Un juez federal dictó el pasado fin de semana un auto de formal prisión en contra de Osiel Cárdenas Guillén, ex líder del Cártel del Golfo y fundador de los Zetas, por su presunta responsabilidad en el delito de homicidio calificado cometido en contra de seis personas.
Fuentes federales confirmaron a Animal Político que se trata del homicidio de seis personas, entre ellas dos mujeres, que eran familiares de un testigo protegido y que fueron asesinados en el año 2007.
El amigo traidor
Al capo le atribuyen las ejecuciones de Guadalupe y Juan Rosendo Vázquez Guzmán, hermanos de Francisco Vázquez Guzmán,alias “Paquito” , testigo protegido con nombre clave “Rufino”, registradas el 4 de julio de 2002 en Matamoros, Tamaulipas.
En esta causa penal, también le acusan de haber ordenado la masacre de Trinidad del Carmen Ramos Ovando y las hermanas Gabriela, Karina y Romana Antonio Ramos -estas últimas menores de edad-, el 21 de enero del 2002 en Coatzacoalcos, Veracruz.
Los dedos de “Paquito” que llevaron a la captura de Osiel
El plan de trabajo para capturar a Osiel Cárdenas duró seis meses, y un hombre central en esta tarea fue precisamente Francisco Vázquez Guzmán,alias “Paquito” pa’los amigos,inlcuido el capo, que se convirtió en el testigo protegido “Rufino”,pero antes en el hombre de confianza de Osiel Cárdenas, su personero, centinela de 24 horas, vigía incansable y quien antes de ser detenido por la PGR se libró de varios atentados y amenazas de muerte que, según dice,supo después, fueron ordenados por Osiel.
Durante su etapa como testigo protegido de la PGR y de la DEA, Paquito y/o Rufino detalló la forma de operar de Osiel Cárdenas: expuso que el jefe del Cártel del Golfo utilizaba entre 30 y 31 teléfonos celulares —según los días de cada mes—, uno por día, a fin de que sus conversaciones no fueran intervenidas.
De lunes a domingo, el hombre de confianza de Osiel sacaba de un cajón especial el número telefónico que le tocaba usar. Sin embargo, el capo no pudo evadirse de las escuchas por mucho tiempo: un día la inteligencia mexicana grabó una conversación entre él y su hija. Ambos hablaban de la fiesta de 15 años que se aproximaba y para la que ya se organizaban los preparativos. El festejo sería en Matamoros.
En la SIEDO alertaron a la Policía Federal, coadyuvante en esta investigación, para que realizara un amplio operativo. La instrucción era precisa: “Ahí donde huela a carne asada está la fiesta”. Y es que, según los testigos que lo conocieron, Osiel era un sibarita que solía degustar carne asada, su comida preferida.
Y el día de la fiesta esta no podía faltar en el banquete.
El operativo se llevó a cabo y Osiel Cárdenas fue localizado en una de sus casas de Matamoros. En realidad tenía más de 20 escondites en varios puntos del estado. La cuadra fue rodeada y ese día —15 de marzo de 2003— nada pasó. Al día siguiente las fuerzas federales irrumpieron en la residencia. Osiel, quien siempre dormía vestido por si había que salir huyendo, esa noche cayó rendido a pesar de que las más de las veces no conciliaba el sueño por temor a ser capturado o asesinado.
Al percatarse de la presencia de marinos y militares, salió huyendo solo con un pantalón puesto. Con el torso desnudo saltó bardas y brincó por las azoteas de sus vecinos con la intención de evadirse, pero toda la zona estaba acordonada y no pudo escapar: fue detenido en la calle, cerrado el paso por convoyes militares para evitar su fuga o algún intento de rescate por parte de su equipo de sicarios: Los Zetas,fundados desde la elite del Ejercito Mexicano y corresponsable del crecimiento de la violencia.
Continuara….
Con informacion: Medios/redes/NOROESTE/
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