Militares inquietos, de antigüedad fifí, siguen, metiendo ruido en la red con mensajes y notas fake para presionar al alto mando y al comandante supremo con el tema de los salarios para la tropa y marinería.
El más reciente es de tan solo dos párrafos y es para dejar correr la especie de que el comandante supremo ordenó un incremento salarial retroactivo al mes de enero de este año. Nada más fake, nada más torpedeante por parte de los militares retirados que añoran los viejos tiempos.
Esto, mal escrito, dice:
“El día de hoy 19 agosto 2019, el presidente de la república en conferencia matutina confirmo el aumento salarial para el personal de Semar y Sedena con retroactivo del mes de enero 2019 a la fecha, girando orden que se cubra citado beneficio en la 2/a. Quincena del mes de septiembre.
“Asimismo informo que al igual para el personal de Jubilados y pensionados serán beneficiados un mes después que el personal en activo se haga acreedor de este benéfico, girando órdenes a (SHCP y S-4)”.
No faltó quien, de buena fe y con la expectativa del apremio salarial, dio por buena la fake y buscó fuente y respuestas, pero todo fue en buscapiés para dejarle una bomba de humo al presidente López Obrador de cara a su primer informe de gobierno, a su primer desfile militar, y a su primer contacto masivo y encuentro –fuera de los cuarteles militares y avales– con el pueblo bueno y feliz que llevó al poder.
Primero fue el affaire desatado por la columna del general (retirado) Sergio Aponte Pólito, quien hace más de un año le leyó la cartilla al entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, al quien le dijo de todo, lo tachó de peligroso y le declaró abiertamente la animadversión, la guerra , en un artículo publicado en un diario de Querétaro en el que de plano le decía que no era su gallo, que nunca votaría por el para presidente.
López Obrador ganó y se convirtió en Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas Mexicanas, comandante, también, del general Aponte en el retiro. Ahora, cauto y sigiloso, Aponte intentó enderezar alguna especie de ofensiva para remecer a Obrador, pero ya no se atrevió a escribir su nombre, ya no se atrevió al llamarle a las cosas por su nombre en el artículo publicado hace una semanas en el que advirtió sobre los pronunciamientos del presidente -sin mencionarlo- al referirse a la entrevista en la que el tabasqueño dijo que si por él fuera desaparecería al ejército, lo convertiría en guardia nacional, e una fuerza de paz.
Ahí Aponte ya no le entró.
Pero las tempestades no vienen solas y la de estos días es la desatada por los amparos definitivos otorgados por jueces federales para detener cualquier intento por construir el que se perfila como fallido Aeropuerto Internacional General Felipe Ángeles (AIGFA) o de Santa Lucía.
Los amparos han sido promovidos por la organización civil Mexicanos Contra la Corrupción (MCC), a través de un grupo de abogados reunidos en el movimiento o causa o iniciativa denominada #NoMasDerroches. Son, a la fecha, 147 los amparos promovidos y 9 se ha n concedido 9 suspensiones definitivas a la obra del AIGFA. El amparo más importante es el que otorgó un juez federal para suspender las resoluciones de impacto ambiental que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) determinó para el proyecto de Santa Lucía.
La jugada del MCC fue maestra y se basó en argumentar las propias determinaciones de la Semarnat en las que le permitirle a la Sedena construir el aeropuerto civil-militar, pero le advierte que los posibles daños ambientales son reales. Esos daños reales, probables, fueron el argumento de los abogados para obtener los amparos deseados.
Ahora, en lo que se resuelve el fondo de los amparos, pasarán meses y eso para definir la suerte de menos de una veintena de estos instrumentos jurídicos. Quedan otros 130 o más que deberán resolverse.
El tiempo corre.
Ni la Sedena ni la Fuerza Aérea Mexicana tienen Plan B.
La presidencia de la república, menos.
Santa Lucía se va perdiendo en la bruma.
Fuente.-
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