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miércoles, 22 de abril de 2015

Se "ACABARON CODIGOS de CONDUCTA" de CRIMINALES...aquellos que respetaban INOCENTES.


Ernesto Valdez Solano, empresario restaurantero en Culiacán, pertenece a una de las familias más respetadas de Sinaloa, ayer fue asesinado después de permanecer 10 días secuestrado, y su cuerpo lo encontraron cuando policías ministeriales y elementos del Ejército y Marina pretendían rescatarlo. 

Este hecho exhibió un cambio generacional en el seno de los cárteles de droga más tradicionales, y al mismo tiempo el rompimiento de códigos y reglas en el epicentro del narcotráfico: 
Sinaloa, un estado declaro intocable para el crimen organizado, porque allí residen las familias de la mayoría de los capos más poderosos del país y por eso es terreno neutral. 

Sin embargo, por primera vez, el hijo de uno de estos grandes jefes Jaime Eduardo Quevedo Gastélum vulneró ese cinturón de seguridad que rodea a Sinaloa y organizó una banda dedicada al secuestro y al asesinato de sus víctimas, delito prohibidos en El Cártel de Juárez, la organización a la que pertenecía su familia, entre ellos  su padre Rodolfo Carrillo Fuentes, llamado “El Niño de Oro”.

Incluso este descendiente de la histórica familia Carrillo Fuentes en diciembre pasado secuestró a su propio abuelo materno, Jaime Antonio  Quevedo, a quien no mató, pero sí a la persona que entregó el dinero. No lleva el apellido Carrillo, el mismo que hizo célebre su tío Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, porque así lo acordaron sus padres para que no fuera perseguido por las autoridades y además pudiera viajar a Estados Unidos sin problemas. 
El Cártel de Juárez, una organización muy tradicional, igual que el grupo de Ismael Zambada, “EL Mayo” o de Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”, había mostrado ciertos códigos de conducta en cuanto a las familias, con la que nunca se deben meter si son inocentes, ni en lo personal ni con sus bienes, ni mucho menos asesinar, y sólo se puede secuestrar y asesinar a los enemigos y a quienes traicionan, nunca a personas inocentes, pero manteniendo un bajo perfil. 
Esta vez Quevedo Gastélum, perteneciente a la tercera generación de esta línea de grandes y poderosas organizaciones provenientes de Sinaloa, rompió toda esa ruta de comportamiento y vulneró la seguridad territorial: se dedicó al secuestro y asesinato, privó de la libertad y luego de la vida a un empresario honesto, utilizó armas de gran calibre y hasta granadas que provocó una reacción de todas las corporaciones de seguridad en las calles de Culiacán. 
Y no sólo eso, actuaron también en el centro y norte de Sinaloa, cometiendo otros secuestros, según confesó Luis Alberto Pérez Jacobo, otro de los detenidos, casos en los que cobraron cifras millonarias de rescate, pero mataron a sus víctimas. 
El Cártel de Juárez aún opera con gran capacidad en el centro y norte del país, específicamente en Chihuahua, frontera que es considerada la más importante de todas, porque desde El Paso, Texas, se puede distribuir drogas en todo el territorio de Estados Unidos. Aunque la violencia creció por las divisiojes internas y el intento del Cártel de Sinaloa de apoderarse del territorio, a partir de 2011 retomaron el control y el bajo perfil, utilizando más la corrupción que la violencia como forma de control.   

Un nuevo perfil El lunes, durante más de dos horas, se registró un enfrentamiento a balazos entre las calles Sierra Tarahumara y Pascual Orozco, Fraccionamiento San Carlos en Culiacán.  Se registraron detonaciones de diferentes armas y calibres, entre ellas rifle Barret Calibre 50 que después localizarían los agentes en el interior del domicilio, detalló el procurador de Sinaloa Marco Antonio Higuera Gómez. Fue alrededor de las 15:00 horas, cuando la Unidad Estatal Antisecuestros se presentó en un domicilio y pidieron refuerzos a las Fuerzas Armadas ante la capacidad de fuego de quienes estaban parapetados en la casa de seguridad. 

Los agentes pretendían rescatar a una persona secuestrada, que resultó ser Ernesto Valdez Solano, pero cuando lograron ingresar al inmueble, tras recibir la ayuda de una mujer familiar de uno de los secuestradores, el empresario estaba muerto. Los reportes de prensa muestran que a las 17:00 horas se escucharon las últimas detonaciones que se hicieron desde el interior de la vivienda y 20 minutos después, una persona con el rostro cubierto salió de ese lugar con heridas, los agentes lo subieron a un vehículo y se lo llevaron, entonces lograron ingresar al domicilio. 

De acuerdo a la Procuraduría de Justicia de Sinaloa, Quevedo Gastélum no sólo dejó a un lado el negocio de las drogas, sino que se convirtió en un sanguinario secuestrador. En diciembre pasado, por ejemplo, mataron  a un joven en Guasave. El padre de la víctima entregó más de 2.5  millones de pesos para recuperar a su hijo, pero los dos fueron asesinados. Sus cadáveres fueron encontrados en Navolato. 
También secuestraron a Jaime Antonio Quevedo, su abuelo, el 2 de diciembre del 2014 en el municipio de Cofradía, sus familiares pagaron 400 mil pesos, y en este caso le perdonaron la vida a la víctima, pero mataron a la persona que entregó el dinero del rescate. La participación en secuestros de este tipo, cometidos contra empresarios honestos y de forma sanguinaria, y en el propio territorio en el que vive su familia, Carrillo Fuentes y Gasatélum, no sólo rompe un pacto no escrito de seguridad, sino también “calienta” el territorio, lo que es muy peligroso para el negocio del narcotráfico. Y también la capacidad de fuego que mostraron contra las autoridades expone un nuevo perfil de comportamiento más violento. 
El saldo final fue de 10 armas decomisadas, entre ellas un rifle de asalto Barret calibre .50 milímetros, un rifle con aditamento lanzagranadas, una carabina calibre 5.56, dos pistolas 9 milímetros y dos pistolas calibre 45. De acuerdo al procurador los delincuentes bloquearon la cochera de la casa, para evitar la entrada de la policía,  utilizando una camioneta Chevrolet de color blanco. Para acercarse a la casa, los elementos de la policía colocaron un  vehículo blindado “Tiger” para soportar todos los disparos de los delincuentes. Cuando ingresaron, de acuerdo a las autoridades, se encontraba muertos tres de los secuestradores y otros tres fueron detenidos, entre ellos el sobrino de “El Señor de los Cielos”. 
  ¿Por qué murió el empresario? 

El 11 de abril fue secuestrado en Culiacán Ernesto Valdez Solano y como rescate exigieron a la familia 70 millones de pesos. Las autoridades siguieron información de inteligencia que los llevó hasta el Fraccionamiento San Carlos, en donde se dio el enfrentamiento. 

El procurador Marco Antonio Higuera, sostuvo que en la necropsia se confirma que al empresario lo mataron una hora antes de que llegaran las corporaciones estatales y federales para rescatarlo. Los testimonios, sostuvo, también lo confirman. Aparentemente encontraron su cuerpo en la sala de la casa, atado de manos.

 Durante la conferencia de prensa el procurador no dijo la explicación que dieron los secuestradores del porqué lo habían matado. Ayer mismo comenzaron a velar los restos de Valdez Solano en su municipio natal EL Rosario. Su muerte, publicó el periódico Noroeste, conmocionó al gremio empresarial del estado, porque su familia es respetada y querida por la comunidad. 
Ernesto se dedicaba al ramo restaurantero y atendía personalmente un servicio de alimentos en Culiacán. Su hermano Fernando Valdez es titular del Consejo para el Desarrollo de Sinaloa (Codesin) en la zona sur del estado, y también ha ocupado puestos en Canaco y Coparmex. Y su familia se dedica al sector mueblero. Mañana será sepultado por la tarde.

Fuente.-EjeCentral

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