Durante una conferencia de prensa el 27 de mayo de 2025, Alfredo Chávez Madrid, coordinador de la bancada del PAN en el Congreso de Chihuahua, lanzó una mentada de madre directa contra Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva del Senado.
El insulto surgió como reacción a que Noroña, días antes, visiblemente afectado por la “intoxicación cereberal”, había exigido una disculpa pública a un ciudadano que lo insultó en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, hecho que los panistas consideraron un exceso de intolerancia y un ataque a la libertad de expresión.
La frase textual de Chávez Madrid fue:
“Se lo digo fuerte y claro de parte de los 12 diputados del PAN: le decimos al presidente del Senado que chingue a su madre”.
Respuesta de Fernández Noroña y referencia al siglo XIX
Gerardo Fernández Noroña respondió con una carta pública dirigida al Congreso de Chihuahua, en la que repudió la ofensa y la calificó como un acto de cobardía, subrayando que el insulto fue realizado “a larga distancia” y sin su presencia. En su respuesta, Noroña hizo una referencia histórica para contextualizar la gravedad de la agresión:
“Si estuviésemos en el siglo XIX, estaría obligado a retarlo a un duelo. Como estamos en el siglo XXI, mi obligación es repudiar su injuria y manifestar mi reclamo ante el Congreso de Chihuahua, al que yo creo infama con su presencia y con tan vil comportamiento”.
Con esta alusión, Noroña evocó la antigua práctica de los duelos de honor, típicos del siglo XIX, para señalar que, aunque la costumbre ya no aplica, el agravio sigue siendo grave y merece un rechazo público, no un enfrentamiento físico.
Analogía para responder a Noroña
Si Noroña quiere vestirse de caballero del siglo XIX y hablar de duelos de honor, habría que recordarle al “virrey trasnochado” que estamos en pleno siglo XXI, donde el verdadero “duelo” se libra en la arena pública de la transparencia, el debate de ideas,la congruencia y la rendición de cuentas, no en las frases grandilocuentes ni en la nostalgia por costumbres arcaicas.
Hoy, más que retarse a un duelo, los políticos deberían retarse a ver quién es capaz de rendir mejores cuentas, de vivir con mayor congruencia y de sostener sus palabras con hechos. Si Noroña quiere hablar de historia, podría recordársele que en el México actual, el verdadero honor no se gana con discursos inflamados ni con referencias literarias, sino con resultados palpables y ética pública.
En vez de invocar duelos de sable y honor herido, que acepte el reto moderno:
Que se someta a un “duelo” de transparencia, de declaraciones patrimoniales, de auditorías, de honestidad, de caballerosidad con los debiles y los oprimidos,en un reto de ver quien es mas tolerante y respetuoso de las leyes, para ver quién sale mejor librado en el combate real del siglo XXI: el de la confianza ciudadana y la integridad pública.
“Si Noroña quiere jugar al caballero del siglo XIX, que recuerde que hoy el honor se mide en transparencia y resultados, no en ver quién grita más fuerte ni en quién se siente más ofendido.”
Conclusión
El episodio ilustra la creciente polarización y el deterioro del debate político en México, donde los insultos públicos y las descalificaciones personales han desplazado a la discusión de ideas y dejan expuesta esa clase politica con cada vez menos clase , donde la respuesta calculada de Noroña es mas pose que actitud, pues esta sobradamente lejos de ser un caballero, aunque hay que reconocerle que la voz le sale casi como la de un humano.
Con informacion: REDES/MEDIOS
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: