La petición del Ayuntamiento de Reynosa al Congreso de Tamaulipas para obtener un fondo emergente de 386 millones de pesos tras las graves inundaciones fue rechazada bajo el argumento de que el municipio cuenta con excedentes y ahorros por 484 millones de pesos, provenientes principalmente del Fondo de Hidrocarburos y economías presupuestales].
Diputados de Morena, encabezados por Isidro Jesús Vargas Fernández, sostienen que el propio municipio puede y debe reasignar sus recursos para atender la emergencia, sin requerir apoyo adicional del Congreso.
Desglose del Discurso y las Acciones
- Los diputados insisten en que Reynosa tiene recursos suficientes y que la ley permite usar excedentes para contingencias, subrayando que no corresponde al Congreso reasignar fondos municipales.
- Se ofrecen “sugerencias” y asesoría para que el Cabildo ajuste su presupuesto, pero se recalca que la responsabilidad y autonomía son exclusivas del municipio, deslindando al Congreso de cualquier obligación directa
Punto Medular: La Animadversión Política
En cada palabra y acción se percibe una estrategia de desgaste y bloqueo al alcalde Carlos Peña Ortiz:
- Negación sistemática de recursos: Aunque la emergencia es evidente y documentada, la negativa se apoya en tecnicismos presupuestales y en la existencia de recursos propios, sin considerar la magnitud de la contingencia ni la urgencia social.
- Enfoque en presuntas irregularidades: Se destaca públicamente el rezago en la comprobación de gastos, vinculando la petición de ayuda con supuestos malos manejos, lo que politiza y judicializa la gestión municipal.
- Ofrecimiento de ayuda condicionado: La “disposición” a ayudar está siempre supeditada a que el alcalde acepte la asesoría y el control del Congreso, lo que en los hechos implica una intromisión y una desconfianza manifiesta.
- Narrativa de autosuficiencia forzada: Se insiste en que Reynosa debe arreglárselas sola, aun si esto implica sacrificar programas, obras o apoyos sociales, lo que puede perjudicar a la población afectada.
Conclusión: El Odio Político como Motor
Un análisis detallado revela que la postura de los diputados va más allá de una simple revisión técnica o legal: cada argumento, cada condicionamiento y cada negativa están impregnados de una voluntad de no ayudar al alcalde, aunque esto signifique afectar a los ciudadanos de Reynosa.
El trasfondo es una lucha política abierta y soterrada, donde el objetivo central parece ser debilitar al alcalde, exhibirlo como incapaz o irresponsable y, en última instancia, bloquear cualquier logro que pudiera capitalizar políticamente.
El punto medular, por tanto, es la animadversión política: “odian al alcalde”, y esa animadversión se traduce en acciones concretas que priorizan el desgaste político sobre el bienestar de la población.
“Lo que nosotros buscamos es que más allá de ataques, más allá de rencores, más allá de difamaciones, es que en este momento se ayude a la ciudadanía y a la ciudad de Reynosa…” – Alcalde Carlos Peña Ortiz.
Esta cita del alcalde evidencia el ambiente hostil y la percepción de que la negativa del Congreso responde menos a razones técnicas y más a una disputa política personal y de partido que el gobernador de Tamaulipas,el verdadero patrón del congreso, no ha podido superar, menos olvidar.
La ausencia de humanismo y la flaqueza moral de los correligionarios del alcalde de Reynosa ,que fingen de Diputados, son evidentes y dejan ver que en la arena política son capaces de vestirse de tecnócratas, pero bajo el traje les laten corazones vulnerables a la pasión y al rencor.
Estos Diputados podrían ser perfectos administradores del bien común, pero se esta volviendo muy común que por servir a la agenda de rencores del gobernador terminen por no servir.
Al final, estos entes mal llamados legisladores que deberian representar a los ciudadanos pero no con poses de dioses de la ley, dejan ver que meros mortales gobernados por emociones tan intensas que a veces ciegan el deber y sacrifican el bien público en el altar de sus propias pasiones.”
En la balanza del poder, el platillo de las emociones esta pesando más que el de la razón; y así, los diputados, tan humanos como cualquier otro, dejan que el odio y la rivalidad dicten el destino de una ciudad en crisis.
Si la perfección fuera posible en la política, estos diputados la rozarían con la punta de los dedos; pero la sombra de sus emociones humanas siempre termina por oscurecer sus mejores intenciones.
Mortales al fin, estos diputados “Región IV” olvidan que el verdadero enemigo no es el adversario político, sino la mezquindad que LES brota cuando se dejan gobernar más los sentimientos que la razón.
Como podrian los Dioputados y el gobernador trabajar ese odio
Para que los diputados trabajen en su odio y, tal vez, logren canalizarlo de manera más productiva:
- Terapia de grupo con el alcalde:
Nada como un círculo de sillas, cafecito y una terapeuta que les ayude a decir: “Me llamo diputado y odio al alcalde… pero quiero cambiar”. - Clases de yoga y respiración profunda:
Antes de cada sesión, una hora de “ommmm” para que el odio fluya… y se disuelva en el aire acondicionado del Congreso. - Taller de cocina “Cocinando con amor (y menos rencor)”
Que aprendan a sazonar sus discursos con un poco de empatía, en vez de puro chile habanero. - Club de lectura “Cómo hacer amigos y dejar de odiar al alcalde”
Un clásico de autoayuda en la mesa de trabajo, para variar los dictámenes por un rato. - Competencia de abrazos grupales:
El diputado que más abrace al alcalde gana un bono de simpatía ciudadana (y quizás, un poco de paz interior). - Jornadas de pintura “Pinta tu odio”
Que canalicen su creatividad pintando murales… y no pintando de rojo el presupuesto municipal. - Adopción de una mascota del Congreso:
Nada une más que cuidar juntos a un perrito llamado “Conciliación” o un gato llamado “Tolerancia”. - Sesiones de karaoke político:
Que canten juntos “We Are Family” o “La Reunion” de Los Tigres del Norte” antes de cada debate, a ver si así se les pega algo de armonía.
- Terapia de risoterapia con memes políticos: Que cada diputado lleve su mejor meme sobre el alcalde, lo compartan en círculo, y el que logre que todos suelten una carcajada, tendrá derecho a guardar rencor… ¡pero solo hasta la próxima sesión!
- Reto semanal: “Hoy no le echo la culpa al alcalde”
Quien lo logre, se gana el derecho a elegir la playlist de la próxima sesión.
¡Quién sabe! Tal vez, entre risas y actividades, descubran que hay vida más allá del rencor… y que gobernar con menos odio podría ser, incluso, divertido.
Con informacion: ELNORTE/

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