El primer asesinato del presente milenio en Monterrey sucedió el 5 de enero del 2000, crimen que fue publicado un día como hoy hace 25 años.
Se trató de la ejecución de un hombre en un auto Cutlass a la altura del kilómetro 269, adelante del paso a desnivel de La Estanzuela.
La víctima recibió dos balazos en la espalda con una pistola calibre .45.
Al día siguiente se conoció su identidad: Rogelio Garza Fernández, de 45 años, vecino de la Colonia Del Paseo Residencial.
De acuerdo con las autoridades, un acompañante le disparó cinco tiros adentro del vehículo, dos de los cuales le quitaron la vida. El hombre habría sido detenido años atrás por falsificación y uso de documentos. Su madre aseguró que desconocía a lo que su hijo se dedicaba.
El crimen quedó impune. Ese año el recuento de homicidios fue de 118.
Así comenzó la espiral de barbarie en Nuevo León en lo que va del nuevo milenio: a la fecha, de acuerdo con registros del INEGI y del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el Estado se han cometido más de 18 mil asesinatos, la mayoría ligados con la delincuencia organizada, según registros periodísticos. La violencia familiar, por su parte, ha ido al alza.
Sin embargo, el saldo real, lo no reportado, debe ser mucho más alto.
Aquella cifra es equivalente a la población de un municipio entero: Anáhuac, por ejemplo, con cerca de 18 mil 030 habitantes. Y esto sin contar a las personas desaparecidas.
En febrero del 2023 se registraban más de 6 mil personas privadas de su libertad en la Entidad, pero según estimaciones, la cifra negra, como la de personas asesinadas, debe ser mucho mayor.
Si el 2000 concluyó con 118 muertes violentas, los asesinatos en el Estado irían en aumento, alcanzando su mayor punto en el 2011, con 2 mil 174 asesinatos, año en el que se efectuó la mayor masacre contra civiles inocentes: la del Casino Royale, el 25 de agosto del 2011, con 52 víctimas.
Nuevo León cerró el 2024 con mil 471 homicidios.
Los crímenes hasta el 5 de enero del 2025 sumaban 13. Más lo que se acumule.
En la mayoría de los casos no hay detenidos, no hay líneas de investigación. La norma en estos 25 años de una era de sangre que parece no tener fin.
Fuente.-ELNORTE/
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