Javier Duarte, ex-gobernador de Veracruz,ex Virrey Priista de las tierras jarochas, recibió ayer un rotundo NO por parte de la jueza Ángela Zamorano Herrera,que le cerró las puertas, aunque temporalmente, al reo que aun enfrenta mas acusaciones de la justicia que tambien ha sido benévola.
El arte de no cumplir requisitos
Duarte ,quien buscaba la libertad anticipada llegó a la audiencia como quien esperaba milagros en día feriado, pero salió como quien se entera que su quiniela fue cancelada por alineación indebida. La ley, siempre tan decorativa, exigio siete requisitos: el ex gobernador, ese maestro de geometría legal, sólo logró cinco. Falló en el rubro de capacitación, educación, deportes y trabajo, tal vez porque en prisión el “trabajo” es mantener las apariencias y el deporte, esquivar responsabilidades. Por si fuera poco, arrastra dos procesos más: uno por desaparición forzada y otro por peculado. El menú degustación penitenciario.
La cuenta regresiva al estilo prisión
Si la apelación no prospera y la defensa de Duarte termina siendo puro flan argumental, su fecha de liberación es el 15 de abril de 2026. Hoy es 22 de noviembre de 2025. Sacamos la calculadora, las cuentas y el rosario: faltan 145 días desde hoy hasta que pueda ver el sol sin barrotes, más otros 5 meses que se le van como agua del Popocatépetl en temporada de secas. Así que el señor Duarte tiene que esperar exactamente 145 días de penitencia, reflexiones, yoga carcelario –sin derecho a blue ray,celular y sin mesas en la celda para impedir miradas inquisitivas– si no prospera su último berrinche judicial.
Legalidad, moralidad y otros deportes extremos
La defensa jura que “se respetan las decisiones”, aunque en realidad lo que se respeta aquí es el arte mexicano de buscarle la vuelta a todo. “No hizo ningún comentario”, aseguran, confirmando que, además de la mala suerte, Duarte tiene lengua selectiva y manejo de silencios digno de seminarista en retiro espiritual.
Pero la Ley Nacional de Ejecución Penal es clara: buena conducta, cumplida condena y nada de andar metido en más procesos. Duarte, que presume el 95% del tiempo tras rejas cumplido por asociación delictuosa y lavado de dinero, se quedó corto en eso que llaman reinserción social.
Así que, para el próximo episodio, habrá que esperar si el ex gobernador sale a escena antes de Semana Santa o si la escena se queda en suspenso. Y mientras afuera el mundo gira, dentro sigue contando: uno, dos, tres… ciento cuarenta y cinco días más para que a Duarte le quiten los fierros y, quién sabe, quizás le pongan… una estatua, una placa o nada, porque aquí la ley y la historia la escriben los que llegan primero, no los que cumplen primero.
Con informacion: ELNORTE/

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