En un documento presentado en el marco de las consultas públicas sobre el T-MEC abiertas por la Oficina del Representante Comercial de EU (USTR, en inglés), la US Chamber acusó que las acciones de la dependencia mexicana violan principios de no discriminación, predictibilidad y transparencia contenidos en el Capítulo 14.
«Las empresas estadounidenses están cada vez más sujetas a prácticas del SAT de México que carecen de transparencia y de las debidas garantías procesales, y que no se ajustan a la legislación mexicana ni a las mejores prácticas internacionales«, dijo la US Chamber.
«Estas acciones generan alto grado de incertidumbre y riesgo de sanciones injustas, una práctica que el SAT usa para obtener ingresos adicionales», agregó la organización que agrupa a más de 3 millones de firmas.
Que significa el reclamo
Lo que soltó la US Chamber of Commerce no es cualquier berrinche empresarial: es un golpe de advertencia con megáfono. Los gringos están diciendo, sin tanto rodeo, que el SAT se pasó de lanza. “Prácticas agresivas y opacas”, traducido al español de la calle, significa que las auditorías mexicanas ya no son fiscalización sino cacería, y que la cancha del T-MEC, según ellos, se está inclinando a favor del gobierno mexicano.
La Cámara de Comercio de EU está formalizando una queja diplomática disfrazada de comentario técnico. Está preparando el terreno para la revisión del T-MEC en 2026, y busca dejar escrito desde ahora que “México no cumple”. Su mensaje: si el SAT sigue exprimiendo a las empresas estadounidenses con auditorías ilógicas, sanciones retroactivas y cambios de reglas en el aire, entonces el T-MEC —ese tratado que lubrica el dinero que cruza entre la fábrica de Monterrey y el corporativo de Kansas— puede empezar a chirriar.
No hay que leerlo con ingenuidad: esto preludia bronca comercial. Los empresarios gringos están prendiendo el aviso de “disputa en camino”. Si Washington les hace caso, podrían venir presiones formales, paneles de revisión o incluso sanciones. Y lo más jugoso políticamente: la Cámara está metiendo en el mismo costal la crisis judicial mexicana y la eliminación de organismos autónomos, acusando que todo eso atenta contra las garantías del tratado. Es un dardo directo al gobierno de Claudia Sheinbaum y su línea de continuidad con López Obrador.
En síntesis: la US Chamber huele que México está empujando demasiado fuerte su soberanía fiscal y regulatoria. Su respuesta suena a: “Si no aflojan, les cerramos la válvula del T-MEC”. Es el tipo de reclamo que suena técnico, pero en realidad anuncia tensión diplomática, disputa comercial y, si la cosa escala, una bronca que puede salirse del Excel y llegar al terreno político, donde claramente Mexico no tiene ninguna oportunidad de ganar,si el presidente es Donald Trump,y resulta que sí es y el anuncio de ayer en materia de trafico aéreo en torno al AIFA,lo confirma.
Con informacion : ELNORTE/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: