En México ya no basta con cuidar la cartera o mirar por el retrovisor; ahora ser empresario es deporte extremo. El gobierno presume planes, estrategias,mesas de seguridad y titipuchal de soldados por todo el pais,como quien presume una dieta que nunca empezó, mientras Mexico entero se desangra entre cobros de piso, derechos de paso,impuestos paralelos,amenazas y “autoridades competentes” que sólo compiten en indiferencia.
Juan José Sierra, presidente de la Coparmex, lo dijo con palabras diplomáticas: los empresarios están de rodillas. La traducción al español irreverente sería que el crimen manda la agenda económica, decide quién abre, quién paga y quién desaparece. El Estado, ese que debería garantizar vida y propiedad, anda de viaje entre discursos y abrazos,literal,abrazos a quienes los expolia, como ocurre en Tamaulipas,donde el principal lugarteniente del cobro de piso, cena con el gobernador Americo Villarreal,pero cuidado en meterse con ambos, son de MORENA.
Ocho mil quinientas ochenta y cinco víctimas de extorsión en lo que va del año. No son cifras, son nombres, negocios y familias enteras que hoy pagan por el derecho de trabajar. Y mientras tanto, el gobierno sigue anunciando “estrategias coordinadas” que se quedan varadas entre la grafiquita mañanera, la burocracia armada en uniformes pixelados y la realidad lastimosa.
México se ha vuelto una tragedia donde los delincuentes cobran impuestos y las autoridades solo dan recibos de impotencia. Las cifras crecen, la confianza se desploma, y el mensaje es claro: aquí, para poder producir, primero hay que pagarle al miedo.
Con informacion: ELNORTE/
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