Contrario a la política que implementó desde el inicio de su gobierno el ex presidente Andrés Manuel López Obrador de deshacer a la entonces Policía Federal y despedir a todos sus elementos porque los consideraba corruptos, incluido Omar García Harfuch y no se equivocaba, aunque si generalizaba, los gobiernos panistas en Guanajuato les abrieron las puertas, no solo en Celaya, sino en otros municipios donde también gobierna el PAN.
No obstante, el asesinato de tres policías de Celaya, del grupo de los llamados fedepales, que estaban francos conviviendo en el bar Michelts en la calle 12 de octubre, regresaron el foco a este grupo de ex integrantes de la ya desapareciada Policía Federal que tienen presencia en varios municipios de Guanajuato, pero que se han concentrado en Celaya.
La figura de “fedepales” se creó a finales de 2019, cuando la entonces alcaldesa de Celaya, Elvira Paniagua Rodríguez, nombró como secretario de seguridad a Miguel Ángel Simental, ex coordinador regional de la Policía Federal en Guanajuato, y éste comenzó a incorporar a los ex policías federales en la corporación municipal.
Los fedepales se mantuvieron durante el trienio del panista Javier Mendoza Márquez, y aunque el municipio conservó a los policías formados en la corporación municipal, se priorizó la participación de los ex policías federales en las tareas de seguridad, a manera de grupo de élite.
El 10 de octubre pasado, y como uno de sus primeros actos de gobierno, el alcalde morenista Juan Miguel Ramírez Sánchez, anunció el despido de los fedepales y pidió al Gobierno Federal el apoyo para reforzar la vigilancia en el municipio con elementos de la Guardia Nacional.
De acuerdo con declaraciones del presidente municipal de Celaya, en las liquidaciones de los primeros 153 fedepales se destinaron 32 milones de pesos, pero en la corporación municipal todavía hay 181 elementos que también serán despedidos.
Entre los policías fedepales que todavía están en activo se encuentran los tres hombres que fueron asesinados la tarde del miércoles al interior del bar.
A decir del alcalde Juan Miguel Ramírez, la decisión de despedir a los ex policías federales de la corporación municipal se da ante la serie de reclamos por parte de la población por casos de abusos de autoridad.
Uno de los hechos que se recuerda en Celaya donde se denunciaron los abusos de los fedepales es la represión a pobladores de la comunidad Rincón de Tamayo que se negaban a entregar su sistema de agua a la Junta Municipal.
Con información: REVISTA ESPEJO/
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