En una maniobra tan torpe como tardía, el Gobierno de Guatemala decidió aventar por la borda el nombramiento de Raúl Rocha Cantú como Cónsul Honorario en Toluca, intentando fingir que el problema era una “dirección mal notificada” y no el hedor político que ya les trepaba por las paredes. Porque claro, cuando el fuego te llega a los tobillos, hasta un trámite administrativo parece una salvación divina.
En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINEX) ,con su mejor cara de “nos acabamos de enterar”, anunció que desde octubre –¡ay, casualidad!– habían anulado la designación del susodicho por “incumplir normas”. Según ellos, el hombre que tambien aparece en imagenes con puro picudo en Mexico,cambió la dirección del Consulado sin avisar, como si esa fuera la verdadera razón para cortar de tajo una relación que políticos, fiscales o marinos de alto rango tenian muy cerca.
La Cancillería guatemalteca, que de repente descubrió la palabra transparencia, explicó que la revocación se aceleró por “sucesos recientes”. No dijeron cuáles, porque para qué mencionar la tormenta de sombra que ya cargaba encima el personaje. Mejor lo dejan a la imaginación colectiva, que siempre es más creativa que un comunicado oficial.
Y para rematar, recuerdan que los cónsules honorarios ni sueldo tienen ni inmunidad gozan, como diciendo: “No crean que este señor estaba tan cercano a nosotros, ¿eh? Apenas era un voluntario con título elegante”. Qué conveniente desmarcarse así, cuando hace no mucho posaba sonriente con medio mundo político y castrense.
Al final, MINEX reafirma su compromiso con la probidad, como si el acto de cortar cuerda a última hora borrara mágicamente el hecho de que lo tuvieron ahí, cerquita, hasta que el escándalo les empezó a quemar las manos.
Pero bueno… nada como una buena barrida diplomática a destiempo para fingir que la casa siempre estuvo limpia.
Con informacion: ELNORTE/
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