La informacion destapa la cruda realidad: 11 asesinatos y al menos 7 heridos en menos de 24 horas entre Culiacán y Navolato. Es la rutina de horror en Sinaloa, mientras la autoridad sigue festejando “reducciones” en homicidios como si esos porcentajes hicieran magia y borraran cadáveres del mapa
Radiografía del caos
Las ejecuciones ocurren en todos lados: desde alguien que ni despierto estaba hasta policías, buscadoras y hasta familias enteras. Los narcos pasean con total impunidad, atacan a cualquiera y hasta los agentes estatales caen como si fueran civiles. ¿“Investigaciones”? Las de siempre: promesas, boletines y cero resultados.
Estrategia oficial, teatro del absurdo
Pese a un show mediático de cifras donde presumen caídas de hasta 42% en homicidios, la realidad es que Sinaloa acumula el segundo año más violento de la década. Las “reducciones” se logran comparando meses distintos y maquillando datos, mientras los crímenes siguen y la percepción ciudadana es puro terror. Hasta el propio gobernador admite que de nada sirve presumir números si la violencia no cede.
¿Reducción de homicidios o ficción estadística?
Los funcionarios comparan periodos no equivalentes para sacar porcentajes “victoriosos”, pero Sinaloa pasó de 294 homicidios entre enero y julio de 2024 a 1063 en el mismo periodo de 2025, un incremento de 261%. Y los pocos operativos son como poner curitas a una hemorragia.
El colmo
Cuando asesinan policías, los clasifican como “agresiones a autoridades” y ya ni aparecen en las cifras de homicidios, otro truco estadístico para presumir “menos muertos”. Mientras tanto, la guerra narca sigue más viva que nunca y el gobierno se queda con sus tablas y gráficas a modo.
Moraleja irreverente
Sinaloa arde y los discursos oficiales son puro humo: “reducción farsante” de una violencia que nunca baja, solo cambia de rostro. ¿El fracaso? Salta a la vista en cada esquina ensangrentada y cada boletín que oculta el desastre.
Con informacion: NMAS+/
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