Ismael "El Mayo" Zambada
a Julio Scherer, abril de 2010
Es muy claro que el gobierno mexicano no tuvo ninguna información sobre la acción con la cual fueron detenidos el 25 de julio cerca de El Paso, Texas, Ismael "El Mayo" Zambada y Joaquín Guzmán López, el hijo de Joaquín "El Chapo" Guzmán.
En la conferencia de prensa de Palacio Nacional del día siguiente la secretaria de seguridad, Rosa Icela Rodríguez, divulgó el nombre de un piloto y los datos de un avión Cessna 205,
que no tenían nada que ver con el tema. "Es un hecho que de aquí salió uno, allá llegaron tres", afirmó. La información era falsa, pero era producto de la confusión de la secretaria sobre el vuelo que había trasladado a los criminales. Las autoridades estadounidenses han señalado que el avión era un Beechcraft King Air.
Rosa Icela dijo también: "No sabemos si fue una entrega o una captura". "¿Sorprendió la captura?", le preguntó un reportero. "Como a todos", respondió. En efecto, no se entiende por qué el Presidente le pidió a la secretaria que presentara la información sobre la detención de El Mayo cuando era claro que tenía tantas lagunas en sus datos.
El Presidente declaró que la captura de El Mayo "es una muestra de que existe un trabajo conjunto, aunque en este caso específico no haya participado ni la Secretaría de la Defensa ni la Secretaría de Marina". Añadió que "no hay desconfianza" de las autoridades estadounidenses hacia las mexicanas.
Pero la realidad es otra. La embajada de Estados Unidos no comunicó al gobierno de México las aprehensiones sino hasta después de ocurridas. Ni siquiera un día más tarde la secretaria de seguridad o el propio presidente López Obrador sabían realmente cómo había sido el operativo.
Un débil Mayo Zambada de 76 años en silla de ruedas fue presentado el 26 de julio ante una juez de El Paso, Anne T. Berton, para responder a las acusaciones, que incluyen producción y tráfico de drogas, además de varios asesinatos. Se declaró "no culpable". Su abogado, Frank Pérez, quien también representó a su hijo, Vicente Zambada Niebla, "El Vicentillo", extraditado en 2010, afirmó que su cliente había sido secuestrado en México y llevado involuntariamente a la Unión Americana.
El presidente estadounidense, Joe Biden, describió a El Mayo y a Guzmán López como "dos de los líderes más notorios del cártel de Sinaloa, una de las empresas más mortíferas del mundo. Se les acusa de liderar las mortíferas redes de fabricación y tráfico de drogas". En realidad, es difícil saber si mantienen esa importancia. Muchos de los liderazgos tradicionales parecen haber sido superados por nuevos dirigentes cada vez más jóvenes y crueles. Iván Archibaldo Guzmán, el hijo mayor de El Chapo, al parecer sigue encabezando una organización importante, pero en constante conflicto con otras. El Mayo tiene nombre e historia, pero no está claro si conserva el poder.
López Obrador ha declarado muchas veces que ha puesto fin a la guerra contra las drogas y promovido una política de abrazos y no balazos. Es falso. La propia secretaria de seguridad señaló el viernes que "todos los días... las fuerzas armadas hacen diferentes operativos en diferentes zonas, todos los días hay detenciones... Por eso llevamos 85 mil detenciones, de las cuales 7,500 son objetivos prioritarios importantes".
El presidente tiene razón, en cambio, cuando afirma que, "si va a seguir habiendo consumo, no se resuelve el problema del todo". La prohibición ha sido la estrategia equivocada para un problema de salud, solo que persiste en Estados Unidos y México, y en casi todo el mundo.
El celo con el que el gobierno de Nicolás Maduro impidió la entrada a Venezuela de observadores internacionales para las elecciones de este 28 de julio subraya la intención de realizar un fraude. Los dados estuvieron cargados desde un principio para beneficiar al régimen. Los observadores eran, por ello, personajes incómodos.
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