Todo comenzó cuando el entonces candidato del PRI a la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, propuso la creación de un nuevo cuerpo policial que combatiera el narcotráfico, secuestros, extorsiones y asesinatos a manos del crimen organizado. Fue hasta agosto de 2014 cuando Peña Nieto presentó a los más de cinco mil civiles armados que integrarían la primer generación de la nueva “Gendarmería” a favor de la seguridad nacional.
Tamaulipas,MX.-27/Ene/2015 Por ser una de las entidades más debilitadas en su estructura gubernamental, el estado de Tamaulipas fue de los primeros en recibir el apoyo de los nuevos cadetes con adiestramiento militar por más de un año. De más de 130 mil aspirantes, solo cinco mil pasaron las pruebas y de éstos, unos 300 fueron destinados a principios del mes de septiembre para salvaguardar el sector agropecuario, comercial y empresarial de la zona metropolitana de Tampico al sur del estado.
Pero así de silenciosos como llegaron, se fueron sin decir adiós, ni ruido hicieron a su partida. Luego de un mes y 20 días de su arribo a esta zona costera; nadie sabe, nadie supo a qué vinieron los gendarmes; personajes del ámbito empresarial, político y social de la zona, solicitaron por más de una ocasión se reforzara la seguridad con la presencia de los nuevos policías federales que únicamente eran vistos en las plazoletas públicas y a través de cientos de “selfis” que les solicitaban los tamaulipecos y es que según las mujeres tamaulipecas, los gendarmes en su mayoría eran de buen ver y dicho por otros, las oficiales que con sus ojos dejaron cautivado a más de uno.
El sigilo de su partida fue tal que en la junta semanal de seguridad de la zona costa, el jefe operativo de la Gendarmería Nacional en Tampico, José Armando Lozano Adame, aún tenía su lugar personalizado, ante la ausencia más de uno preguntó y tras la noticia, muchos se preguntaron ¿y éstos a qué vinieron? Si las instituciones gubernamentales, particularmente la del orden municipal y los sectores primarios derivados de esta tierra están relativamente igual.
Pero qué hubiera pasado si los oficiales de la Gendarmería lejos de darle un gusto a los tamaulipecos en cada “selfie”, hubieran obtenido información real de las cosas desde la perspectiva ciudadana y no los números y situaciones maquilladas que reporta el gobierno local; que sería de los tampiqueños, si en cada visita que tuvieron los gendarmes a la plaza pública, hubieran logrado su propio panorama; imagine usted si en cada patrullaje, hubiesen reconocido las colonias más conflictivas, identificado a los operadores de cada sector y detectar alguna que otra casa de seguridad. Ojalá que por lo menos, ese hubiera sido el “Plan: A” de la Gendarmería Nacional.
Todos quisieran pensar que hicieron un trabajo de inteligencia quirúrgica que ayude a la neutralización del conflicto, reducción, debilitamiento de las bandas y detección de los funcionarios públicos coludidos para que el día de mañana que regresen con el “Plan: B” la impunidad y corrupción en Tamaulipas sea menos que hoy para que esta tierra “tan bonita y productiva” vuelva a convertirse en el paraíso de todos, en la zona de descanso sin conflictos, ni discordias como era antes.
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