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lunes, 15 de septiembre de 2025

“VIO MUCHO CUNA de BOBOS”: “DIARIO ESPAÑOL EXHIBE DOLO DISCURSIVO de SHEINBAUM hablando de las MALDITAS HERENCIAS CORRUPTAS del BISABUELO o el ABUELO pero NO de su PADRE AMLO”…le dejo testamento envenenado y cofre de deudas disfrazadas de recuerdo de familia.


Un intereante articulo publicado por el diario español,El Pais,expone una realidad en torno a la Presidenta Claudia Sheinbaum,su dolo discursivo y su narrativa echa culpas selectiva que caracteriza las mañaneras del pueblo.

Y es que,la señora presidenta parece haberse tomado demasiado en serio el libreto de Cuna de lobos: cada mañana reparte improperios con la cadencia de una villana de telenovela, señalando a Calderón y a Peña como si fueran los tíos codiciosos en medio del pleito por la herencia. Solo que, como toda heredera un poco ciega, se hace de oídos sordos frente al testamento envenenado que le dejó López Obrador: instituciones podridas, personajes sospechosísimos y un cofre de deudas disfrazadas de recuerdos de familia.

Su dolo discursivo es simple: inventar que lo peor viene de generaciones pasadas, mientras blanquea la figura del “padre político inmediato”, aunque la corrupción siga oliendo a gasolina de contrabando, marinos ejecutados, militares salpicados. Claro, es fácil alzar la voz contra el abuelo (Calderón) y el bisabuelo (Peña), pero se le quiebra el temple cuando alguien le recuerda que papá (AMLO) fue el que le heredó la casa infestada de termitas.

Sheinbaum habla de herencias malditas como si se tratara de telenovela, pero su tragedia no es melodramática sino política: pretende habitar un palacio donde los espejos están quebrados y cada vidrio la refleja más enojada, más crispada, más rehén de aquello mismo que jura combatir. A fuerza de repetir “maldita herencia corrupta”, la presidenta corre el riesgo de que la frase deje de ser un reproche al pasado y termine como epitafio de su propio gobierno.

Asi lo cita El Pais:

“Ya se ha comentado en este espacio que las mañaneras se están convirtiendo en el escenario en que Claudia Sheinbaum pierde el temple y deja asomar ciertos tonos de furia que hacen palidecer a cualquiera y compadecer a quien tiene que tolerar o simplemente presenciar, esos arranques destemplados. “Maldita deuda corrupta”, dijo la presidenta, recordando con el lenguaje y el tono aquellas famosas telenovelas mexicanas que eran reconocidas en el mundo. Se refería concretamente a la deuda sobre Pemex que dejaron las Administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Por supuesto ni por asomo menciona el desastre que fue la petrolera durante el pasado Gobierno, un verdadero pozo sin fondo. Por decirlo en términos de herederos: a la presidenta le molesta no la herencia que le dejó el papá sino las del abuelo y el bisabuelo.

Curiosamente en estos días hemos visto todos –porque también se ha comentado en las apariciones presidenciales- como le ha explotado a la presidenta en las manos la “maldita herencia corrupta” de su antecesor. Porque no es otra cosa que una maldición que López Obrador le haya dejado “maldita” y “corrupta” ni más ni menos que a la Marina Armada de México, una institución que había sido pilar en la lucha contra el crimen organizado y que destacaba por su capacidad, organización y honestidad. 

Ahora, según la información del propio Gobierno de Sheinbaum, la podredumbre en esa Fuerza Armada durante el Gobierno anterior alcanza los más altos niveles. La Marina podrida en la parte alta de su pirámide. Eso no estaba en el panorama, eso no lo imaginábamos. 

Tanto el responsable de la seguridad Omar García Harfuch, como el fiscal general y la propia presidenta, han hecho malabares o desfiguros –como se le quiera definir- para defender de la corrupción en la Marina al titular de esa dependencia en el Gobierno de López Obrador, el almirante Rafael Ojeda Durán. El escándalo del contrabando de combustible de miles de millones de litros ensombrece la pálida luz que había sobre la herencia del Gobierno anterior.

Maldita herencia corrupta es la de tener a Adán Augusto López como el senador prominente de Morena en el Senado. La exitosa captura de hace unos días del capo del crimen organizado en Tabasco, Hernán Bermúdez, y que fuera secretario de seguridad durante el Gobierno de don Adán, habla de la corrupción rampante alrededor de los más cercanos al presidente anterior. 

Porque otra maldita herencia, también corrupta, es la de Andy, el hijo consentido del prócer, sorprendido en Tokio dándose la gran vida; porque la maldita herencia corrupta abarca al expresidente del Senado y una casa millonaria mal habida o las joyas, lujos, y despilfarros de los que hace gala la clase gobernante de manera descarada. Ellos, en su medida, en lo que les corresponde, también son y se sienten herederos.

Para infortunio de la sucesora, cada que ella avanza ya sea en materia de seguridad, combate anticorrupción o simple adecentamiento de la vida pública topa con pared: la maldita herencia corrupta de López Obrador.”

Con informacion: DIARIO ESPAÑOL/JAUN IGNACIO ZAVALA/ELPAIS

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