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martes, 25 de septiembre de 2018

"GREGORIO": 17 AÑOS y YA es DELINCUENTE EXPERIMENTADO,ROBA,ASALTA,SECUESTRA y FORMO PARTE de BANDAS DIRIGIDAS por EX-POLICIAS y EX-MILITARES...de "Gregorios" esta lleno el pais.

A sus 17 años, Gregorio  tiene un largo historial delictivo, donde lo mismo asaltaba tráileres, que secuestraba personas, todo ello como integrante de bandas delincuenciales, muchas veces comandadas por expolicías o exmilitares.
Relata  que perteneció a varios grupos delictivos que a su decir, eran como su familia, pues se protegían y “nunca se dejaban morir solos”.
“Era un grupo que yo ya conocía y que al principio sólo me llevaban a ‘rolar’, pero luego ya supe que había cosas más grandes como robar ‘trailers’, autobuses o secuestrar”.
No estuvo con un único grupo, pasó de uno a otro, de variado número de miembros.
“Siempre había expolicías, exmilitares o exmarinos y ellos eran los que planeaban todo porque ellos son los que saben cómo se hace todo…”, apunta.
Nació en el Estado de Chiapas,  cursó hasta el tercer año de primaria porque no le gustaba ir a la escuela y, después de que lo corrieran, ya no quiso regresar. Él nunca vivió con su padre, quien se dedicaba a la pesca.
Gregorio deambuló desde muy pequeño por varias entidades donde se relacionó con personas que integraban bandas para delinquir.
Hoy purga una condena de 7 años de prisión en un centro de internamiento para menores, aunque cuando cumpla los 18 seguramente será trasladado a un Centro de Readaptación Social, donde hay internos de todo tipo y por todos los delitos.
La historia de Gregorio, como la de muchos jóvenes más, forma parte del Informe Especial, “Adolescentes: Vulnerabilidad y Violencia”, que realizó la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) para tratar de entender el origen, causas, efectos e impacto del porqué cada vez más menores integran las filas de la delincuencia, incluso la organizada.
“Estando con los  grupos me sentía como parte de una familia, de unos hermanos; sentía que nos apoyábamos en las buenas y en las malas porque ellos están pendientes de ti”, considera.
Su madre apenas completó la primaria y es ama de casa. Gregorio, por su parte,  comenzó a trabajar desde los 11 años; primero lo hizo en la pesca y más tarde trabajó en una granja, vendiendo frutas y como ayudante de albañilería.
Como no le gustaba obedecer reglas, abandonó la casa familiar y  deambuló por varias entidades, donde lo mismo se quedaba en la calle que en alguna casa o albergue.
De hecho en ese deambular fue como conoció a los grupos delictivos y luego se sumó a esas actividades ilícitas.
“Todos en el grupo participábamos en lo mismo, robábamos camiones de mercancías, como de Coca-Cola y otras veces robábamos casas de prestamistas o también participábamos en secuestros.
Había unos que se encargaban de checar los datos de las personas para saber cuánto nos podía dejar un secuestro. Yo me encargaba de trasladar a la persona de un lugar a otro para no dejar rastros”, relata.
Gregorio comenta que no sólo estuvo con un grupo sino con varios que se integraban por siete o hasta quince personas en diferentes estados de la República.
“No estuve sólo con un grupo, sino que luego me iba a otro lugar y me metía con otro grupo. Los grupos más pequeños con los que estuve eran como de siete y los más grandes como de quince chavos”.
“En Minatitlán (Veracruz ) me puse en contacto con un amigo que era de otro grupo y así me iba relacionando mediante conocidos para poder entrar. También en Chiapas fue así, por contactos con conocidos”
Hoy asegura que al salir de prisión ya no regresará con esos grupos a delinquir porque si lo hace es seguro que lo asesinen. “Si vuelvo, me pueden matar y también para darle un buen ejemplo a mis hermanitos y a mis primos, de que aun estando aquí, uno se puede corregir”, asegura.
fuente.-

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