Empresarios del autotransporte de carga en Nuevo León acusaron a autoridades federales de terrorismo fiscal al cobrar multas injustificadas, que van de entre 25 mil y 100 mil pesos por unidad, impuestas por la Guardia Nacional en las carreteras del País en nombre de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT).
Se trata, acusaron, de una práctica que tiene poco más de dos años, pero que se ha agudizado en el último.
Son infracciones por supuesto exceso de peso o de velocidad, entre otras, pero las faltas no se demuestran.
“La gente de la Guardia Nacional no sabe; metieron a gente que no está preparada y por darte un ejemplo, te paran y te dicen “esta unidad lleva sobrepeso”, ¡pero no tienen báscula!
Todo es bajo su propio criterio y ponen la multa”.
Las fuentes describieron que las empresas afectadas han recurrido a tribunales fiscales y ganan los juicios, pero aun así el Servicio de Administración Tributaria (SAT) les exige el pago de la multa para borrarlas de su listado con “opinión negativa”.
Lo que pasa, explicaron, es que luego de que las empresas ganan los juicios los tribunales notifican a la SICT, pero esta dependencia no da aviso al SAT de que deben cancelarse las multas.
“Este año me lo han hecho nueve veces. Resulta que en enero aparecí en la lista de “opinión negativa” en el SAT, les pregunté por qué y me dijeron que porque tenía dos infracciones; entonces fue el abogado y les mostró que la sentencia se había ganado”, señaló otro afectado.
“Pero el SAT dijo ‘ganaste, pero a mi nadie me ha avisado, me tiene que avisar la SICT’, y como la multa fue en la delegación de Chiapas, tuvo que ir el abogado hasta allá, puso una queja y luego regresó a Monterrey con evidencia de que se ganó, pero luego pasaron más de 10 días para volver a tener la ‘opinión positiva’ del SAT… luego en febrero, abril y otros meses ¡otra vez lo mismo!”, abundó.
Otro empresario dijo que lleva acumuladas unas 40 multas, de las cuales ha pagado unas 20, aunque en todos los casos había ganado los juicios.
Los transportistas coincidieron en que es importante que sus empresas aparezcan con “opinión positiva” del SAT porque los clientes piden ese estatus para contratarlos, mientras que los bancos lo solicitan para otorgarles créditos.
Añadieron que dentro del SAT en Nuevo León les han llegado a pedir entre 100 mil y 300 mil pesos para que los cambien a “opinión positiva”.
De lo contrario, anotaron, tienen que atravesar todo el proceso del juicio e ir con la SICT a la entidad en donde se cometió la supuesta infracción.
“A mí me llegaron a pedir 300 mil pesos porque mis multas sumaban más de un millón de pesos, pero les dije ‘¿por qué te las voy a pagar, si ya gané los juicios de que no hubo infracción?’… Esto es extorsión, es terrorismo fiscal”, expuso uno de ellos.
El circo de las multas mágicas de la Guardia Nacional
Imagínense la escena: un agente de la Guardia Nacional, con su ojo biónico calibrado para detectar sobrepeso, detiene a un tráiler en medio de la carretera.
“¡Alto ahí, criminal del asfalto! Tu camión pesa más que mis sueños de jubilación anticipada”, exclama el agente mientras saca su báscula imaginaria.
El pobre trailero, confundido, responde: “Pero señor, ¿cómo puede saber eso sin una báscula?”
“¡Silencio! Mis años de experiencia comiendo tacos me han dado un sexto sentido para el peso. ¡100 mil pesos de multa!”
El laberinto burocrático: Un juego de serpientes y escaleras
Pero esperen, que la carísima diversión no termina ahí y nuestros valientes empresarios del transporte se embarcan en una aventura digna de Indiana Jones para limpiar su nombre.
- Ganan el juicio (¡Hurra!)
- El tribunal le avisa a la SICT (Zzz… SICT dormida)
- SAT dice: “No me han avisado, así que sigues siendo el villano” (¡Boo!)
- El abogado viaja a Chiapas como si fuera una misión imposible
- Regresan victoriosos a Monterrey
- Esperan 10 días mágicos para que el SAT los bendiga con su “opinión positiva”
- ¡Sorpresa! El mes siguiente, vuelve a empezar el juego
El SAT: La máquina tragamonedas oficial
Y como cereza del pastel, tenemos al SAT, siempre dispuesto a ayudar… por una módica cantidad de 100 mil a 300 mil pesitos. ¿Quién necesita casinos cuando tienes al fisco?
“Oiga, pero ya gané el juicio”, dice el empresario desesperado.
“Sí, pero ¿ha probado ganar nuestra simpatía?”, responde el funcionario con un guiño.
En fin, queridos lectores, parece que en este país es más fácil encontrar un chupacabras que una multa justificada y mientras el gobierno y sus autoridades siguen robando, nuestros heroicos traileros siguen rodando por las carreteras, con el temor de que en cualquier momento les salga un agente con su báscula invisible y su bolígrafo multador.
Con informacion: ELNORTE/
Que regrese la federal d caminos esos elementos si eran estudiados y capacitados no como estos analfabetas q pusieron q no saben ni hablar mucho menos escribir
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