Los grupos criminales se adaptaron a los desafíos y oportunidades que presenta el contexto de la pandemia: modificaron sus maneras de actuar y aprovecharon el internet –en especial las redes sociales– para reafirmar y reforzar su poder y control en los territorios en los que tienen presencia, revelan recientes investigaciones del Instituto Interregional de la ONU para Investigaciones sobre la Delincuencia y la Justicia (UNICRI).
“Sobre todo los cárteles de narcotraficantes de México, entre ellos el del Golfo y el de Jalisco Nueva Generación, así como las organizaciones criminales italianas (Cosa Nostra y la ‘Ndrangheta), han estado activos en usar inapropiadamente las redes sociales”, establece el UNICRI en el informe Paren el virus de la desinformación, divulgado en días recientes.
Tanto es así, que el organismo de la ONU ha asociado estas organizaciones a grupos de la extrema derecha y del terrorismo internacional, pues si bien “claramente hay muchas diferencias en los objetivos estratégicos de cada uno”, también ha habido “similitudes en las formas de usar las redes sociales durante la pandemia”, señala la institución.
Limpiar su imagen
En la misma línea, una técnica muy usada por las organizaciones criminales fue la de intentar proyectar una buena imagen de sí mismos, como si fueran filántropos o sustitutos del Estado.
“Algunos grupos criminales intentaron suplantar el papel de las instituciones gubernamentales en los territorios donde tienen una fuerte presencia, al adoptar medidas incluso más estrictas (que las de las autoridades) o directamente apoyando a la población local con desinfectantes y alimentos”, apunta el UNICRI, al subrayar que los narcotraficantes también optaron por esta estrategia para evitar un incremento en el número de agentes de las fuerzas del orden desplegados en sus territorios.
Una prueba, señala el organismo de la ONU, la dan nuevamente los cárteles mexicanos: En México algunos grupos criminales han llegado “a poner etiquetas con el nombre y logo de su cártel en las cajas de ayuda que iban distribuyendo a la población”, para luego publicitar sus acciones.
Y NI QUIEN LOS MOLESTE:
“Este es el caso del Cártel del Golfo, que distribuyó alimentos y desinfectantes en Tamaulipas en cajas que traían calcomanías con el nombre del cártel y de su líder”, señaló UNICRI. De la misma manera, “una de las hijas de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, también distribuyó víveres con la imagen de su padre a ciudadanos de Guadalajara”, agrega el instituto.
Los cambios que introdujo la pandemia también llevaron a estos grupos a interesarse por nuevos sectores, en los que anteriormente no tenían presencia. Este es el caso del sector farmacéutico el cual, debido al aumento de demanda de materiales sanitarios, es ahora objeto de un creciente apetito de la delincuencia.
“El Cártel de Jalisco Nueva Generación, en colaboración con La Nueva Familia Michoacana y Los Granados, incrementaron su producción de medicamentos falsos con la intención de obligar a las pequeñas y medianas farmacias a venderse a los cárteles de la droga en Guanajuato, Jalisco, Guerrero y Michoacán.
“En Italia también el crimen organizado está aplicando esta estrategia”, dice el UNICRI, al incluir entre los grupos criminales que están llevando esta táctica también a la Camorra napolitana y a La Unión Tepito, que comparten el mismo intento de blanquear dinero de esta manera.
También se han aplicado otras muchas tácticas, como usar los algoritmos de Facebook para reclutar nuevos adeptos, evitar algunas palabras para no incurrir en los controles automatizados, hacer uso de chatbots, así como dirigir a los usuarios hacia sistemas menos controlados.
En otro informe, divulgado en junio pasado y titulado Cómo el crimen organizado se está expandiendo durante la crisis del covid-19, el UNICRI ya había puesto el ojo sobre los cárteles mexicanos. “Como parte de su estrategia de comunicación, los cárteles mexicanos han usado las redes sociales para promover sus ‘servicios’”, subrayó la organización en ese momento.
Usaron las redes sociales para diseminar sus teorías de la conspiración sobre el origen del covid-19.
“Estas teorías suelen atribuir el origen del virus a gobiernos, grupos religiosos o étnicos, redes secretas, empresas o empresarios que, según cada interpretación, intentan impulsar agendas secretas, como la despoblación global, el control del mundo o planes (…) para la venta de vacunas y tratamientos ya producidos”, consideró el instituto, al hacer hincapié en que esto tiene como objetivo socavar la credibilidad de aquellos a quienes atacan.
“A menudo los mensajes fueron adaptados para coincidir con la audiencia y con las ideologías de estos violentos actores no estatales”, añade el UNICRI.
La conclusión se produce luego que expertos del organismo analizaran desde enero de 2020 hasta agosto de este mismo año la actividad de distintas cuentas vinculadas a estos grupos en Facebook, Twitter, Telegram, YouTube, VK, Gab, BitChute, así como sitios web de las organizaciones bajo escrutinio.
Así se descubrió que si la asociación supremacista estadunidense Patrimonio Europeo difundió una campaña con lemas como “Stop coronavirus - deport all illegal alien” (“Paren el coronavirus - deporten a todos los inmigrantes ilegales”) y “Open the borders is the virus (“Abrir las fronteras es el virus”), otros grupos vinculados con el Estado Islámico o Al Qaeda llegaron a usar las redes para decir que el virus es producto de la ira de Dios contra Occidente.
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