La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) correspondiente al segundo trimestre de 2025 revela una crisis profunda y sostenida en Culiacán: el 90.8% de la población adulta percibe su ciudad como insegura, lo que convierte a la capital sinaloense en la urbe con mayor percepción de inseguridad en el país.
El 90.8% de percepción de inseguridad en Culiacán significa mucho más que una simple estadística. Más allá del número frío, implica:
1.Parálisis social: Nueve de cada diez personas viven con miedo cotidiano. Esto altera profundamente la vida diaria: las familias restringen salidas, jóvenes dejan de estudiar en ciertos turnos, comercios adelantan cierres, y espacios públicos se vacían al anochecer. El miedo es una presencia constante, a veces más fuerte que el propio delito.
2.Desconfianza estructural: La mayoría de los ciudadanos no espera protección de las autoridades, ni confía en que la situación mejore pronto. Esta desconfianza erosiona el tejido social, fomenta el silencio frente a los delitos y dificulta la organización comunitaria para reclamar seguridad.
3.Normalización del horror: El miedo comienza a ser parte de la “normalidad”: escuchar disparos, ver retenes irregulares, saber de desaparecidos o muertos ya no sorprende. Eso destruye la esperanza y endurece la percepción de que la violencia llegó para quedarse.
4.Impacto emocional y psicológico: La ansiedad, la tristeza y la sensación de indefensión se trasladan entre generaciones. Hay secuelas en el desempeño escolar, problemas de salud mental, rupturas familiares y aumento de estrés, que no siempre son visibles en la estadística, pero que se sienten en cada hogar.
5.Fracaso institucional: Que el 90.8% se sienta inseguro, incluso con miles de policias de todo tipo de uniformes, de millares mas del ejército y Guardia Nacional, es una evaluación social brutal: los gobiernos, en todos sus niveles, han fracasado en su deber más básico.
6.Pérdida de futuro: Cuando el miedo domina la vida pública y privada, se comienzan a truncar proyectos de vida y aspiraciones. Muchos jóvenes buscan irse, y las expectativas de mejora se desploman.
En suma, el 90.8% no es solo una alerta, es la radiografía de una ciudad donde la violencia moldea la vida cotidiana y donde la posibilidad de un retorno a la normalidad parece, hoy, lejana. Es el retrato de una sociedad sitiada, sin confianza en el Estado y con una herida abierta cada día.
Que dice la ENSU 2025 2T:
La ENSU recolecta datos en 91 ciudades, y Culiacán supera a Ecatepec de Morelos (90.7%) y Uruapan (89.5%) como los lugares donde más se siente el miedo cotidiano. Este clima de terror se asocia directamente a la guerra intestina en el propio Cártel de Sinaloa, cuyas facciones han mantenido una pugna violenta desde septiembre del año pasado que nos habla del fracaso en la estrategia de seguridad local ,federal y militar que por igual se replica en otras partes del pais.
Las consecuencias van mucho más allá de percepciones: la ciudadanía ha modificado hábitos cotidianos por el temor, evitando cargar objetos de valor, restringiendo la movilidad de menores y limitando salidas nocturnas. Los espacios donde se percibe mayor riesgo son los cajeros automáticos en la vía pública (72.2% de los encuestados se siente inseguro), el transporte público (65%), calles (63.7%) y carreteras (57.9%).
El entorno inmediato no sólo registra enfrentamientos armados, sino también delitos comunes y desorden: 59.9% señala el consumo de alcohol en calles y 50.1% reporta robos o asaltos en sus alrededores. A ello se suma un 41.1% que observa venta o consumo de drogas, 40.6% nota vandalismo, y un escalofriante 37.7% ha escuchado disparos frecuentes con armas de fuego en sus colonias. Todo esto, en el espacio de 12 meses donde las promesas de un “cambio de estrategia” se han traducido, en los hechos, en más sangre, más miedo y una total pérdida de confianza en las autoridades preventivas y policiacas, que apenas obtienen aprobaciones entre 46 y 53%; el ejército y la marina superan el 80% pero sólo en percepción, mientras la realidad se desploma.
El reflejo en expectativas es demoledor: sólo 25.1% cree que la situación mejorará en los próximos 12 meses, mientras que 32.5% cree que “todo seguirá igual de mal” y un cuarto de la población advierte que la crisis empeorará aún más.
La vida cotidiana en Culiacán está marcada por el temor, el duelo y una esperanza que se vuelve estadísticamente marginal. El saldo, después de casi un año de guerra interna entre bandos de la misma organización criminal, es un fracaso tan palpable como el propio miedo: la violencia, lejos de contenerse, se ha instalado como rutina y la política de seguridad es percibida más como simulacro que como defensa efectiva.
Con informacion: RIODOCE/

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