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miércoles, 23 de julio de 2025
“NO ACTUARON porque ERAN CHISMES del …EJERCITO ?”: “CRONOLOGIA de ACUSACIONES a NARCO JEFE de POLICIA desde 2019 EVIDENCIAN INACCION CALCULADA del GOBIERNO y OTRA VEZ las MENTIRAS de HARFUCH”…la memoria documental y los hechos terminan desenmascarando al embustero.
Los hechos: Investigación militar contra Bermúdez Requena desde 2019
Las mas recientes declaraciones oficiales y mentirosas de Omar García Harfuch,se dieron ayer al hablar públicamente de las investigaciones en contra de Hernán Bermúdez Requena,jefe de la policia en Tabasco que resulto ser jefe del Cartel de la Barredora,miembro de Morena y estrechamente vinculado al Senador Adan Agusto Lopez,exgobenador y ex-secretario de Gobernación que habría influido para evitar que fuera detenido.
Divers documentos militares y filtraciones del “Guacamaya Leaks” acreditan la falsedad de “Harfuch”, pues las sospechas, indagatorias y reportes de inteligencia sobre el ahora exsecretario de seguridad de Tabasco comenzaron años antes.
Pruebas de inteligencia militar desde 2019
Más de 30 informes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y unidades de inteligencia castrense documentan desde 2019 los presuntos vínculos de Bermúdez Requena, apodado “Comandante H”, con la célula criminal “La Barredora” en Tabasco. Estos reportes señalaban actividades como robo de combustible y nexos con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG),como cita INFOBAE y Azucena Uresti.
Informes filtrados a través del colectivo “Guacamaya Leaks” muestran alertas e investigaciones sistemáticas sobre sus conexiones con el crimen organizado, enviados tanto a instancias federales como estatales, entre ellas el entonces Presidente Lopez Obrador,como cita en otra publicación el mismo portal INFOBAE.
Testimonios recogidos por medios nacionales aseguran que entre 2019 y 2022 se elaboraron al menos cinco informes de inteligencia militar que ya identificaban e implicaban a Bermúdez Requena y otros mandos policiales tabasqueños como operadores o protectores del CJNG y bandas locales de huachicoleo.
Postura del gobierno actual y contradicciones
Omar García Harfuch, actual secretario de Seguridad federal, ha insistido mediáticamente en que las investigaciones formales en Fiscalía comenzaron en noviembre de 2024, tras la difusión de notas periodísticas y reportes locales. Esta versión omite deliberada y dolsoamente los antecedentes y alertas de inteligencia anteriores.
Autoridades civiles han justificado que no se actuó antes porque “no había pruebas fehacientes” o “no se puede informar algo que no está comprobado”, desacreditando la relevancia y contundencia de los reportes militares y ampliando una narrativa de ocultamiento o dilación dolosa en la investigación.
Elementos de dolo y sesgo
La ocultación o minimización sistemática de los reportes castrenses por parte de autoridades civiles podría interpretarse como dolo: pese a tener conocimiento documentado desde 2019, no se actuó judicial ni políticamente hasta que el caso escaló mediáticamente en 2024 y 2025.
El énfasis mediático y en conferencias gubernamentales sobre un inicio tardío de investigaciones lleva un claro sesgo que busca proteger a diversos actores políticos involucrados con la carrera y designaciones de Bermúdez Requena durante el sexenio de Adán Augusto López y, posteriormente, Carlos Manuel Merino.
No es menor el hecho de que Bermúdez Requena permaneciera en el cargo cinco años después de las primeras alertas del Ejército, mientras múltiples delitos en Tabasco crecieron ligados a las bandas que él protegía o presuntamente dirigía.
Tabla resumen: Cronología de advertencias e indagatorias
Año
Evento/Reporte
Fuente principal
2019
Primeros informes militares vinculan a Bermúdez Requena con “La Barredora” y el CJNG
Conclusión: La narrativa oficial ha minimizado deliberadamente la profundidad y antigüedad de las investigaciones militares contra Hernán Bermúdez Requena.
Las afirmaciones de García Harfuch de que el escrutinio comenzó solo en 2024 son incompletas y sesgadas: existen pruebas abundantes de que desde 2019, el Ejército y sus áreas de inteligencia ya habían acumulado evidencia sobre sus vínculos criminales y presuntas redes de protección política. Este ocultamiento evidencia tanto dolo institucional como un manejo mediático sesgado en favor de intereses políticos y de la gobernabilidad oficialista que los convierte en complices.
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