La caricatura del Senador Adán Augusto López recostado en el columpio del Senado de Morena, bajo el lema «La dolce vita», resulta un retrato mordaz y totalmente mafioso de la política nacional, tan cercano a los clichés de la mafia italiana que casi podría confundirse con una escena de «El Padrino». La frase «Aquí nadie me molesta» remite al código de omertà: la protección total, la impunidad y la red de silencios donde los favores entre «capos» se pagan con lealtad absoluta y se devuelven con blindaje político.
Analogía a la mafia italiana
- Así como «La Cosa Nostra» cuida meticulosamente de los suyos y jamás deja sola a la famiglia, Morena convierte el Senado en un refugio inviolable para sus líderes más polémicos, asegurando protección aún ante escándalos de corrupción, denuncias criminales, y presuntos vínculos turbios. Los rivales políticos, como en cualquier buena película de mafiosos, solo pueden mirar desde lejos mientras la famiglia se cierra filas y el columpio rojo protege al jefe mafioso,al jefe narco,hermano del otro jefe,tambien narco.
Irreverencia total: el Senado como club de intocables
- El columpio se convierte en trono de impunidad, con Adán Augusto disfrutando de la vida sin sobresaltos, al puro estilo del don que sabe que nada ni nadie lo tocará mientras esté adentro de la «familia», arropado por Morena. Como en los clanes sicilianos, la lealtad se premia y el silencio se compra caro, mientras las acusaciones y denuncias penales rebotan en los muros del recinto, bien protegidas por los «hermanos» en el poder.
Esta caricatura, cuya semejanza con la mafia es «apabullante», devela una realidad en la que la política, lejos de ser un servicio, es una red de protección que garantiza a sus miembros una dolce vita, sin molestias, pase lo que pase afuera. Aquí, como diría cualquier padrino: «La famiglia es primero, y los problemas… se resuelven en casa».
Con informacion: CAMACHO/EL NORTE/

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