Arropada con gritos de “¡México!” en el Zócalo y tras críticas de Donald Trump, la Presidenta Claudia Sheinbaum dijo que el País mantendrá la frente en alto ante Estados Unidos y nunca se subordinará.
La Mandataria insistió en que la relación con la nación vecina del norte ha vivido “momentos dolorosos”, pero confió en que habrá entendimiento con la próxima Administración del republicano, como sucedió en el periodo de Andrés Manuel López Obrador.
Y aunque señaló que seguirá la coordinación en temas de importancia bilateral, indicó que siempre velará por una posición de respeto y dignidad nacional.
“Quiero referirme a un tema relevante en estos momentos, que es la relación entre México y Estados Unidos. Como sabemos hemos tenido momentos muy dolorosos en nuestra historia, pero resalto los buenos ejemplos de respeto a nuestras soberanías y de colaboración y apoyo”, introdujo.
“Destaco también la buena relación de respeto y colaboración del primer periodo del Presidente Donald Trump con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, en particular la firma del Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, que tanto ha beneficiado a nuestros pueblos, a los tres, en particular por la sustitución de importaciones y la creación de empleo en las tres Naciones.
“Por eso estoy convencida que la relación entre México y Estados Unidos será buena y de respeto y que prevalecerá el diálogo. Nuestra visión es el humanismo mexicano y la fraternidad entre los pueblos y las naciones.
“Eso si, siempre tendremos la frente en alto, México es un País libre, independiente y soberano. Y como lo he dicho…”, se disponía a seguir, pero fue interrumpida por aplausos y gritos de “¡Presidenta, Presidenta, Presidenta!”.
Los principales integrantes del Gabinete federal, que estaban en el templete con ella, se pusieron de pie y algunos levantaron el puño mientras coreaban su respaldo a la Mandataria.
“Y como lo he dicho, nos coordinamos, colaboramos, ¡pero nunca nos subordinamos!”, lanzó.
Enseguida, sus simpatizantes, congregados en la plaza pública más importante del País, lanzaron gritos de “¡México, México, México!”, y la Mandataria interrumpió su discurso por segunda vez para sumarse, también, con el puño en alto.
El Pasado miércoles, un día después de que Trump arreció sus críticas a la 4T y dijo que los cárteles gobiernan México, Sheinbaum solo respondió que el próximo Mandatario estaba malinformado.
La morenista argumentó que en el País ya no gobernaban Felipe Calderón ni quien fuera su Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, este último, condenado en Estados Unidos en octubre pasado a 38 años de cárcel por colaborar con el Cártel de Sinaloa.
Pero este domingo, al rendir un informe por 100 días de su Administración, Sheinbaum mostró una postura más directa por las referencias del Presidente electo, quien también ha prometido designar a grupos del narcotráfico como organizaciones terroristas, una vez que asuma en la Casa Blanca.
Previamente, la Presidenta recordó el apoyo de Abraham Lincoln a Benito Juárez durante la intervención francesa en el siglo 19 y el respeto de Franklin Delano Roosevelt a Lázaro Cárdenas.
Retórica confrontacional
El discurso de Sheinbaum utiliza un tono confrontacional y defensivo que puede exacerbar las tensiones bilaterales en lugar de promover el diálogo. Frases como “siempre tendremos la frente en alto” y “nunca nos subordinamos” apelan a un nacionalismo emocional pero no contribuyen a una relación diplomática productiva.
Simplificación de temas complejos
La presidenta simplifica temas complejos como la migración y el narcotráfico, presentándolos de forma maniquea sin reconocer los matices y desafíos reales que enfrentan ambos países. Esto denota una falta de inteligencia emocional para abordar asuntos delicados de forma constructiva.
Uso de emociones para movilización política
Sheinbaum aprovecha el fervor nacionalista y las emociones de la multitud para generar apoyo político, como evidencian los gritos de “¡México!” y “¡Presidenta!”. Si bien esto puede ser efectivo a corto plazo, no promueve un debate racional sobre políticas públicas.
Falta de autocrítica
El discurso carece de autocrítica sobre los desafíos internos de México, como la violencia del narcotráfico, atribuyendo los problemas principalmente a factores externos. Esto refleja una falta de inteligencia emocional para reconocer las propias debilidades.
Idealización del pasado
La presidenta idealiza momentos históricos de la relación bilateral sin un análisis crítico, lo que puede generar expectativas poco realistas. Una visión más equilibrada reconocería tanto los aciertos como los desencuentros del pasado.
Contradicciones en el discurso
Sheinbaum afirma buscar el diálogo y la colaboración, pero al mismo tiempo utiliza un lenguaje divisivo y nacionalista. Esta contradicción puede generar confusión y desconfianza en la contraparte estadounidense.
Falta de propuestas concretas
El discurso se centra más en declaraciones emotivas que en propuestas concretas para abordar los desafíos bilaterales. Una postura más constructiva implicaría presentar iniciativas específicas de cooperación.
Uso político de la migración
La presidenta utiliza el tema migratorio de forma emocional para generar simpatía, sin abordar la complejidad del fenómeno ni proponer soluciones integrales. Esto puede obstaculizar un debate serio sobre políticas migratorias.
En resumen, el discurso de Sheinbaum prioriza un nacionalismo emotivo por encima de un enfoque diplomático basado en la inteligencia emocional y la búsqueda de soluciones pragmáticas a los desafíos compartidos entre México y Estados Unidos.
Una postura más madura e inteligente, implicaría reconocer la interdependencia entre ambos países y buscar áreas de colaboración, sin caer en provocaciones ni en un patriotismo superficial que confunde lo patriota con lo patriotero.
Con informacion: ELNORTE/
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