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jueves, 2 de octubre de 2025

«CONSUMIÓ MOTA y ALCOHOL»: «PILOTO DIO POSITIVO a SUSTANCIAS que DEJAN la COORDINACION en CAIDA LIBRE y un SISTEMA LÍMBICO que GRITA TODO esta BIEN»…la biología del piloto ya estaba saboteada antes de que el aire del helicóptero hiciera lo suyo.


Bryan Ballesteros Argueta, quien piloteaba la avioneta Cessna 150 en la que fallecieron él y la conductora de noticias Débora Estrella, dio positivo a alcohol y mariguana en los exámenes toxicológicos que se le practicaron, revelaron ayer fuentes de la Fiscalía General de Justicia.

El reporte oficial citado por EL NORTE , abre una ventana incómoda: el piloto Bryan Ballesteros Argueta no volaba solo con experiencia en cabina, también con alcohol y marihuana circulando en la sangre. Que quede claro: nadie afirma que esas sustancias fueran la causa final y absoluta del desplome, pero desde un punto de vista clínico es imposible ignorar lo que producen en la bioquímica cerebral y cómo afectan la coordinación de un ser humano que, para colmo, sostiene los mandos de una Cessna a pocos metros de suelo.

Alcohol en la neurofisiología del piloto

El etanol contenido en las bebidas espirituosas es un depresor del sistema nervioso central. Allí donde debería mandar señales rápidas y eficientes, genera ruido y lentitud. Sus principales efectos relevantes para la aviación:

  • Corte del tiempo de reacción: enlentece la sinapsis al potenciar receptores GABA y debilitar los glutamatérgicos. El músculo tarda en responder a la orden cerebral.
  • Nistagmo y visión en túnel: pequeñas alteraciones vestibulares incrementan la desorientación espacial, fatal en cabinas sin horizontes claros.
  • Falsa seguridad y pobre juicio: el alcohol deprime la corteza prefrontal, zona encargada de la evaluación de riesgo. Un piloto con alcohol se siente capaz, aunque en realidad vuela con las defensas cognitivas apagadas.
  • Alteración de la memoria de trabajo: distrae, vuelve difícil seguir instrucciones de torre o recordar listas de chequeo.

Marihuana en la cabina de mando

El tetrahidrocannabinol (THC), principio activo de la cannabis, juega otro papel menos explosivo que el del alcohol, pero igual corrosivo en el contexto de vuelo.

  • Distorsión temporal: el piloto percibe el tiempo como más lento o más rápido, lo que arruina la calibración mental necesaria para aproximaciones o correcciones de rumbo.
  • Reducción de la atención dividida: el cerebro baja su capacidad de procesar estímulos múltiples a la vez. En aviación, eso equivale a volar con «visión de tubo».
  • Alteración motriz fina: el THC afecta ganglios basales y el cerebelo; maniobras delicadas se tornan burdas.
  • Efectos residuales: incluso horas después de consumir, persisten déficits en memoria y coordinación, aunque el individuo ya no se perciba “drogado”.

El cóctel perfecto para el desastre

Alcohol más marihuana no se suman: se potencian. La literatura médica describe sinergia depresora. Traducido: reflejos bajo cero, coordinación en caída libre, y un sistema límbico que grita «todo está bien» mientras el avión vibra en aire turbulento.

La cronología narrada por la Fiscalía —piloto que primero aborta despegue, se baja, busca otra nave, regresa y finalmente despega— sugiere ya un grado de indecisión anómalo. Es el tipo de ambivalencia que las sustancias explican: cerebro incapaz de sostener un plan, confundido entre impulsos y corazonadas vagas.

La guillotina final

Sí, es posible que la turbulencia de un helicóptero cercano haya sido el golpe técnico que derrumbó la Cessna. Pero la pregunta clínica es: ¿hubiera podido un piloto sobrio recuperar la nave?

Un cerebro despejado habría detectado la estela, ajustado potencia, corregido ángulo de ataque. Un cerebro bajo el influjo combinado de alcohol y THC, con reflejos adormecidos y juicio desenfocado, se vuelve incapaz de responder en la ventana crítica de segundos que separa la turbulencia de la desgracia.

En medicina forense, a esto se le llama factor contribuyente: no la bala final, pero sí el dedo que apretó el gatillo de la vulnerabilidad.

En otras palabras, la biología del piloto ya estaba saboteada antes de que el aire del helicóptero hiciera lo suyo.

Con informacion: ELNORTE/

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