La Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, en inglés) anunció este lunes el lanzamiento de un programa de entrenamiento de agentes mexicanos para combatir a los jefes de plaza de los cárteles en la frontera, a través de un programa conocido como Proyecto Portero.
Considerados como activos clave no sólo del tráfico de drogas hacia EU sino también para el traslado de dinero en efectivo y armas de fuego hacia México, los jefes de plaza de los cárteles a lo largo de la frontera son considerados como elementos clave por la DEA en la estructura de mando y control de dichos grupos.
“El Proyecto Portero y este nuevo programa de entrenamiento demuestran cómo lucharemos: planificando y operando en conjunto con nuestros socios mexicanos, y utilizando todo el poder del Gobierno estadounidense”, dijo Terry Cole, el jefe de la DEA al anunciar la nueva iniciativa esta mañana.
Las buenas intenciones y la realidad lastimosa
Aunque el problema nunca ha estado en la falta de “entrenamiento” sino en la intoxicación institucional, en una corrupción que vuelve hueca cualquier iniciativa.
📌 Cuando entrenar a la policía equivale a darle cursos de posgrado al crimen
El anuncia de la DEA es por demas positivo, entre mejor entrenados esten,mas herramientas humanas y técnicas estaran a su alcance,pero no echemos las campanas al vuelo, ni fanfarrias por anticipado,el nuevo Proyecto Portero seria una especie de academia “élite” para capacitar a agentes mexicanos contra los jefes de plaza fronterizos. En el papel suena épico: inteligencia compartida, simulaciones, cooperación binacional y la promesa de acabar de raíz con el crimen organizado.
En la realidad mexicana, sin embargo, la traducción es otra: “¿entrenamiento?”, ¿para quién? ¿Para policías o para futuros sicarios con gafete oficial?
Porque seamos claros: en los últimos 40 años, cada vez que México ha recibido entrenamientos, asesorías o fondos extranjeros, la violencia no se desplomó… se diversificó. El Ejército profesionalizó a los Zetas, las policías municipales han alimentado a los jefes de plaza, y no faltan los ejemplos de operativos donde la información compartida termina filtrada por federales en tiempo récord al cartel local.
Así que la pregunta no es si la DEA traerá las mejores técnicas de inteligencia, ni quién pagará el curso de “espionaje 101”. La verdadera pregunta es si los Estados Unidos entrenarán a policías… o a los futuros gerentes de plaza 2.0.
El discurso oficial habla de “una nueva era implacable contra la violencia”, pero lo que nadie quiere decir es que la violencia es el modelo de negocio que sostiene un ecosistema donde casi todos saben quién sirve a quién… y casi nadie se atreve a cortar esos hilos.
Lo que se necesita no es un “Portero” al estilo DEA que aprenda a tapar disparos, sino un árbitro que saque del juego a los uniformes que ya cambiaron de camiseta. Y en ese partido, la pregunta irreverente es: ¿quién entrenará a los entrenadores?
👉 La amenaza no es improvisar policías torpes, sino refinar todavía más a los delincuentes que ya llevan uniforme.
Con informacion: ELNORTE/
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