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sábado, 30 de septiembre de 2017

TERREMOTO 19S 17: EL "RESCATE MILITARIZADO" en TV y RED NACIONAL...la diferencia no estuvo exenta de diferencias.


La militarización de la sociedad mexicana es un hecho. La realidad que vive el país desde 2006 quedó retratada también en la más reciente tragedia: el terremoto del pasado 19 de septiembre.
El pueblo reaccionó de inmediato. Algunos minutos apenas habían transcurrido cuando miles de personas se acercaron a retirar escombros, buscar vivos entre los derrumbes y rescatar los cuerpos de los fallecidos. Conforme pasaron las horas otras decenas de miles tomaron la Ciudad de México no sólo para ayudar en los lugares con edificios desmoronados, sino para dirigir el tráfico en las vialidades colapsadas, instaurar centros de acopio, formar brigadas de revisión de inmuebles y de atención a heridos, comprar y donar palas, carretillas, picos, cascos, guantes…
Cuando llegaron los cuerpos oficiales generalmente todos trabajaron hombro con hombro. Lo que siguió después fue una disputa, casi siempre silenciosa y algunas veces con discusiones ríspidas, entre civiles y militares por el control de los escenarios de los derrumbes.
Para la noche del día 20, todos los edificios derrumbados en la Ciudad de México estaban bajo control militar, incluso con efectivos armados. Se montaron entonces escenografías para el lucimiento de las Fuerzas Armadas.
Claro que los militares participaron en los rescates y, junto con la población, muchos de ellos trabajaron arduamente. Lo que aquí se critica es que se haya lucrado con la tragedia, que un desastre se convirtiera en terreno de disputas palaciegas y que se haya intentado mandar al pueblo a sus casas y se buscara “limpiar” los derrumbes lo más pronto posible sin la certeza de que no hubiera personas vivas o cuerpos que recuperar.
Mientras las brigadas de topos y los agrupamientos de bomberos trabajaban al interior de las oquedades de los escombros, a cuadro, “acordonando” el lugar de los trabajos, militares robaban cámara. El trabajo más rudo recayó precisamente en las dos asociaciones civiles de topos: la Brigada de Rescate Topos Tlatelolco y la Brigada de Rescate Topos Azteca. Para ellos hubo muy poco reconocimiento en los medios de comunicación.
La Brigada de Rescate Topos Tlatelolco cuenta con tres delegaciones: Ciudad de México, Veracruz y Cancún. De esa última ciudad llegaron a la capital de la República 12 topos, cuatro perros y 30 paramédicos, bomberos y enfermeros.
Gabriel Romero tenía los ojos inflamados e inyectados de sangre cuando accedió a platicar conmigo. Como sus demás compañeros, llevaba más 36 horas sin dormir, alerta a que los dejaran participar en el rescate de las personas atrapadas en los multifamiliares que se derrumbaron sobre la avenida Tlalpan. En todo ese tiempo los militares sólo habían “requerido” a cinco de sus compañeros 2 horas una madrugada.
Cauteloso en sus declaraciones y respetuoso de las autoridades, me sorprendieron sus apreciaciones. Por más de 10 años ha participado en el rescate de personas en desastres ocurridos en México y el extranjero. Quise saber, luego de su trayectoria, si algo destacaba de la presente tragedia. La verdad, yo estaba impresionado por la solidaridad de los capitalinos y esperaba que su respuesta fuera en ese sentido. Lo que me dijo que sorprendió.
“El hermetismo, vamos a llamarlo así, de parte de las autoridades. Sinceramente, en toda mi experiencia, nunca había visto algo así. Ni siquiera en Haití.”
Así lo llamó: “el hermetismo” de las autoridades federales. Eso es lo característico de esta tragedia. Abundó: “estamos teniendo muchas trabas para poder ayudar”. Reflexiona un rato, cuida sus palabras: “Venimos con todo el corazón y toda la voluntad. Al fin, los de aquí también son nuestra gente. Pero sí notamos algo que nos sorprende: nos restringen y nos controlan mucho”.
La delegación de Cancún de los Topos Tlatelolco fue recibida en el aeropuerto por motociclistas de la Policía Federal. Fue todo. Se hospedan con amigos y ellos costean los traslados y toda su estancia en la ciudad. No reciben apoyo alguno de las autoridades.
En contraste, los medios de comunicación se llenaron de imágenes de militares. Incluso se reconoció a las brigadas de rescatistas extranjeros que generosamente vinieron a colaborar: japoneses, alemanes, estadunidenses, israelíes. Pero a los topos, los bomberos y todos los civilones (como despectivamente algunos militares llaman a los civiles) ni las gracias les dieron.
Fuente.-Zozimo Camacho/

Fragmentos

Los terremotos son, según los sismólogos, siempre impredecibles. No se puede saber cuándo llegarán ni su magnitud ni su intensidad. Lo único de lo que podemos estar seguros es que ocurrirán. Estamos obligados a convivir con ellos. No se trata sólo de fortalecer nuestra “cultura de la prevención”. Se trata de construir otra sociedad armónica con el planeta y más justa. Una donde la pobreza y la explotación no sean condena de muerte ante los movimientos telúricos y demás manifestaciones de una Tierra viva.

SEXENIO de PEÑA NIETO "SEXENIO de DESASTRES"...y un desastre de sexenio.


Más de 2 mil 200 muertos y 11 mil 200 millones de dólares en pérdidas son los saldos de los desastres de origen natural y antropogénico en lo que va del sexenio. 

Las cifras son preliminares, pues aún no se termina de contabilizar a las víctimas ni el monto de los destrozos de los más recientes terremotos ocurridos en el país. Lejos de la protección y el auxilio a la población, la respuesta de las autoridades es de contención social

En lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto, los desastres, las emergencias y las contingencias climatológicas cobraron la vida de, al menos, 2 mil 200 personas. Además, han causado pérdidas por más de 11 mil 252 millones de dólares, unos 206 mil millones de pesos.
Las cifras de las pérdidas humanas y económicas, sin embargo, serán más abultadas. No se cuenta todavía con datos definitivos de las muertes causadas por los terremotos de los días 19 y 7 de septiembre pasado. Más aún, no se han contabilizado las muertes ni el monto de las pérdidas económicas causadas en lo que va del año por otros desastres, emergencias y contingencias: deslaves, ciclones, tormentas, huracanes, inundaciones, altas y bajas temperaturas, incendios forestales, explosiones de plantas de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Este año de 2017 podría ser el peor en materia de víctimas mortales por desastres. Superaría con facilidad la cantidad de 646 muertos de 2013. Hasta el cierre de edición, la cifra de personas que perdieron la vida a causa de los terremotos de septiembre de este año llega a 445 en todo el país. Pero no son cifras definitivas y se les deben agregar los datos de quienes murieron en otros desastres de carácter geológico, pero también los de tipo hidrometeorológico, químico y socio-organizativo.
Asimismo 2017 sería el año con más pérdidas económicas por estos fenómenos. Aunque el monto de lo siniestrado en 2013 llegó a 4 mil 816 millones de dólares, los daños por los movimientos telúricos de septiembre pasado por sí solos han llegado a 2 mil 100 millones de dólares. Como en los otros casos, falta agregar las cifras de los demás desastres.
Los datos se desprenden de los informes anuales Impacto socioeconómico de los desastres en México (versiones 2013, 2014, 2015 y 2016); la Base de datos de declaratorias de 2000 a 2016, y el Atlas nacional de riesgos. Los tres documentos son del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
En la información del Cenapred, dependiente de la Secretaría de Gobernación (Segob), se establece que sólo entre 2013 y 2016 el gobierno federal emitió 444 declaratorias de desastre, emergencia o contingencia climatológica. Buscaron proteger 3 mil 360 municipios de toda la República. Muchos de ellos fueron siniestrados los cuatro años del periodo. Por ello la cifra resulta muy superior a la del total de municipios que en realidad conforman la República Mexicana: 2 mil 446 en los estados y 16 delegaciones políticas en la Ciudad de México.

El plan: militarizar, demoler y desinformar

A pesar de que cada año ocurren desastres que cuestan la vida a cientos o miles de personas, las autoridades poco han aprendido. “Prácticamente se responsabiliza a la naturaleza de los males que tengamos”, lamenta el doctor en ciencias sociales Daniel Rodríguez Velázquez.
El académico de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) –especialista en estudios sobre la vulnerabilidad social frente a desastres y, entre otras líneas de investigación ligadas al riesgo, políticas públicas y crisis social– agrega que, en la “irresponsabilidad institucionalizada” que se vive en México, las autoridades buscan disculparse con la “furia de la naturaleza”: la magnitud de un terremoto o la categoría de un huracán.
Rodríguez Velázquez es el investigador responsable del Diagnóstico con el objetivo de evaluar el impacto de los desastres y las estrategias de protección civil sobre la plena satisfacción de los derechos humanos en México, proyecto en curso del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC) de la propia UNAM.
El especialista, autor de Políticas públicas y desastres y Gestión  social  de  desastres,  cambio  climático  y  políticas  públicas  en  el  siglo  XXI. Contradicciones y perspectivas desde México, Indonesia, Estados Unidos y Cuba, entre otros libros, observa tres características principales de la respuesta gubernamental ante desastres. El análisis concreto corresponde a la actuación de las autoridades ante el terremoto del pasado 19 de septiembre en la Ciudad de México.
A decir del investigador, a la crisis provocada por el movimiento telúrico pasado, las instituciones mexicanas respondieron: 1) militarizando las calles, 2) buscando demoler y “limpiar” los escenarios de derrumbes y 3) con funcionarios exhibiendo miedo e ignorancia.
Daniel Rodríguez Velázquez destaca, de inicio, que el sistema nacional de protección civil mexicano ha puesto énfasis en la respuesta del auxilio, en detrimento de la prevención.
Con respecto de la militarización del “rescate”, el especialista explica que llenar las calles de soldados y policías –con independencia del servicio que presten de seguridad y apoyo– es una respuesta de contención social.
“Están jugando, valga la expresión, a contener, a desmovilizar, a la población. Y ha quedado claro que esa ha sido su preocupación principal.”
Bajo esta lógica se explica que no habían transcurrido 3 horas de ocurrido el sismo, con miles de voluntarios haciéndose cargo de los rescates, cuando los funcionarios y medios aliados exhortaban a la población a refugiarse en sus casas, que no se requería ayuda y que no “estorbara”.
Un día después del terremoto –el miércoles 20– el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, justificó de singular manera la militarización de la Ciudad de México. Dijo mientras continuara la emergencia, marinos soldados y policías federales estaría ayudando “en los dispositivos de seguridad en la capital” con el fin de evitar actos de pillaje y rapiña. Lo que en realidad vivía la entidad era una ola de solidaridad que arrojó a cientos de miles a organizarse para ayudar en los rescates y apoyar a los damnificados.
En lo que respecta a la prisa por demoler y limpiar los escombros, Daniel Rodríguez Velázquez observa una intención por eliminar las evidencias que muestren responsabilidades.
Se busca que el desastre se atribuya solamente al fenómeno y no a la corrupción que pudiera quedar al descubierto: incumplimiento de la normatividad en materia de construcción, fraude en la adquisición de materiales para construir o violación del uso de suelo.
Las justificaciones de las autoridades, tanto del gobierno local de Miguel Ángel Mancera como del federal de Enrique Peña Nieto, para demoler y limpiar van de la supuesta inexistencia de más vidas o cuerpos que rescatar a las supuestas razones de sanidad.
Daniel Rodríguez Velázquez ataja. Advierte que no hay ningún protocolo escrito en el marco normativo mexicano que señale que sólo se deben procurar los rescates dentro de las primeras 72 horas después del derrumbe.
“Que los cadáveres podrían constituir un factor de riesgo sanitario y que ya no va a haber personas con vida son una especie de mito que no tienen ninguna base normativa y se aplica selectivamente.”
El investigador se refiere que en lugares donde la gente se organiza y se ampara para que no se detenga la búsqueda y no ingresen las máquinas a arrasar con los escombros, o donde inclusive se oponen físicamente y se enfrentan a las autoridades, no se está haciendo. Pero en lugares donde no hay oposición suficiente sí se lleva a cabo.
La otra característica de la respuesta de los gobiernos es la de la ineptitud de los funcionarios, donde además se evidencia que no cuentan con plan alguno y no saben qué hacer.
“Hay un pánico escénico de las autoridades. Además de todo el estrés postraumático que padecen, los funcionarios están incurriendo en omisiones, en ocultamientos. Expresan en su lenguaje corporal el pánico, el miedo que tienen, su incapacidad, su impotencia.”
Y es que aunque cuenten con recursos logísticos, financieros, humanos, de documentación, no saben aplicarlos. Algunas veces ni siquiera saben que existen.
“Deberían de tener una actitud más seria y consistente, en vez de estar improvisando con declaraciones fáciles, como que se acabó la etapa de emergencia y vamos por la d reconstrucción.”
El investigador explica que con todo lo anterior, las autoridades buscan que se regrese cuanto antes a la “normalidad”. Pero esa normalidad a la que quieren que regrese la gente es la base de la vulnerabilidad en que se encuentra la población ante el desastre.
trabajos de remoción de escombre y rescate
La jefa del Servicio Sismológico Nacional, Xyoli Pérez Campos, está de acuerdo en que las autoridades no cuentan con programas suficientes para responder a una situación de desastre. Pero advierte que las omisiones no solamente son del sector gubernamental.
La doctora en geofísica por la Universidad de Stanford (California, Estados Unidos) e investigadora adscrita al Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM considera que “hace falta cultura” para enfrentar los sismos no obstante que México es un país altamente sísmico.
“Deberíamos estar preparados en todo momento para recibir el embate de un sismo. Saber cómo actuar en el momento significa contar con una etapa de preparación: conocer nuestras rutas de evacuación; nuestros sitios de repliegue; los sitios seguros tanto de viviendas y lugares de trabajo, como de los centros que acostumbramos visitar; tener nuestros documentos importantes  a la mano; nuestra mochila de emergencia.”
La especialista explica que de esa manera las personas podrán reaccionar de manera asertiva y no las podrá dominar el pánico. Precisamente el miedo que puede generar sentir un movimiento sísmico intenso se mitiga con base en la preparación para una reacción rápida y efectiva.
Sobre las razones de que los mexicanos, más allá del pánico que generan los sismos no hayan desarrollado una cultura de prevención y reacción ante un terremoto, Pérez Campos señala:
 “Se nos olvida. Al paso del tiempo olvidamos lo que un sismo implica. No tenemos un recordatorio tan frecuente de movimientos importantes. Y los movimientos que llegamos a percibir cotidianidad realmente son pequeños y terminan por no preocuparnos.”

Desastres, emergencias y contingencias

Hasta antes de 2017, el año más complicado para México durante el gobierno de Enrique Peña Nieto había sido el 2013. Durante el mismo se emitieron 117 declaratorias que comprendieron 2 mil 221 municipios. De las declaratorias, 41 correspondieron a desastres, 52 a emergencias y 24 a contingencias. Murieron 646 personas y se registraron daños por 4 mil 816 millones de dólares.
Durante 2014 se emitieron 39 declaratorias de desastre, 75 de emergencia y 12 de contingencia climatológica. En total, se trató de 126 declaratorias que abarcaron 1 mil 282 municipios. Los fenómenos arrojaron un saldo de 128 personas muertas y daños por 2 mil 476 millones de dólares.
Para 2015 fueron 117 las declaratorias emitidas: 32 de desastre, 75 de emergencia y 10 de contingencia climatológica. En ese año las muertes llegaron a 468 y el valor de los daños sumó 1 mil 121 millones 800 mil dólares.
Con respecto de 2016, los municipios afectados fueron 723. De las 103 declaratorias, 14 fueron por desastre, 84 por emergencia y cinco por contingencia climatológica. Ha resultado el año de menores costos económicos con 738 millones de dólares. Sin embargo, el costo de vidas permaneció alto: 495.
Para el doctor Daniel Rodríguez Velázquez, la naturaleza de un gobierno se refleja en la manera de enfrentar los desastres. Y con un gobierno como el actual siempre ocurrirá lo que reconoció el secretario de Gobernación Osorio Chong en declaraciones a la prensa: que era difícil articular una respuesta organizada. Se trata del reconocimiento de que cada desastre va a rebasar al gobierno.
El investigador se sorprende que haya manuales y documentos normativos para actuar en caso de desastre, pero en ninguno de ellos aparece la población. Lo anterior, no obstante que la sociedad se vuelca a ayudar en las labores de rescate y se muestra atenta, a la espera de un plan. La realidad es que los funcionarios buscan reprimir esa participación popular.
Una sociedad afuera, en las calles, resulta preocupante para el gobierno mexicano, considera Rodríguez Velázquez. La sociedad construye un camino y el gobierno remarca otro.
Con la población participando, “hay solidaridad, capacidad de organización, protesta y salen a la luz las evidencias de las responsabilidades de las autoridades en la tragedia… Mientras que en las oficinas de gobierno predomina el burocratismo de siempre, el maltrato a la población y la indefensión de las personas. Ahí es donde quieren que la gente regrese”; ésa es la esa normalidad en la que se sienten cómodos, finaliza.
Fuente.-Zósimo Camacho


LA MARINA ECHO a VOLAR el "SPARTAAM",DRON DESARROLLADO por la ARMADA...con mas alcance a mas alcanzan.


El pasado 16 de septiembre, la Armada de México presentó su nuevo Sistema de Patrullaje Autónomo de Reconocimiento Táctico Aéreo de la Armada de México (Spartaam), este sistema comprende vehículos aéreos no tripulados para la recolección de  información que fortalecerá las capacidades de búsqueda y rescate, apoyo a la población civil en zonas y casos de desastres, así como a las operaciones navales. 
Según publicó Infodron.es,el principal componente del sistema es un Vehículo Aéreo No Tripulado (VANT) que fue desarrollado por el Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la Armada de México(Inidetam).
Este centro, ubicado en el puerto de Veracruz, se encargó del diseño de toda la aeronave, su construcción y la integración de la electrónica, usando materiales compuestos y aluminio. Con una inversión de 28.420.000 pesos, la Secretaría de Marina busca hacer más eficientes las operaciones navales de inteligencia, búsqueda y reconocimiento, así como reducir los costos de operación y mantenimiento de las aeronaves tripuladas.
Tres unidades y una estación
El objetivo final es desarrollar tres unidades VANT operativas y una estación de control terrena integrada a un vehículo. Al mismo tiempo se creó un centro de capacitación para la operación de estos equipos, con un curso de seis meses, que se denomina ahora como Centro de Capacitación de Sistemas Aéreos No Tripulados (Cencasant).
Características técnicas: capacidad de transmitir imagen y video en tiempo real, dos horas de autonomía, alcance máximo de 50 millas náuticas, altitud operacional 13.000 pies, envergadura de 4,80 m y una longitud de 2,70 m.
En el quinto informe de labores de la Secretaría de Marina se señala que con este sistema se contará con un prototipo de vehículo aéreo no tripulado, con un avance acumulado del  99 % y el sistema se encuentra en fase de pruebas exhaustivas.
Fuente.-

FUE la MARINA,"GANCHARON al GUASON",ALIADO de la "VIEJA ESCUELA" del CDG MATAMOROS...y de plano se lo llevaron al altiplano.


El Grupo de Coordinación Tamaulipas (GCT) confirmó la captura de Daniel "N", alias El Arqui o El Guasón, uno de los principales líderes de un grupo delictivo en la zona centro del estado comprendida entre los municipios de Victoria, Güémez y Padilla.
De acuerdo con un comunicado del GCT, la detención se consumó en la ciudad de Matamoros por parte de elementos de la Marina, tras lo cual Daniel "N" sería puesto a disposición de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), de la Procuraduría General de la República (PGR).
El Arqui o El Guasón sería uno de los 60 objetivos prioritarios en el estado de Tamaulipas, responsable de distintos hechos de violencia en la entidad, aparte de que estaría vinculado a delitos contra la salud, "como la venta y tráfico de sustancias prohibidas, secuestro, extorsión, cobro de piso y algunas ejecuciones".
Al momento de ser aprehendido, Daniel ´N´ se trasladaba a bordo de un vehículo Jeep, en el cual fueron aseguradas drogas, armas y municiones.
fuente.-

PRESUNTO ASESINO y VIOLADOR de "MARA" DENUNCIA TORTURAS y EXTORSION en PRISION...el abusador denuncia abusos.



El abogado del imputado dice que hay un grupo de internos en el penal que amenaza al ex chofer de Cabify.

Ricardo Alexis, ex chofer de la empresa Cabify y presunto asesino de la joven Mara Castilla, denunció que fue torturado en su celda. 
Según declaraciones de su abogado Francisco Hernández Reyes, el presunto homicida sufrió de abusos por parte de un grupo de prisioneros que le exigían entregar 100 mil pesos antes de las 8:00 de la mañana del 30 de septiembre o lo matarían.
De acuerdo al abogado, la agresión había sido grabada en video con un celular. 

Fuentes al interior del Panal de San Miguel dieron a conocer a CENTRAL que la tarde de ayer escucharon gritos en la celda de Ricardo, por lo que acudieron y se dieron cuenta que era amedrentado.
Al interno se le ofreció ser trasladado a una celda de mayor seguridad pero no quiso. 
El abogado anunció que presentó un amparo para garantizar su seguridad en el penal. 

fuente.-


EL F.B.I OFRECE 5 MILLONES de DOLARES por la "CHOMPA" del CHAPITO ISIDRO...el que se anote que busque que no se note.

El gobierno de Estados Unidos ha ofrecido una recompensa de US$5 millones por la captura de un narcotraficante mexicano que ha mantenido un perfil bajo, pero que supuestamente cumple un papel importante en el fragmentado paisaje criminal de Sinaloa.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus iniciales en inglés) y el Departamento de Estado de Estados Unidos anunciaron el 27 de septiembre que se ofrecerá una recompensa de US$5 millones por información que conduzca a la captura o condena de Fausto Isidro Meza Flores, alias "Chapo Isidro" o "Chapito Isidro".
El gobierno de Estados Unidos considera que Chapo Isidro es el presunto líder de la organización narcotraficante Meza Flores, que opera en el estado de Sinaloa, México. En el año 2013, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos incluyó formalmente a la estructura Meza Flores en su lista de organizaciones de tráfico de drogas, OTD (o DTO por sus iniciales en inglés).
Los funcionarios estadounidenses creen además que Chapo Isidro era anteriormente uno de los principales líderes de la Organización Beltrán Leyva (OBL) y era considerado "la mano derecha" de Alfredo Beltrán Leyva, quien fue arrestado en 2008 y este año fue condenado a cadena perpetua en Estados Unidos.
Chapo Isidro fue acusado por una corte federal de Estados Unidos en el 2012 por conspirar para ingresar grandes cargamentos de droga de México a Estados Unidos.

Análisis de InSight Crime

Si bien Chapo Isidro no es tan conocido como muchos de sus rivales y socios en la fragmentada escena criminal de Sinaloa, su bajo perfil parece estar en contradicción con su grado de influencia, que ha llamado la atención del gobierno estadounidense.
Aunque no se sabe cuándo comenzó Chapo Isidro a participar en actividades del narcotráfico, sí se conoce su presunto papel destacado dentro de la OBL y su posterior liderazgo en otras organizaciones criminales en el norteño estado de Sinaloa, un importante centro de producción de drogas en México.
Aunque Chapo Isidro raramente ha estado en el foco de atención, comenzó a ser más conocido tras la captura de Alfredo Beltrán Leyva en 2008, cuando se generó una fuerte división entre la OBL y sus antiguos aliados, el Cartel de Sinaloa.
En la sangrienta guerra que se desató, se considera que Chapo Isidro fue quien logró mantener la presencia de la OBL en la región. De hecho, se cree que la rivalidad entre Chapo Isidro y el exjefe del Cartel de Sinaloa, Joaquín "El Chapo" Guzmán, quien actualmente se encuentra capturado, fue un importante factor generador de violencia en Sinaloa durante el auge de la guerra de México contra las drogas a principios de esta década.
Estos enfrentamientos diezmaron a la OBL, y llevaron a que todos sus líderes terminaran capturados o muertos. Chapo Isidro, por el contrario, ha logrado esquivar a las fuerzas de seguridad y a sus rivales, presuntamente liderando varios grupos criminales nuevos. Se desconoce qué papel puede estar jugando en los recientes enfrentamientos entre la OBL y el Cartel de Sinaloa, el cual se encuentra debilitado tras el arresto y la extradición de El Chapo en el mes de enero.
La nueva recompensa ofrecida por el gobierno de Estados Unidos por la captura de Chapo Isidro sugiere que los organismos de seguridad todavía lo consideran una figura importante. El hecho de que haya sido expuesto a la luz pública le podría dificultar a Chapo Isidro continuar operando libremente en el candente panorama criminal de Sinaloa.
Fuente.-

83% de MUERTOS en SISMO por CORRUPCION,REVELA ESTUDIO...


Los dos factores que condenan a México a padecer letales desastres por fenómenos naturales son la corrupción y la pobreza: éstos causan el “83 por ciento de muertes en edificios colapsados en sismos”. La tercera gran falla de este país es el uso político del dinero público para rescatar y reconstruir.

Corrupción y pobreza vuelven a herir a México: ambos factores son identificados por el propio gobierno federal como origen de la vulnerabilidad del país ante los fenómenos naturales, como el sismo del pasado 19 de septiembre que cobró la vida de al menos 302 personas, y el del día 7 del mismo mes, con saldo de 96 víctimas fatales.
Considerados en la Agenda Nacional de Riesgos como la novena gran amenaza a la seguridad nacional, los desastres naturales encuentran un tercer factor que profundiza el perjuicio social y económico: el uso político de los fondos públicos para rescatar a las víctimas, atender la emergencia y posteriormente reconstruir las zonas afectadas.
Estos tres elementos marcan la incapacidad gubernamental para prevenir, enfrentar y contener las catástrofes, revelan tanto la Agenda Nacional de Riesgos como diversos análisis del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), dependiente de la Secretaría de Gobernación.
Uno de esos estudios –Impacto socioeconómico de los desastres. De la vulnerabilidad a la resiliencia– destaca que “el 83 por ciento de todas las muertes ocurridas en edificios colapsados en terremotos han ocurrido en países con altos niveles de corrupción y pobreza”, según lo observado por el científico Roger Bilham, investigador de la Universidad de Colorado, Estados Unidos.
Otro estudio –Los fenómenos naturales y su efecto en los grupos más vulnerables de México– señala que las estadísticas del “Cenapred permiten estimar que el 65 por ciento de las víctimas generadas por los desastres ocurre entre los pobres”.
En tanto, la Agenda Nacional de Riesgos –un diagnóstico profundo de las amenazas a la seguridad nacional, elaborado por los órganos de inteligencia del país y al que Contralínea tuvo acceso– refiere entre las máximas vulnerabilidades el “uso político de autoridades estatales y municipales en la distribución de recursos del Fondo de Desastres Naturales”.
Rescatistas

Las vidas perdidas

Así, ocho de cada 10 muertes ocurridas durante los sismos del 7 y 19 de septiembre pasados tuvieron su origen en actos de corrupción de inmobiliarias y autoridades de los tres niveles de gobierno o en las condiciones de pobreza y marginación que padecen más de 53 millones de mexicanos, según las estadísticas oficiales.
“El nivel de impacto de un fenómeno natural no está determinado por el nivel de intensidad, sino por el grado de vulnerabilidad del sistema expuesto y de su población”, admite el análisis Impacto socioeconómico de los desastres, elaborado por el maestro Norlang García Arróliga, adscrito a la Subdirección de Estudios Económicos y Sociales del Cenapred.
Ambos terremotos –el primero oscilatorio de 8.2 grados Richter y el segundo trepidatorio de 7.1 grados– han marcado un retroceso de 16 años en materia de prevención y atención a desastres causados por fenómenos naturales, se desprende de los estudios del Centro Nacional de Prevención de Desastres.
En conjunto, éstos han cobrado la vida de, al menos, 398 personas en ocho entidades del país (Ciudad de México, Oaxaca, Morelos, Chiapas, Puebla, Guerrero, Estado de México y Tabasco). Esta cifra mortal, aún preliminar, ya superó el promedio anual nacional, estimado por el Centro en 175 muertes por año.
Un solo sismo, el del 19 de septiembre, causó más víctimas que esa media nacional sostenida durante el periodo de 2000 a 2016. En ese lapso, refiere el documento Impacto socioeconómico de los desastres, 2 mil 982 personas perdieron la vida durante catástrofes de este tipo, principalmente por daños causados por tormentas y huracanes.
Además, en esos 16 años las pérdidas económicas se estimaron en 33 mil 948 millones de dólares (unos 577 mil millones de pesos a un tipo de cambio de 17 pesos por dólar).
“El desastre es considerado como la interrupción brusca de la vida cotidiana, generadora de pérdidas de vidas humanas, materiales y ambientales generalizadas que supera la competencia de la comunidad afectada para sobreponerse exclusivamente a través de sus propios medios”, refiere el análisis Los desastres en la historia. ¡Recordar es aprender!, elaborado por Carlos Miguel Valdés González, director general del Cenapred.

La corrupción

Treinta y dos años después del terremoto de 1985, el sismo de este 19 de septiembre también fue devastador, aunque en menor magnitud. En el caso de la capital, el colapso de al menos 44 edificios y las 3 mil 848 estructuras que resultaron severamente dañadas dejan al descubierto el incumplimiento de las normas mínimas de edificación, establecidas en el Reglamento de Construcciones para la Ciudad de México.
En este caso, la supervisión de las condiciones de seguridad en materia de protección civil también fallaron. Quizá, el caso más dramático –por involucrar a un sector altamente vulnerable– es el del colegio Enrique Rébsamen, ubicado en la delegación Tlalpan, al Sur de la ciudad, donde al menos 19 menores de edad y cinco adultos perdieron la vida.
En las ocho entidades afectadas, la corrupción de autoridades locales, estatales y federales intervino en este desastre. En el primer sismo, por ejemplo, en algunas zonas de Chiapas y Oaxaca la alarma sísmica –mecanismo que previene a la población segundos antes del fenómeno natural para que evacue y se resguarde en áreas seguras– no sonó por falta de pago de la energía eléctrica.
Además, de acuerdo con la Agenda Nacional de Riesgos, una de las mayores vulnerabilidades de México es la “deficiente regulación del uso de suelo y del desarrollo urbano, que genera multiplicación de asentamientos irregulares en zonas de alto riesgo”.
En la capital, por ejemplo, las construcciones inmobiliarias han proliferado en forma desordenada y violatoria a leyes y reglamentos, además de la oposición de vecinos. Según lo denunciado por afectados, esta situación se observa sobre todo en las delegaciones Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Álvaro Obregón y Coyoacán.
En esos lugares constantemente se ha denunciado el uso de permisos irregularidades, que conceden tanto las delegaciones como la administración capitalina. Aunado a lo anterior, algunas vialidades capitalinas también resultaron afectadas, pese a que están obligadas a cumplir normas para resistir fenómenos de este tipo.
En su análisis Los desastres en la historia. ¡Recordar es aprender!, el director general del Cenapred señala que México es un país de sismos: de 1910 a la fecha se han registrado terremotos importantes. En cada sexenio,  apunta, ha habido cuando menos un temblor considerable.
Por ello, advierte que “para evitar la construcción del riesgo sísmico es importante planear el crecimiento de las ciudades y hacerlo en forma ordenada y adecuada”.
Voluntarios

La pobreza

El segundo factor que ha condenado a México a padecer desastres devastadores por fenómenos naturales, la pobreza, tiene implicaciones que difícilmente pueden superarse.
Y es que no sólo se trata del hecho de que el 65 por ciento de las víctimas generadas por estas catástrofes sean los pobres, sino que además “existe evidencia de que los desastres naturales han contribuido a elevar los niveles de pobreza y desigualdad en México”, refiere el Cenapred.
Lo anterior, indica la dependencia de la Secretaría de Gobernación, se debe a que estos fenómenos “tienden a impactar más que proporcionalmente a los miembros más pobres de la sociedad, y a que ellos son los menos capaces de responder adecuadamente a choques repentinos que destruyen sus pertenencias y reducen drásticamente sus ingresos”.
Para el Centro Nacional de Prevención de Desastres, es fundamental que la protección a los pobres frente a tales fenómenos constituya un elemento importante en las estrategias gubernamentales para el combate a la pobreza.
Además, se deberían generar políticas públicas para mitigar los efectos de los desastres en el nivel de vida de los estratos y regiones más pobres del país, considera la institución.

Las demás vulnerabilidades

El tercer factor que opera contra los mexicanos en caso de un fenómeno natural es el “uso político de autoridades estatales y municipales en la distribución de recursos del Fondo de Desastres Naturales”, refiere la Agenda Nacional de Riesgos.
Y es que pareciera que, en automático, los damnificados se convierten en el botín electoral de los políticos: el lucro de la desgracia se advierte desde el primer instante. Baste recordar al presidente de la República, Enrique Peña, a su esposa Angélica Rivera, tomándose la foto mientras empaquetaban víveres o distribuían la asistencia social en Chiapas y Oaxaca.
Otras vulnerabilidades que advierte la Agenda son: “acciones limitadas de los gobiernos federal, estatales y municipales para afrontar las contingencias”; “insuficientes instrumentos de transferencia de riesgos para atender desastres naturales de muy alta magnitud”; “incremento en el número y magnitud de los fenómenos naturales como consecuencia del cambio climático”; “déficit de la oferta de gas natural seco por un exceso de demanda diaria que rebasa las inyecciones al Sistema Nacional de Gasoductos”.
Asimismo, apunta los “limitados recursos humanos, técnicos y económicos para atender emergencias”. Algo que quedó demostrado en las horas posteriores al sismo del pasado 19 de septiembre, cuando fue la sociedad la que se volcó a asistir a las víctimas.
La tarde y noche de ese día, miles de personas salieron a las calles en busca de medicinas, alimentos, agua, herramientas. En Ciudad Universitaria, las manos de los voluntarios, predominantemente jóvenes, no descansaron: por horas, se entrelazaron para apilar la ayuda. Después, mucho después, llegaría la asistencia del gobierno.
Fuente.-Nancy Flores/