Al tomar posesión el sexenio pasado, Enrique Peña Nieto señaló que su primera gira oficial tendría lugar el 6 de diciembre de 2012. Ese día despegó de la Ciudad de México con su comitiva en el bimotor Boeing 757-225 Presidente Juárez TP-01, con destino a Monterrey, Nuevo León, para anunciar el inicio de las obras del Metro en dicha capital estatal.
En el trayecto de una escasa hora, Peña Nieto y sus acompañantes —cerca de 60 personas, sin contar el personal de seguridad— ordenaron seis botellas de vino tinto Monte Xanic, tres de Maestro Tequilero Reposado, una de whisky Chivas Regal 12 años y una de licor Baileys.
Después, en cascada, vinieron otras salidas en las que el consumo de bebidas a bordo de la nave, con 15 tripulantes y registro XC-UJM, resultó cada vez más amplio y oneroso para el erario, sobre todo cuando se trató de trayectos prolongados a destinos en el extranjero.
El expresidente Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera al arribar en el avión presidencial en octubre de 2012 a Madrid, España.
Al cabo del periodo 2012-2015, dentro del avión presidencial se consumieron 746 botellas de diferentes tipos, que sumaron un total de 522 litros con un valor de 271 mil 14 pesos, entre las que destacan vino tinto, whisky, tequila y coñac, de acuerdo con información obtenida por EL UNIVERSAL vía la Ley de Transparencia, que no desglosa los trayectos —de ida y vuelta, por ejemplo— en que se produjeron los consumos.
A través de solicitudes de información, se registraron 41 viajes nacionales con un gasto total de 51 mil 962 pesos en alcohol durante el periodo comprendido entre diciembre de 2012 y diciembre de 2015; es decir, los primeros tres años del sexenio de Peña Nieto.
Al empezar a dar seguimiento a sus compromisos de campaña, Peña Nieto visitó Acapulco, Guerrero, con el fin de “rescatar” el puerto de la creciente inseguridad, y quizá no lo logró, pero durante el viaje, que fue de menos de media hora, a bordo se destaparon 35 botellas equivalentes a 9 mil 730 pesos.
Le siguió una visita a Mérida, Yucatán, en la que el consumo alcanzó 27 botellas con un costo de 9 mil 606 pesos. En la capital yucateca, el mandatario anunció el proyecto del Tren Transpeninsular e inauguró el Gran Museo Mundo Maya.
En el caso de los desplazamientos internacionales, los gastos por este concepto resultaron más elevados, puesto que alcanzaron 219 mil 52 pesos en 15 salidas a Chile, Costa Rica, Venezuela, Italia, China, Perú, Haití, Indonesia, Japón, Panamá, Guayana Francesa —en ese caso, quien viajó al centro espacial europeo en Kourou para el lanzamiento del satélite Bicentenario en diciembre de 2012 fue el entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza—, Estados Unidos y Turquía.
La primera gira de Peña Nieto al extranjero en el TP-01 fue a Santiago de Chile, el 24 de enero de 2013, donde participó en la primera Cumbre de jefes de Estado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), así como en la cumbre entre la Celac y la Unión Europea. En el trayecto al país andino se tomaron 78 botellas, por las que erogaron 27 mil 963 pesos.
Los tipos preferidos de bebidas alcohólicas de Peña Nieto y sus acompañantes fueron el whisky, el vino tinto y el tequila. En los vuelos nacionales, se gastó en 14 marcas en total, que sumaron 148 botellas (103.6 litros).
Las bebidas que más se consumieron fueron vino tinto Monte Xanic Cabernet Sauvignon y Merlot, de producción nacional y 750 mililitros, con un total de 62 unidades por un valor de 21 mil 960 pesos.
Les siguió el whisky escocés Chivas Regal 12 años de 750 mililitros (20 unidades), que sumaron 10 mil 101 pesos, y el tequila Maestro Tequilero Reposado de 750 mililitros, con 20 botellas por un costo de 7 mil 360 pesos.
Sin embargo, en los viajes al exterior, las preferencias cambiaron: el registro indica que se consumieron 32 marcas distintas de bebidas que ascendieron a 598 botellas (418.6 litros en total). Entre ellas se cuentan 81 botellas de whisky Chivas Regal 12 años con un valor de 41 mil 658 pesos.
También están el coñac Hennessy VSOP 700 ml, con un valor de 37 mil 476 pesos, equivalentes a 48 botellas, así como el vino tinto Casa Madero Merlot con 102 botellas, por las cuales se erogaron 26 mil 963 pesos, y 49 botellas de tequila El Milagro Añejo de 750 mililitros, cuyo precio fue de 15 mil 65 pesos.
En 2014, el Presidente Juárez, con casi 30 años de antigüedad, fue reemplazado por un costo superior a 6 mil millones de pesos por el Boeing 787-8 Dreamliner José María Morelos y Pavón, que entró en servicio el 10 de febrero de 2016 con un vuelo a la Base Aérea Militar Número 18 en Hermosillo, Sonora, donde Peña Nieto encabezó los festejos por el Día de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM).
Cuando hubo oportunidad, respecto a si la nueva aeronave era un “palacete” lleno de lujos, Peña Nieto respondió a los reporteros que hubo “información distorsionada”, puesto que se había adquirido, dijo, en un proceso de “renovación natural” para que el Ejecutivo cumpliera sus tareas de forma adecuada.
El viejo Presidente Juárez, que llegó a ser considerado el avión más moderno de su tipo en América Latina, pasó a la flota del Estado Mayor Presidencial, hoy desaparecido, como TP-02, tras acumular 323 giras internacionales y una serie de problemas técnicos que hacían inviable mantenerlo.
El Boeing 757-225 llegó incluso a ser desviado a bases militares en Tokio, París y Roma, debido a sus niveles de ruido y contaminación, aseguró este diario en 2015.
Adiós al Dreamliner
Casi tres años más tarde, el flamante Dreamliner que lo sustituyó con el nombre de uno de los héroes de la independencia de México dejaría de prestar servicio, luego de la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de venderlo.
Por medio de la agencia United Nations Global Market, la Organización de las Naciones Unidas esta semana puso en línea una subasta internacional para la venta del avión, que se encuentra estacionado en el Aeropuerto Logístico del Sur de California en Victorville, Estados Unidos, ubicado 32 kilómetros al norte de San Bernardino. El proceso vencerá el próximo 15 de abril.
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