La guerra electrónica contra el narco en México ha entrado en su fase más estrambótica y surrealista: ahora los cárteles y el Estado compiten a ver quién se queda con el “juguete” más caro y ruidoso, en una orgía de drones, inhibidores, radares y mochilas de antenas que parecen sacadas de una película de ciencia ficción.
Drones, balas y hackers en batalla campal
Hoy, lo de moda es el FPV, el SkyFend Hunter o el Spooter, que no tienes ni idea si son marcas de vapeadores, robots de cocina, o el último grito antidron con el que los sicarios intentan tumbarle la señal a rivales e incluso el Ejército. Los narcos, fieles a su estilo de influencer de gadgets, ya portan rifles inhibidores portátiles que cancelan drones y tabletas para hackear el aire— y por supuesto, una mochila con antenas para hacerse los nerds.
La Sedena, cazadores en modo “Black Mirror”
El Ejército tampoco se queda atrás. Sus ingenieros han desarrollado radares antidrones y entre sus juguetes figuran sistemas portátiles y “fusiles” que permiten interceptar a cualquier dron en estadios, aeropuertos y hasta en conciertos de Peso Pluma, con tecnología que “corta la comunicación” entre el piloto y la aeronave del narco.

La estrategia oficial: que no vuele ni una mosca sin registro y que todo operador de dron acabe con pesadillas electromagnéticas.
El negocio de la cyber-guerra: sin ley ni vergüenza
A pesar de los millones invertidos por el Estado en drones Hermes que terminaron algunos arrumbados y otros estrellados, la legislación sobre la compraventa de estas tecnologías sigue tan relajada como las reglas del narco en TikTok. Cárteles aprovechan el vacío legal para equiparse con dispositivos de guerra electrónica dignos de una startup de Silicon Valley.
Un país donde los drones mandan más que los gobernadores
México ya no pelea solo, pero tampoco manda mucho. Los cárteles controlan territorios y economías paralelas, y ni la presidenta puede apagar el wifi sin pedirle permiso a la Mayiza, La Familia o el CJNG. Los narcos han entendido la guerra electrónica mejor que los tecnócratas de la Defensa: coordinan ataques simultáneos, hackean señales y usan drones-bomba en modo enjambre. El Estado responde con torpes tratados de seguridad, esperando que Trump no los sancione antes de que logren tener su propio “Silicon Valley azteca”.
Irreverente pero real: aquí la soberanía se pelea con microondas y mochilas, no con discursos patrios. En esta guerra, el narco y el Estado compiten a ver quién hackea primero la noche y la sociedad sigue atrapada en la realidad nacional con narcos cada vez mas atrevidos porque un narco presidente los dejo crecer y…ya estaban crecidos.
Con informacion: INFODEFENSA/

No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: