En Tamaulipas, la extorsión bajo la administración claramente nefasta del «doctor que iba sanar Tamaulipas», pero terminó con su permiso bajo la gobernanza de Carteles, ya es rutina y la vida vale menos que una cena del gobernador con el «Gerry Zeta»(…levantado después de levantarse de la mesa) o La Chispa del Cartel del Golfo de Reynosa que aun no esta desaparecido y aparece en todas las extorsiones de Los Metros del «Primito» que también matan a quien denuncia la extorsión, como ocurrió al empresario Gabriel Hernandez y que no sirvió de nada que terminara en escandalo nacional que terminaran con su vida,despues de 4 secuestros exitosos del CDG, simple y llanamente porque tienen la protección del NARCOGOBERNADOR.
Pero en Ciudad Victoria,la faccion de Escorpiones,la que controla Alfredo Cardenas ,alias el «Contador» ,de la filiación MORENA al servicio del Cartel del Golfo de Matamoros,enfrentado sempiternamente a sus rivales los Zetas de Nuevo Laredo,estan claramente detrás de reciente ataque que presume a la extorsion como epicentro y al gobernador como responsable.
Un par de vendedores de frutas intentaron ganarse el pan, pero lo que recibieron fue una ráfaga de balas cortesía de los dueños del terror local, los que cobran por respirar. ¿La respuesta de la policía estatal? Nada. Ni un rondín, ni una sirena. Y eso que el ataque fue a unos pasos de su base, en pleno centro de Ciudad Victoria; parecía que la mejor defensa era mirar para otro lado,porque sirva decir de paso,estan coptados,como su gobernador.
Mientras los pistoleros hacían lo suyo, los agentes ya tenían instrucciones claras: “quédense en casita, no vayan a estorbar”. La orden vino directo de un alto mando estatal, un enlace que, vaya sorpresa, está bien amarrado con el crimen organizado. El gobernador, ese que juró proteger al pueblo, se mantiene como espectador privilegiado del caos—ni la sangre fresca ni los cuerpos en el asfalto lo sacan de su confortable inacción.

A decir de Breitbart de Texas,porque la informacion llega siempre del otro lado del Río,pues de este hay 559 millones de pesos para silenciarla, la pareja atacada le tocó vivir la peor pesadilla: entre disparos, el esposo arrastró a su esposa herida y la metió a la camioneta, dispuesto a todo para salvarla.
Los accidentes viales vinieron después, perseguidos por el destino y la omisión gubernamental. Solo un civil solidario los llevó finalmente al hospital; la policía siguió brillando por su ausencia. El hombre murió y su historia es una entre tantas: víctimas del cobro “de piso”, del abandono oficial y de un gobernador, Américo Villarreal, señalado por sus vínculos con criminales, que apuesta por la desmemoria y matiza estadísticas de “seguridad” mientras los ciudadanos pierden la vida como si fueran fichas en un juego que ya está arreglado.
Porque en Tamaulipas, la “estrategia de seguridad” es dar la vuelta. El crimen cobra y mata, la gente muere, y el gobierno responde con su mejor talento: no hacer nada, pero eso sí, repartir culpas cuando la prensa lo exhibe.
Con informacion: BREITBART/TX/IDELFONSO ORTIZ/



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