El reporte del Times se basa en entrevistas con más de una decena de funcionarios de la administración Trump y es una adaptación de un libro de los periodistas Michael D. Shear y Julie Hirschfeld Davis: Border Wars: Inside Trump's Assault on Immigration (Guerras Fronterizas: Al interior del Ataque de Trump contra la Migración), que será publicado el 8 de octubre.
La reunión, realizada en la Oficina Oval, buscaba revisar el tema del creciente flujo de migrantes que llegaban a la frontera sur de Estados Unidos. Entonces, los asistentes se quedaron pasmados por la “solución” que ofreció Trump: cerrar por completo la frontera completo para el mediodía del siguiente día.
De acuerdo con el rotativo, en ese encuentro estuvieron presentes la entonces secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, que después de eso fue reemplazada; el secretario de Estado Mike Pompeo; Kevin McAleenan, que era el jefe de Aduanas y Protección Fronteriza en ese momento; Stephen Miller, asesor de la Casa Blanca y una figura clave detrás de la agenda migratoria de Trump; Mick Mulvaney, el jefe de gabinete en funciones, y Jared Kushner, yerno y asesor del mandatario, entre otras personas.
Cuando su equipo le advirtió de las consecuencias que podría tener un cierre de fronteras como el que proponía Trump, éste sugirió disparar a los migrantes en las piernas para obligarlos a desacelerar el paso y poder hacer capturarlos. Desde noviembre de 2018, en público, había propuesto dispararles a los migrantes que lanzaran piedras a los oficiales, algo que, le advirtieron sus asesores, era ilegal.
Su equipo intervino de nuevo para decirle que también dispararles en las piernas era ilegal.
Los entrevistados que hablaron con el Times dijeron recordar otras ocasiones en las que el jefe de Estado propuso reforzar el muro fronterizo con una fosa de agua llena de víboras o de cocodrilos. También sugirió una valla electrificada, con púas en la parte superior que pudieran desgarrar la piel.
Una propuesta más extrema que la otra, todas rechazadas cada vez. Pero en la reunión de marzo, Trump se exasperó. “¡Me están haciendo ver como un idiota!”, habría gritado, junto con otra palabra soez, de acuerdo con el Times. “Yo dirijo esto. Es mi asunto”, habría agregado.
Nielsen, de acuerdo con los entrevistados, intentó explicar a Trump que incluso aunque cerrara por completo la frontera, eso no resolvería el problema, y señaló que los migrantes seguirían teniendo derecho a solicitar asilo.
Siempre según el Times, entonces intervino Kushner, quien había desarrollado buenas relaciones con funcionarios mexicanos. Intentó persuadir a Trump.
Pero el mandatario explotó: “Todo lo que te importan son tus amigos en México. Estoy harto. Quiero que esté hecho para mañana al mediodía”.
Finalmente, los asesores de la Casa Blanca convencieron a Trump de extender el plazo al siguiente viernes, mientras presionaban al gobierno mexicano a detener a más migrantes. Y después vino el acuerdo para hacer una evaluación cada 45 días de los esfuerzos migratorios mexicanos, con los que se evitó otra amenaza de Trump: imponer aranceles a las importaciones mexicanas.
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