El combate al crimen organizado también ha dejado graves secuelas en las Fuerzas Armadas, en el periodo de enero de 2009 a julio de 2015, 23 elementos de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) perdieron la vida y 120 resultaron heridos en operativos y patrullajes, de los cuales 37 tienen alguna discapacidad permanente.
Las discapacidades fueron resultado de las heridas producidas por disparo de arma de fuego en las distintas misiones y enfrentamientos con delincuentes que operan en las distintas zonas del País.
De acuerdo con la información proporcionada por la Armada, en respuesta a una solicitud de información hecha por 24 HORAS, los tres principales motivos de discapacidad que tienen los uniformados son secuelas de fracturas y neuropatías (daño en el sistema nervioso), traumatismos oculares y cefalea postraumática.
Esta última a consecuencia de traumatismo craneoencefálico, es decir golpes o heridas en la cabeza que requieren hospitalización.
Entre las otras causas de discapacidad permanente de los marinos se enumeran elestrés postraumático, las amputaciones de brazos o piernas y el traumatismo craneoencefálico, en ese orden de frecuencia, detalla la respuesta oficial.
De 2009 a 2014 la Semar registró 83 lesionados en combate sin discapacidad permanente y en 2015, hasta el mes de julio, ninguno.
En esta administración más de 300 elementos de las Fuerzas Armadas han sido heridos por el crimen organizado.
Los elementos que tienen una discapacidad de primer nivel pasan a situación de retiro.
ACCIONES DE RIESGO
El 18 de agosto, elementos de la Marina Armada de México que realizaban un patrullaje en vehículos terrestres en el poblado de El Salitre Palmarillos, municipio de Amatepec, al sur del Estado de México, fueron atacados a balazos por criminales que dispararon desde la azotes de una casa y también desde un vehículo en movimiento.
En la emboscada tres elementos de la Institución resultaron heridos y fueron atendidos por sus compañeros, pero cuando eran trasladados a un hospital uno de los uniformados falleció y los otros dos fueron reportados estables y fuera de peligro.
Otro caso reciente fue el pasado 6 de julio cuando un helicóptero Black Hawk de la Marina fue atacado desde tierra por los delincuentes que viajaban en un convoy, en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
La aeronave recibió siete impactos de bala por lo que la tripulación contestó la agresión y en el enfrentamiento seis presuntos delincuentes perdieron la vida. Ninguno de los uniformados resultó herido en aquella ocasión.
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