EL "ABOGANGSTER POLO Del REAL": LA "HISTORIA de la VIOLENTA EJECUCION del DEFENSOR de NARCOS en NUEVO LEON en ENERO de 1996"...experiencia no sirve de acicate a otros tinterillos.

Leopoldo del Real Ibáñez protagonizó -desde la defensoría de presuntos delincuentes- uno de los pasajes más oscuros en la vida de Nuevo León.

Imponiendo terror a sus contrapartes, a quienes atacaba para que desistieran de demandas o procesos, fue como el "abogángster", como se le conoció en los ochentas y noventas, se hizo valer entre los litigantes y sus víctimas.

"Le decían el polémico abogado o el abogángster", recordó Aldo Fasci, quien comenzaba su carrera política en el Gobierno a mediados de los noventas.

"Había mucha gente que se quejaba por su violencia física y verbal. Ése era su perfil.

"Tenía dos personalidades: por un lado, era una persona muy buena, bondadoso, protector, pero por otro lado se salía de sus casillas y era violento en su actuar", dijo Fasci.

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— Valor Tamaulipeco (@VaxTamaulipas) January 22, 2023

La vida de Del Real terminó como se le identificó públicamente: de manera polémica y violenta el 17 de enero de 1996 en el Café Florián que estaba frente a Cintermex.

ASCENSO VIOLENTO

Defensor de narcotraficantes y litigando también casos del fuero común, a fines de los ochentas empezó a trascender que el abogado era el responsable de agresiones hacia quienes demandaban a sus clientes.

"Él estudió Derecho, y desde estudiante se caracterizó por ser no muy ortodoxo en las cosas", contó Luis Carlos Treviño Berchelman, quien era director de Seguridad Pública cuando sucedió el crimen.

"Utilizaba mucho su forma física para amenazar o violentar a las personas contra las que tenía un litigio".

Siempre a la sombra del poder, Del Real y su grupo rudo, que incluía hasta elementos de la entonces Policía Judicial estatal, fueron acusados de lesiones, fraude, chantaje y daño en propiedad ajena, entre otros delitos.

A partir de 1987 empezaron las denuncias formales en su contra. Cuando parecía que gozaba de impunidad, el Gobierno de Jorge Treviño arremetió contra el grupo del litigante, llegando a capturar a 25 implicados, entre ellos dos judiciales, en 1989.

Pese a que enfrentaron acusaciones por delitos graves, como secuestro, robo y lesiones, aun así, la mayoría obtuvo su libertad.

Al verse acorralado, Del Real se refugió en McAllen.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo cuando volvió a imponer su terror en Nuevo León, ahora en el Gobierno de Sócrates Rizzo.

MUERTE POLÉMICA

Aún faltaban muchos años para que iniciara la época de violencia sin medida que, incluso ahora, azota al Estado, pero ya había noticias que cimbraban a la opinión pública.

Tal fue el caso de la detención del líder del Cartel del Golfo, Juan García Ábrego, el 14 de enero de 1996 en una finca de Juárez, en Nuevo León.

Sin demasiadas noticias en los periódicos -todas entonces se las llevaba la Administración de Rizzo-, Del Real aparentemente continuaba operando desde sus oficinas en el sector del Obispado.

La oscuridad, sin embargo, llegó a la vida del polémico abogado la noche del 17 de enero de 1996, cuando se reunió con el director de la Policía Judicial del Estado, Fernando Garza Guzmán, en el Café Florián, frente a Cintermex.

De acuerdo con declaraciones del propio jefe policiaco, alguien de la Procuraduría estatal que nunca identificó -o no quiso identificar- lo había enviado a la cita.

Un empistolado entró a la cafetería y, por la espalda, ejecutó al litigante de dos balazos en la nuca, ante la mirada atónita del jefe policiaco.

La investigación del asesinato del litigante destapó complicidades en las que se implicó a elementos de la Policía Judicial y funcionarios de la entonces Procuraduría en la supuesta desaparición de indicios.

"Sacudió a Nuevo León este caso", señaló Fasci.

"Para el Gobernador (Rizzo) estaba complicadísimo el tema, era inexplicable lo que pasó y seguimos sin saber qué pasó".

Tras el crimen, EL NORTE dio a conocer que el 30 de agosto de 1995 el polémico abogado envió una carta al entonces Procurador David Cantú, en la que hablaba de la amistad, complicidad y negocios que los unían, pero también de traición.

Además se reveló que el 21 de diciembre de 1995, Del Real envió otra carta al Presidente Ernesto Zedillo, donde involucraba a Cantú con el narco.

En otra carta más del litigante, dirigida a Rizzo, también en 1995, se refiere al Mandatario como un "benefactor" y un "amigo" que le permitió regresar a Monterrey "por la puerta grande".

Pese a que se detuvo a decenas de acusados por el crimen -la mayoría liberada posteriormente o muertos en situaciones extrañas- y se investigó hasta al Procurador David Cantú y al Subprocurador Gerardo Elizondo, el caso no fue resuelto.

Así fue la muerte de Polo del Real, el "abogángster" de Nuevo León, tal como fue su vida.

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