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jueves, 6 de marzo de 2025

“QUIENES son los CULPABLES ? “: LA “HISTORIA de DOS TAKUACHES que NACIERON como GRAMEROS ,CRECIERON y se EMPODERARON en MEXICO bajo INCAPACIDAD y COMPLICIDAD del GOBIERNO que los PROHIJA”…somos el ecosistéma criminal perfecto.


La historia que hoy reseña el diario español EL PAIS,de dos vulgares criminales ahora convertidos en capos,dejan ver que ha sido esa impunidad sistémica la que ha creado un ecosistema donde los grupos criminales no solo sobreviven, sino que se fortalecen. 

El caso de los hermanos Oseguera Cervantes, pilares del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG),uno de ellos ya detenido, ejemplifica cómo las fallas judiciales y las negociaciones políticas permiten la perpetuación del narcopoder.

Ciclo de impunidad: arrestos y liberaciones

  • Nemesio “El Mencho” Oseguera fue detenido en 1992 por tráfico de heroína en Estados Unidos, pero su condena no impidió que construyera desde prisión las bases del CJNG, reclutando contactos clave.
  • Abraham “Don Rodo” Oseguera, capturado en 2024 y liberado en solo 9 días por “contradicciones” en el relato policial, reincidió hasta su nuevo arresto en febrero de 2025. El Ejército mexicano lo señala como coordinador financiero y logístico del cártel.

Complicidad institucional y estrategias fallidas

  1. Corrupción judicial:
  • En 2024, un juez federal liberó a Don Rodo pese a las pruebas presentadas por la Guardia Nacional sobre su rol en lavado de dinero y narcotráfico. Agentes locales incluso testificaron a favor del narcotraficante.
  • La esposa del Mencho, Rosalinda González Valencia, operadora financiera del CJNG, fue liberada en marzo de 2025 tras fracaso de la FGR.
  1. Extradiciones como moneda política:
  • El traslado masivo de 29 narcos a EE.UU. en febrero de 2025, incluido Antonio “Tony Montana” Oseguera, buscaba aplacar las demandas de Donald Trump. Sin embargo, la medida no resolvió tensiones comerciales ni desarticuló al CJNG.

Infraestructura criminal y lavado de activos

Don Rodo dirigía una red para blanquear capitales del CJNG mediante:

  • Compra de ranchos y propiedades en Jalisco, usando notarios corruptos para alterar registros.
  • Inversiones en minas de oro en Michoacán y Nayarit a nombre de testaferros, incluyendo a su cuñado Rubén Oseguera.

Cerco internacional vs. impunidad local

Mientras EE.UU. ofrece 15 millones de dólares por El Mencho y encarcela a su familia (su hijo Rubén en 2024, su yerno en 2023), México sigue mostrando incapacidad para mantener tras las rejas a figuras clave, apenas el 27 de febrero fue detenido el “Gordo Chuy”, mando del CJNG en Michoacan y ayer liberado, repitiendo las fallas transexenales.

Este entramado revela una paradoja: las autoridades alimentan la maquinaria criminal al no aplicar consecuencias duraderas, permitiendo que el CJNG recicle líderes y capitales sin obstáculos estructurales. La justicia mexicana opera como un sistema de puertas giratorias donde la detención es solo un intermedio antes de la reincidencia.

Que dice el Diario Español EL PAIS:

Un día de septiembre de 1992, dos hermanos mexicanos entran al bar Imperial, en San Francisco, California, para vender cinco onzas de heroína, unos 140 gramos. Desde 1986, el menor, Nemesio, cruza habitualmente cargado de marihuana y otras sustancias. 

Ese año es arrestado en posesión de material robado y una pistola. En los calabozos de la ciudad californiana, la policía le toma una fotografía en la que parece más un adolescente detenido por fumar mota que el hombre que se convertirá en el narcotraficante más buscado por la DEA. 

Para ese día de otoño del 92, ya habrá sido deportado un par de veces, pero siempre encuentra la manera de regresar. 

Aunque el que ha negociado el trato esta vez es el mayor, Abraham, al que las drogas también le han costeado ya un abultado expediente. Los compradores pagan 9.500 dólares por el material, pero son policías y los billetes están marcados. 

Tres semanas después, los hermanos Oseguera Cervantes son detenidos en cargos federales. Nemesio, al que llaman Mencho, defiende su inocencia. Los fiscales le advierten: si no asume su responsabilidad, Abraham cargará con todo y podrían sentenciarle a perpetua. 

El Mencho acaba declarándose culpable para proteger a su hermano. Pasarán algunos años prisión. En las celdas, conocerá a tipos como él a los que, años después, reclutará para su naciente cartel, Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Más de 30 años después, la DEA (la Administración de Control de Drogas estadounidense, por sus siglas en inglés) ofrece 15 millones de dólares por la cabeza del Mencho, que tras la entrega a Estados Unidos de Rafael Caro Quintero, viejo capo del Cártel de Guadalajara, es la pieza más codiciada por los gringos. 

Y su hermano Abraham, alias Don Rodo, vuelve a ser el cabo suelto por el que las autoridades tratan de llegar al gran líder del CJNG. Abraham Oseguera Cervantes está, una vez más, en manos de las autoridades mexicanas. Fue detenido el 28 de febrero, un día después de un inédito traslado masivo de 29 narcotraficantes mexicanos a Estados Unidos, entre ellos el propio Caro Quintero, los líderes de Los Zetas, el último gran heredero del Cártel de Juárez y otro de los hermanos Oseguera Cervantes, Antonio, apodado Tony Montana por el protagonista de Scarface, en uno de esos casos habituales en el mundo del narco en que la realidad imita al cine.

El marco es único: nunca antes México había regalado a Estados Unidos tantos capos de golpe. El Gobierno de Claudia Sheinbaum trató de usarlos como moneda de cambio contra Donald Trump, que amenazaba con imponer aranceles del 25% a los productos mexicanos si Sheinbaum no recrudecía la cruzada contra los cárteles, paralizaba el tráfico de fentanilo y el cruce de migrantes. 

Ni los 29 narcos entregados en bandeja aplacaron al republicano, que este martes dinamitó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte al aprobar los impuestos. Y entre medias ha quedado Don Rodo, náugrafo de la relación bilateral y, posiblemente, uno de los futuros ases en la manga de Sheinbaum, que aún confía en sentar a su homólogo estadounidense a la mesa de negociaciones.

Abraham Oseguera Cervantes, sin embargo, es experto en jugar con la justicia mexicana. De momento, el juez de distrito de Ciudad de México Juan Mateo Brieba de Castro ha paralizado cualquier movimiento del Gobierno federal que pudiera conducir a que Don Rodo acabe, como sus 29 compañeros de profesión, al norte de la frontera. La próxima audiencia será el lunes 10 de marzo, donde se decidirá si la decisión se mantiene. Mientras tanto, el hermano del Mencho aguarda en prisión preventiva, con varias acusaciones sobre sus espaldas por parte de la Fiscalía General de la República (FGR).

Es la segunda vez en menos de un año que Don Rodo da con sus huesos en prisión. En abril de 2024, la Guardia Nacional lo capturó en Autlán de Navarro, un municipio de 65.000 habitantes en el Jalisco rural. Y, en un inesperado giro de guion, el juez federal Rogelio León Díaz Villarreal lo liberó tras nueve días encarcelado al considerar que había contradicciones en el relato policial sobre el operativo que condujo a su detención. 

La madrugada del 30 de abril, Abraham Oseguera abandonó un penal del Estado de México en camisa de cuadros y custodiado por tres militares, fue recogido por un vehículo y volvió a desaparecer en el mundo criminal mexicano. Fue un escándalo, uno más en lo que se refiere a la relación de la justicia y los grandes narcos en México.

“Un asunto de Estado”

Para el entonces presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, la liberación fue un “asunto de Estado”, la prueba de la corrupción del sistema judicial, y Rogelio León, un “juez que favorece a presuntos delincuentes”. Los policías de Autlán incluso participaron en el juicio como testigos de la defensa, a favor de Don Rodo. La FGR anunció que recurriría la decisión y denunciaría a los agentes por colaborar con el CJNG, pero de aquello nunca más se supo. 

Para el Ejército, el hermano del Mencho era, sin lugar a dudas, “uno de los principales coordinadores de las operaciones logísticas y financieras, dedicado al lavado de dinero y encargado del tráfico y venta de drogas” en el cártel. “Uno de los principales operadores logísticos, financieros y generadores de violencia”.

Pese al ruido, Don Rodo quedó libre. Hasta este febrero, cuando su cabeza volvió a ser de utilidad para las autoridades. No estaba lejos de donde lo encontraron la otra vez: en el poblado de Atajeas de Covarrubias, también en Jalisco, a poco más de una hora de Autlán. Junto a él cayeron otros tres miembros del CJNG, armas, dinero en efectivo y un alijo de drogas. 

Abraham Oseguera Cervantes jugaba un rol clave en la organización criminal de su hermano: lavar su fortuna a través de “la compra de ranchos, terrenos y propiedades, además se apoyaba de notarios públicos de Ciudad Guzmán y Autlán para gestionar los cambios de nombre de los propietarios”, según fuentes de seguridad. Su esposa, Virginia Virginia León Osornio, también participaba en el esquema e invertía en nombre del cártel en minas de oro de Michoacán y Nayarit, “con el objeto de aumentar el patrimonio financiero de su cuñado Rubén Oseguera”.

No es difícil trazar el camino que, de permitirlo el juez, seguirá Don Rodo: la estrategia de la justicia estadounidense es asediar al Mencho a través de su familia. Su hermano Antonio, Tony Montana, fue detenido en 2022 y trasladado a Estados Unidos la semana pasada. Su hijo Rubén, El Menchito, fue declarado culpable de narcotráfico el pasado septiembre en una corte de Washington (también él, como Don Rodo, pasó por una prisión mexicana y fue liberado antes de su captura definitiva). Su yerno, Cristian Fernando Gutiérrez El Guacho, parte de la cúpula del CJNG, fue arrestado el pasado noviembre en California tras haber fingido su propia muerte para burlar la ley.

Estados Unidos estrecha el cerco sobre su presa, que se mantiene escondido, dicen los expertos, en algún lugar de la sierra de su natal Michoacán. Aun así, su influencia no parece disminuir. El mismo día del traslado de 29 narcos, mientras el foco de la prensa estaba puesto en Caro Quintero y compañía, la esposa del Mencho, Rosalinda González Valencia, señalada como operadora financiera del CJNG, abandonaba discretamente una cárcel de Morelos tras tres años presa, pese a las impugnaciones de la Fiscalía.

Con informacion: DIARIO ESPAÑOL/ELPAIS/ALEJANDRO SANTOS CID/

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