Casi tres años después de que el
Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, anunció tomar en sus
manos la seguridad de la frontera y lanzó una estrategia federal con la promesa
de reducir los índices de violencia en Tamaulipas, el terror desatado por la
delincuencia se ha recrudecido este año, en especial en las carreteras que
conectan a Nuevo León con ese Estado.
Asaltos de comandos
armados, robos de vehículos y de pertenencias y hasta plagios masivos a plena
luz del día son algunas experiencias que han enfrentado viajeros, entre ellos
familias regiomontanas, que van a la frontera.
Sólo en días recientes, han
trascendido al menos cuatro casos de ataques de la delincuencia contra familias
de Nuevo León, así como otros incidentes violentos en Reynosa y Nuevo Laredo.
El viernes pasado, por ejemplo,
tres familias regias que aprovecharon el fin de semana largo para viajar a
McAllen fueron víctimas de grupos armados en la autopista Monterrey-Reynosa o
en la entrada de esta ciudad tamaulipeca.
Osorio prometió el 13 de mayo del
2014 una estrategia federal de seguridad para la frontera, creando el Grupo de
Coordinación Tamaulipas, integrado por elementos del Ejército, la Marina y el
Estado, que sustituyó a las policías municipales, cooptadas por el crimen.
"Vamos a restablecer las
condiciones que permitan a los tamaulipecos recuperar la tranquilidad que se
merecen", expresó entonces, cuando la violencia hacía estragos en el
Estado.
Un día después dio una fecha meta
para sus objetivos.
"En seis meses empezaremos
con los primeros resultados", aseguró en una entrevista.
Tamaulipas, sin embargo, no ha
dejado de ser uno de los Estados con más altos índices de inseguridad en el
País.
NOTA RELACIONADA:
En uno de los casos del viernes
pasado, una familia fue asaltada por una banda de cuatro hombres armados en la
autopista, unos 40 kilómetros antes de llegar a Reynosa.
Durante una hora, trajeron a la
familia en su propio vehículo por brechas, mientras era objeto de amenazas y
despojada de su dinero, celulares y finalmente su camioneta.
En otro caso, pocos kilómetros
antes de llegar al Puente Hidalgo, en el Centro de Reynosa y con luz del día,
una familia fue asaltada y despojada de todo su dinero y sus pertenencias,
aunque no del automóvil.
Un hecho más ocurrió ese viernes
unos 20 kilómetros antes de la caseta de cobro por la Autopista a Reynosa, pero
en tramo de Nuevo León, cuando otra familia, tras una persecución, logró burlar
a un grupo armado que se desplazaba en dos camionetas y pretendía detener el
vehículo en que viajaban.
Asimismo, el 31 de enero dos
sampetrinas y su chofer fueron también asaltadas y despojadas de su vehículo,
al tomar el bulevar que los dirigía al Puente Anzaldúas, en Reynosa.
"Sólo en el mes de enero (en
Reynosa) documentamos 31 secuestros, uno por día en la ciudad", reveló una
fuente de la Procuraduría estatal.
El 2 de febrero, 11 cubanos que
viajaban en un autobús de pasajeros para unirse a un grupo que buscaba asilo
político en Estados Unidos, fueron secuestrados a la salida de Reynosa rumbo a
Nuevo Laredo por hombres armados, que los liberaron tras el pago de un rescate.
JNOTA RELACIONADA:
En Nuevo Laredo, el 4 de enero
fueron acribillados por el crimen organizado cuatro funcionarios de la Procuraduría
del Estado, entre ellos Ricardo Martínez Chávez, quien semanas antes había sido
nombrado delegado de la dependencia por el nuevo Gobierno panista.
Igualmente, amenazas y acciones
violentas del crimen organizado contra El Mañana de Nuevo Laredo obligaron al
periódico a dejar de circular los pasados 29 y 30 de enero.
Hace tres años, el titular de
Segob se comprometió públicamente a regresar a Tamaulipas cada mes para evaluar
sus resultados y, en caso de requerirse, ajustar el esquema. Osorio acudió a la
cita sólo los primeros cuatro meses.
Toma Tamaulipas crimen organizado
La falta de resultados de esta
estrategia federal de seguridad genera desesperación e impotencia en los
sectores sociales y hasta en los mismos funcionarios encargados de combatir al
crimen.
La violencia de cárteles contra
autoridades tamaulipecas sigue desatada así como las guerras internas entre los
grupos de la delincuencia organizada.
Hay municipios, como Victoria y
Nuevo Laredo, donde hay una guerra fuerte entre los mismos cárteles que se
combaten entre sí, y que, a la vez, han declarado la guerra a las autoridades,
explicó un funcionario de la Procuraduría de Tamaulipas al analizar la
situación actual de la violencia en el Estado.
En plazas como Matamoros y
Reynosa, la delincuencia organizada sigue controlando hasta negocios del
Gobierno, como el cobro de piso a tianguistas, ambulantes, bares, taxis,
burdeles y carretoneros.
"También siguen cobrando
cuotas de protección a empresas locales y foráneas, ya sea constructoras,
transportadoras, recicladoras y otras", señaló la fuente.
En Reynosa, los asaltos y
secuestros en la entrada de la ciudad y en las carreteras se han incrementado
este año, aunque no hay denuncias formales por la falta de confianza en las
instituciones del Ministerio Público.
Pese al hermetismo con que se
manejan las fuerzas federales en el Estado, es evidente que la presencia
militar y de la Policía Federal ha bajado en las carreteras de Tamaulipas y en
las mismas zonas urbanas.
Los grupos del crimen organizado
han tenido una recomposición, dijeron las fuentes. Ahora las células del Cártel
del Golfo en Matamoros y Reynosa se han unido con la Columna Armada "Pedro
J. Méndez", de los hermanos Octavio y Cesáreo Leal y su lugarteniente Eloy
Flores.
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Su rival es ahora el autodenominado Cártel del Noreste (CDN), formado
por Zetas o ex Zetas (los hermanos Treviño Morales, Z-40 y Z-42), que centran
sus operaciones en Nuevo Laredo y la frontera de Nuevo León y Tamaulipas, parte
de Victoria y en Mante.
fuente.-
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