Ayer miércoles por la tarde, el Presidente Municipal de Elota, Richard Millán Vázquez (sí, el de Movimiento Ciudadano, los del naranja alegre y la sonrisa de campaña), se topó con la versión sinaloense del “bienvenido a casa”: ráfagas de balas en plena maxipista Culiacán–Mazatlán.
El alcalde iba contento, según su propio video en redes. Acababa de echarse una charla de “gestiones” con el Gobernador Rubén Rocha Moya y el Secretario General de Gobierno. Todo muy institucional, muy sonriente, muy “bendecido”.

Minutos después, la realidad lo sacó de TikTok y lo metió al modo sobrevivencia.
En el kilómetro 124, por Jacola, le salió al paso un Honda azul con gente armada. No para pedirle una selfie: dispararon directo a su camioneta blindada, una Toyota Tacoma que demostró valer cada peso del blindaje. El chofer, que merece una medalla o al menos un buen bono, pisó el acelerador y logró escapar mientras los atacantes seguían soltando tiros. No fue una ráfaga simbólica: fue un recordatorio de quién manda en las carreteras sinaloenses.
La SSP de Sinaloa, en su estilo de siempre —ese lenguaje aséptico que suena a “todo bajo control mientras corre la sangre”—, confirmó el intento de ataque y anunció un operativo de búsqueda de los agresores, con tan mala suerte que huele mas a falta de eficacia y eficiencia, que hasta ahora, ninguno ha sido detenido.
Contexto incómodo:
Un día antes del atentado, hubo enfrentamiento en el poblado Ensenada, en el mismo municipio de Elota. Resultado: un delincuente abatido, otro detenido, arsenal decomisado y el narco con el orgullo magullado. O sea, una receta clásica para un atentado de “aviso”.
La secuencia es casi didáctica: se mueven las autoridades de manera selectiva → se molesta una faccion criminal → alguien paga el mensaje → todos niegan vínculos → el ciclo se reinicia.
El saldo:
El alcalde ileso, su camioneta agujereada, los agresores difuminados en la autopista y el crimen organizado marcando territorio otra vez.
Sinaloa, tierra donde el blindaje es requisito de supervivencia y donde un “muy contento y agradecido” puede transformarse en “por poco y no la contamos” en cuestión de minutos.
Actualización al 16 de octubre de 2025:
Fuentes policiacas consultadas extraoficialmente confirman que el Grupo Interinstitucional mantiene patrullajes en la zona de Jacola y Estación Dimas, aunque hasta ahora no se reportan detenidos. En Elota, la Guardia Nacional reforzó presencia en entradas y salidas del municipio, pero dentro del ayuntamiento todos callan: se habla bajito, se mira al suelo y se agradece al blindaje.
Con informacion: ELNORTE/

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