detalló que la delincuencia se encargaba de cobrar multas de tránsito, arrastre de grúas, días de corralón y hasta permisos de venta de alcoholes.


"De acuerdo a análisis de administraciones anteriores, no se reflejaban ingresos en grúas, en arrastre de vehículos o en temas de tránsito, que se iban a otro lado", explicó.

"Cuando empezó la Administración operaba una caseta en el corralón municipal que era operada por el crimen organizado".

Dijo que la caseta se tumbó y desde entonces el Municipio tomó el control del corralón.

"Mandamos un mensaje que la única autoridades después de Dios era Lety Salazar", indicó.

La Alcaldesa señaló que muchos de los Alcaldes por miedo o complicidad tienen enlace con el crimen organizado, lo que en su Administración no ha ocurrido.

"Tenemos que recordar que tristemente la cabeza del último enlace con el crimen (Wilfrido Campos) del anterior Alcalde Alfonso Sánchez amaneció enfrente del Palacio Municipal", indicó.

"Los gobiernos municipales anteriores abrieron las puertas al crimen organizado y ahora para sacarlos hemos tenido que hacer muchos esfuerzos".

Exige pruebas ex Edil de Matamoros

El ex Alcalde priista de Matamoros Alfonso Sánchez Garza negó que el crimen organizado haya permeado su Gobierno.

"Prueba de ello es que me mataron a un funcionario, que atacaron no una sino varias veces el Palacio Municipal", dijo.

En 2012 fue asesinado el director de Deportes, Wilfrido Campos, cuyo cuerpo fue arrojado frente al Palacio Municipal.

Indicó que la Alcaldesa panista Leticia Salazar deberá mostrar las pruebas que tiene de su dicho.

"Ya pasaron dos años, no entiendo por qué hasta ahora, que estamos en un proceso electoral, da esas declaraciones sin tener sustento", precisó.

Sánchez Garza exhortó a la Edil a presentar la denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR), si es que tiene pruebas.

"En mi Administración, el tema de seguridad pública estuvo a cargo de un General y un Coronel del Ejército, quienes se encargaban de lo administrativo porque me dejaron sin Policía", señaló.



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