Este caso apesta a gasolina contrabandeada en buques y a moral hecha trizas. El ex juez Anuar González Hemadi, aquel memorable impartidor de justicia que se ganó el apodo del “juez de los Porkys” por regalarle oxígeno legal a un pederasta con un amparo vergonzoso, decidió que su salida del Poder Judicial no sería hacia el retiro tranquilo, sino directo a las entrañas del crimen organizado, con horario completo y credencial empresarial incluida.
De la toga al huachicol
El señor Hemadi, que ya venía cargando la fama de juez corrupto por haber tratado con algodones judiciales a los muchachitos de dinero que abusaron de Daphne Fernández en Veracruz, reaparece ahora en un escándalo de trafico de huachicol fiscal fomentado por corruptos de la Marina Armada de Mexico,que debían impedirlo, pero se tropezaban con 1.7 millones por buque.
Al ex-juez lo detuvieron por sus vínculos con Mefra Fletes, una compañía que se dedica a mover hidrocarburos ilegales como si fueran garrafones de agua purificada. No es broma: el ex juez se enlistó oficialmente como apoderado legal de la empresa en noviembre de 2023, según documentos públicos.
La red de los intocables
Mefra Fletes no es cualquier fletera. Es parte de una red que desde 2020 se dedica a traficar combustible: llega en buques a los puertos, lo cargan en pipas y lo sacan al mercado negro con absoluto descaro. Y como toda buena novela mexicana, no falta la nómina VIP: sobrinos del ex secretario de Marina, un ex director de la ASIPONA de Tampico y —claro— nuestro héroe caído de la judicatura.
El reciclaje de la corrupción
Lo irónico es que González Hemadi fue echado de los tribunales en 2019 precisamente por “corrupción y errores inexcusables” en uno de los casos más indignantes de abuso sexual en México. Parecía el final de su carrera, pero no: lo suyo fue un simple cambio de despacho. Ya no firmaba amparos, ahora firmaba contratos para mover huachicol. La corrupción no se jubiló, solo encontró un nuevo uniforme.
El colmo
Para ponerle la cereza al pastel, la red donde figuraba este “hombre de leyes” llegó incluso a vender diesel a la mismísima SEDENA, con destino a las obras del flamante Aeropuerto Felipe Ángeles. Es decir: mientras el Ejército se envolvía en banderas nacionalistas, terminaba comprando combustible con olor a cloaca criminal.
El cuento es claro: Anuar González Hemadi dejó de ser “juez” hace años, pero nunca dejó de ser un operador de lo turbio. La toga solo era el disfraz temporal antes de meterse de lleno al negocio del robo de combustible. De impartir justicia pasó a impartir rutas de huachicol. En ambos casos, siempre defendiendo a los peores,mientras los buenos manchan los uniformes blancos doblemente, primero con corrupción y luego con su sangre, avalado por un parte oficial que dice que el solito se la partio.
Con informacion: ELNORTE/
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