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Miseria, desigualdad, ignorancia y atraso causados por la CNTE, una expresión del crimen organizado más dañina para los mexicanos pobres que las mafias de la droga.
Hoy todos saben que murió la Reforma Educativa, la más aplaudida enmienda constitucional del peñisno. Lo que no se sabe es la causa de la muerte. ¿Quién la mató? ¿Por qué la mataron?
Y es que resulta inexplicable que un gobierno que apostó buena parte de su capital político a la más ambiciosa reforma educativa de la historia, sea el mismo que decidió sepultar su más acabada creación.
¿Por qué mataron a la Reforma Educativa?
Se pueden ensayar muchas hipótesis. Se puede decir, por ejemplo, que el gobierno federal se dobló ante el poder de la CNTE; que se trató de una decisión de alto costo político y mediático, que evitará una crisis mayor, como la garantía de elecciones. Incluso se puede justificar que una mafia intocable e impune como la CNTE al final hizo rehén al gobierno federal. Se puede decir misa…
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¿Solapa EPN a su verdugo? Sin embargo, ninguna hipótesis explica la terca realidad y la contundencia de los hechos que antecedieron a la muerte de la Reforma Educativa.
La terca realidad es que desde la Secretaría de Gobernación —con Luis Miranda al frente—, como nunca se empoderó a la CNTE y se le garantizaron montañas de dinero público, precisamente al inicio del gobierno de Peña Nieto. Dicho de otro modo, que el gobierno de Peña Nieto construyó y solapó a su propio verdugo.
Y la contundencia de los hechos está a la vista de todos. Al arranque de la gestión de Peña Nieto —y como parte del llamado “Pacto por México”—, el gobierno federal mandó a prisión a la profesora Elba Esther Gordillo, que era el principal obstáculo de la Reforma Educativa.
Pero al mismo tiempo el propio gobierno de Peña empoderó hasta niveles de obscenidad e impunidad a la CNTE. Así, la mafia que hoy se ha convertido no sólo en verdugo de la educación, verdugo de los procesos electorales y de gobiernos como los de Oaxaca, Guerrero y Michoacán, es la misma mafia verdugo del gobierno de Peña Nieto.
Por eso se puede hablar con terror de los miles de muertos en el gobierno de Calderón —a causa de la guerra contra el crimen—, pero en el gobierno de Peña Nieto se habla y se hablará del terror, la vergüenza y la indignación por millones de niños condenados a la miseria, la desigualdad, la ignorancia y al atraso.
Miseria, desigualdad, ignorancia y atraso causados por la CNTE, una expresión del crimen organizado más nefasta y dañina para los mexicanos pobres —los más pobres de los pobres—, que las mafias de las drogas, la trata de personas y la extorsión; mafia magisterial que niega a millones de niños pobres un derecho humano fundamental como la educación; crimen organizado que —paradojas de la ruindad del poder— solapa, financia y alienta el propio gobierno de Peña Nieto; crimen organizado llamado CNTE.
Y acaso más preocupante e indignante sea el silencio mezquino, cómplice, ruin y valemadrista de sectores sociales que ardorosos defienden derechos humanos de criminales de cárteles de la droga, pero ignoran los derechos humanos de millones de niños a los que la mafia CNTE deja sin escuela; “expertos” que defienden criminales y les vale madre el derecho humano a la educación de millones de niños; derecho asesinado por la mafia CNTE. ¿Y dónde están las marchas, plantones, protestas contra el crimen organizado llamado CNTE?
¿O será que engañan a Peña Nieto? Y si resulta difícil, inexplicable e impensable que el gobierno de Peña haya construido, solapado y financiado a su propio verdugo —la criminal CNTE—, cuesta más trabajo imaginar que la anunciada muerte de la reforma educativa confirme que asistimos a la evidencia clara de las perversidades del poder. ¿Qué perversidades?
Si nos atenemos a la terca realidad y a la contundencia de los hechos en torno a la muerte de la Reforma Educativa —y si apelamos a los intríngulis del fracaso de la propia reforma—, tiene sentido la hipótesis de que el Presidente estaría siendo engañado por integrantes de su propio gabinete.
¿Por qué?
Porque ningún gobierno sensato, prudente, informado y que aspira a trascender por el éxito de sus reformas, sería capaz de impulsar una gran reforma como la educativa y, al mismo tiempo, ser capaz de estimular el crecimiento, financiamiento e impunidad del verdugo de la reforma creada.
Y que nadie se asuste. En gobiernos mexicanos abundan ejemplos de servidores públicos cercanos al mandatario en turno que crean y estimulan momentos de crisis para luego convertirse en salvadores de la patria. De esa forma no pocos ganan el favor de sus jefes y en algunos casos hasta heredan el poder. Dos ejemplos son Carlos Salinas y Manuel Camacho.
Peña manda; ¿sabe lo que manda? Está claro que una decisión como la muerte de la Reforma Educativa —en dos líneas, sin explicación y aprovechando el grosero sabadazo—, no la toma por la libre un secretario de Educación timorato. Está claro que es reacción presidencial al emplazamiento y amenaza de la CNTE por boicotear el proceso electoral del domingo 7 de junio.
Lo que no queda claro es si el Presidente sabe que su paisano y #2 en Gobernación, Luis Miranda, es el padre y mecenas de la CNTE como hoy la conocemos. No queda claro si Peña Nieto sabe que Emilio Chuayffet ha entregado la educación a adversarios políticos del mexiquense. Lo que no se entiende es si el Presidente de los mexicanos sabe que sus colaboradores más cercanos juegan su propio juego; no el del interés de las mayorías.
Si Peña Nieto es el responsable del empoderamiento de la CNTE, si en su despacho salió la instrucción de solapar y hacer crecer a la CNTE hasta los niveles que hoy conocemos y si ordenó aniquilar la Reforma Educativa para no desatar los demonios de la CNTE, entonces los mexicanos tenemos un grave problema. ¿Por qué? Porque sería la confirmación de que Penélope despacha en Los Pinos.
El poder ciudadano y el Poder Legislativo. A pesar de la tragedia educativa y de la muerte de la reforma en la materia, no todo está perdido. ¿Por qué?
1.— Porque hoy existe una sociedad civil real, organizada y vigente que —sin duda y desde sus respectivas trincheras— dará la pelea a favor de la educación.
2.— Porque existe un Congreso y una oposición que, a pesar de todo, están vigentes.
Por eso proponemos que el poder ciudadano derrote a la mafia CNTE con los mejores argumentos democráticos:
A) Proponemos “ni un voto por los partidos opositores” si no se comprometen a revertir la muerte de la Reforma Educativa.
B) Proponemos “ni un voto para el PRI”, hasta que dé marcha atrás a la muerte de la Reforma Educativa.
El poder ciudadano. Al tiempo.
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