Un insulto a un juez en plena diligencia de reconstrucción de un crimen en 1991, en la Colonia Buenos Aires, marcó públicamente el inicio de la carrera de una abogada que vivió envuelta en el escándalo: Raquenel Villanueva.
La litigante ya había defendido otros casos, pero ese insulto, en el que llamó "pinche joto", al Juez Quinto de lo Penal, y con lo que se ganó un arresto, hizo voltear los reflectores hacia ella.
Ese episodio marcó públicamente la vida de Raquenel, quien fue asesinada el 9 de agosto del 2009 frente a su hija, clientes y comerciantes en la Pulga Río, en lo que fue el quinto atentado en su contra.
Esos intensos años entre la polémica los llevó a la par con su faceta menos conocida, la del altruismo, ya que defendió legalmente a mujeres sin cobrarles y, en cada Navidad, les llevaba regalos a los hijos de las reclusas.
A casi 14 años de su ejecución, la vida y muerte de Raquenel Villanueva sigue causando controversia.
'PELEONERA'
Nacida el 26 de junio de 1954, Silvia Raquenel Villanueva Fraustro, la segunda de los seis hijos de Silvia Fraustro y Ramiro Villanueva, egresó en 1983, a los 29 años, de la Facultad de Derecho de la UANL.
De acuerdo con testimonios, sus maestros la recuerdan como "peleonera". De hecho, algunos no olvidan que en el Sindicato de Burócratas de Nuevo León paralizó por cuatro horas la Tesorería hasta conseguir la semana inglesa y dos meses de aguinaldo.
Abrió su propio despacho en 1986 y, al principio, se dedicó al área civil, pero su primer asunto federal fue la defensa del hermano de una amiga, acusado con otros dos de llevar dos toneladas de mariguana.
Era 1989. Ella logró que los absolvieran y empezó a ganar fama de solucionar casos difíciles y relacionados con el narco, por lo que tuvo sus primeros acercamientos con fiscales y policías federales.
Esas relaciones la llevaron al ojo del huracán en 1992, cuando un juez giró una orden de aprehensión contra ella y un ex fiscal federal por cohecho, pero el caso lo resolvió a su favor.
Además de litigar casos de narcotráfico, la abogada se caracterizaba por aparecer en los hechos más mediáticos y defender a policías y ex policías.
Por ejemplo, defendió al llamado cerebro financiero del Cártel del Golfo, Carlos Reséndez Bortolussi, de quien luego se dijo que fue quien entregó a las autoridades a Juan García Ábrego, líder del grupo criminal, detenido sin un disparo en el municipio de Juárez el 14 de enero de 1996.
En el fuero común, entre otros casos, fue defensora de Arturo Flores Loera, señalado como testigo de cargo en la ejecución del abogado Leopoldo del Real Ibáñez, cometida el 17 de enero de 1996 cuando estaba en una mesa con el entonces director de la Policía Judicial, Fernando Garza Guzmán, en el Café Florian, frente a Cintermex. El crimen quedó impune.
Entonces comenzaron los atentados.
DE MUCHAS VIDAS
La madrugada del 13 de mayo de 1998, Raquenel sufrió su primer ataque cuando un artefacto explosivo fue lanzado a su despacho, en la Colonia Central.
La abogada no estaba en el lugar, que sólo registró daños materiales.
La litigante atribuyó el ataque a un narcotraficante al que se negó a defender y dos días antes la había amenazado.
El 23 de marzo del 2000 sufrió un segundo atentado afuera del Hotel Imperial, en la Ciudad de México, cuando iba con Cuauhtémoc Herrera, ex coordinador de la Unidad contra la Delincuencia Organizada de la PGR y ligado presuntamente al Cártel de Juárez.
Esa vez la regiomontana recibió dos tiros en la espalda, pero sobrevivió.
El intento de acabar con la abogada tuvo un ataque más violento y directo ese mismo año, el 31 de agosto, en su despacho.
Un pistolero, que la PGR después identificó como del Cártel del Golfo, abrió fuego contra ella cuando se encontraba con el ministerial Israel Vélez Pérez, quien estaba comisionado en la PGR y que el 20 de agosto del 2002 sería ejecutado en la Carretera Nacional. Ella sufrió en esa ocasión 13 heridas.
Insólitamente, el bastón de la figura de San Judas Tadeo que tenía en su oficina desvió uno de los balazos que iba hacia su cabeza, además de que la complexión de la litigante, dijeron los médicos, le ayudó a que los tiros no dañaran órganos vitales.
Raquenel tuvo su cuarto atentado el 14 de noviembre del 2001 cuando, escoltada por tres agentes de la PGR, salió del edificio del Poder Judicial y un tirador le disparó en dos ocasiones desde un auto, sin herirla.
Pese a los múltiples ataques, Raquenel siguió con sus actividades de litigante, rodeada de polémicas y escándalos.
No pasó mucho tiempo cuando elementos del Ejército la detuvieron el 1 de febrero del 2003, luego de que llegó a defender a Jaime Valdez Martínez, cuya casa en la Colonia Cumbres Quinta Real estaba rodeada de soldados.
Jaime y su hermano Javier, quienes a su vez sufrieron varios ataques, eran señalados de manejar un grupo de narcos en el que se implicaba a ministeriales.
En esa ocasión, la abogada presuntamente intentó sacar armas del domicilio de Jaime antes de que fuera cateado, lo que provocó su detención. A los días fue liberada.
Fue entonces cuando llegó a su vida el doble crimen de la Colonia Cumbres, cometido por Diego Santoy Riveroll.
HACIA EL FIN
Todo habría transcurrido de manera natural en el proceso por el crimen de los hermanos Érick y María Fernanda Peña Coss, de 7 y 3 años, así como del intento de homicidio de Erika, en la Colonia Cumbres quinto sector, de no ser porque el asesino confeso Diego Santoy Riveroll comenzó a ser defendido por Raquenel.
Pese al sadismo y frialdad con la que fue cometido el homicidio de los pequeños y la manera como intentó quitarle la vida a Erika, su ex novia, y menos el secuestro de la empleada doméstica, quien se dio cuenta de todo, Raquenel cambió la versión y, con base en semanas de entrevistas en medios de todo el País, apuntaló la versión de que el ataque había sido planeado entre Diego y Erika, lo que no prosperó: Diego fue sentenciado a 71 años.
Raquenel siguió su camino. Sus vínculos con los funcionarios de la PGR, ahora Fiscalía General de la República, de nueva cuenta la llevaron a verse involucrada en hechos delictivos.
El 9 de septiembre del 2006 fue arraigada por la PGR, junto con el jefe Regional de la Agencia Federal de Investigación de Chilpancingo, Guerrero, César Alejandro Ortiz Plata, al ser mencionados en la ejecución de Martín Gerardo Saldaña Sixtos, Fiscal Federal en ese Estado. Esa acusación también la libró.
Entonces, ella tan mediática, disminuyó sus apariciones ante los medios. No hay manera de saber con certeza qué pasó en esos años.
Fue así como, el 9 de agosto del 2009, cuando andaba de compras con su hija y era escoltada por dos agentes federales, tres delincuentes la sorprendieron en la Pulga Río, en el Centro de Monterrey.
Raquenel recibió 11 balazos en lo que fue el quinto y último atentado en su contra. La abogada cayó sin vida en uno de los pasillos ante la mirada de su hija, comerciantes y clientes.
Así murió Raquenel, "terror de los tribunales", tal como Beto Quintanilla llamó a su vida en un corrido. A la fecha, el homicidio de la abogada más polémica no ha sido resuelto. Como tantos otros.
Fuente.-
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