La Unión Europea está financiando un proyecto académico para diseccionar el “populismo visual” de AMLO, pero lo hacen desde la comodidad de un campus irlandés, con lupa en los documentales, mañaneras y memes… no en la entraña del asunto: el dinero de los programas sociales, que es lo que realmente aun mantiene viva su narrativa y poder político bajo el segundo piso del gobierno.
La cosa suena un poco así: más que entender cómo funciona la maquinaria del populismo en México, quieren interpretarlo como si fuera cine de autor, analizando la estética y la retórica, cuando el verdadero guion está escrito en pesos y transferencias a cuentas bancarias de millones de beneficiarios.

Puntos clave
- En Europa parecen obsesionados con la imagen de AMLO (el «abuelito honesto», el «antisistema», el «líder austero»), como si fueran críticos de cine que reseñan Fraude: México 2006.
- Pero el público mexicano no votó por estética de mañaneras ni por documentales: votó porque les llegaba dinero directo a la tarjeta, sin intermediarios. Eso no lo analizan porque tal vez en Bruselas suena demasiado vulgar hablar de clientelismo disfrazado de «justicia social».
- La investigación quiere “desafiar narrativas omnipresentes”, como si bastara con un taller de semiótica para desarmar lo que en realidad es una red de lealtades comprada con efectivo, pensiones y becas.
- AMLO queda elevado a “fenómeno global de populismo” en plan académico, pero al mismo tiempo lo vacían de su núcleo: los programas sociales no son decorado, son el combustible electoral.
En resumen: la UE paga para entender el “discurso visual” de AMLO, mientras millones de mexicanos entienden perfectamente lo que significa cada quincena cuando cae la pensión, la beca o el apoyo: no es populismo, es sobrevivencia.
Con informacion: ELUNIVERSAL+/

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