domingo, 17 de marzo de 2019

PERIODISTA ESCRIBIO ULTIMA COLUMNA "SLRC,la RUTA del CHAPO" y lo ULTIMARON...y ahora es estadística en la cifra de periodistas asesinados.

El periodista Santiago Barroso Alfaro fue atacado a balazos la noche del viernes al abrir la puerta de su vivienda en San Luis Río Colorado. Murió minutos después.
Es el cuarto periodista asesinado en lo que va de 2019. Durante 2018 fueron 10 las víctimas.
Santiago Barroso Alfaro era autor de la columna Sin Compromisos. En su última publicación escribió: “SLRC, la ruta de El Chapo”.
En su diario digital Red 653, el 15 de febrero publicó un análisis sobre el narcotraficante y cómo fue que se interesó en incluir en la ruta de trasiego el corredor San Luis Río Colorado-San Luis, Arizona.
Los inicios y la operación del Cártel de Sinaloa, al mando de Joaquín Guzmán Loera, los relacionó a detalle con personajes locales.
El periodista de 47 años, catedrático de la Universidad Tecnológica de San Luis Río Colorado, fue conductor del programa de radio Buenos Días San Luis, director del portal de noticias Red 653 y colaborador del semanario Contraseña.
Egresado de la carrera de Ciencias de la Comunicación (1989-1993), de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), trabajó para el periódico La Crónica del Grupo Healy de Baja California. Colaboró en el desaparecido periódico La Prensa, dirigido por Benjamín Flores, asesinado en julio de 1997.
Parte de sus investigaciones estaban relacionadas con el narcotráfico, tráfico humano y la impunidad.
Incluso, el día que fue asesinado, por la mañana, en su programa de radio denunció: “Aun con luz del día y ante la mirada de una gran cantidad de automovilistas que hacen fila para ingresar a Estados Unidos, los polleros se dedican al negocio de tráfico de personas de origen centroamericano. Así se pudo ver, una vez más, el jueves por la tarde, día de ayer, cuando un traficante humano introdujo a Estados Unidos a por lo menos una decena de hombres, mujeres y niños”.
Fiscalía investiga. La Fiscalía General de Justicia en el Estado (FGJE) investiga los hechos por el delito de homicidio calificado. Informó que los primeros indicios, recabados a través de entrevistas a testigos, indican que el o los agresores tocaron a la puerta de su vivienda y al abrirla fue agredido. Corrió al interior y solicitó, vía telefónica, una ambulancia que lo trasladó a un hospital.
Presentaba una herida de bala a la altura de la clavícula izquierda y dos en el abdomen.
El alcalde de San Luis Río Colorado, Santos González Yescas, a través de un comunicado lamentó el atentado. Recalcó que estará muy al pendiente de las investigaciones.
Reacciones. La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) condenó el asesinato de Santiago Barroso Alfaro.
Jan Jarab, representante de la ONU-DH en México, expresó que “éste y los demás crímenes contra la libertad de expresión deben ser investigados y esclarecidos efectivamente. Sólo de esa manera se podrá enviar un mensaje claro de respaldo a quienes ejercen el periodismo”.
La eficaz y completa investigación de este crimen debe incluir como una de sus líneas de investigación la posible vinculación con la actividad periodística del señor Barroso”.
Asimismo, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) condenó el homicidio del periodista. Recordó, a través de un comunicado, que son 145 los comunicadores asesinados desde el año 2000.
Horas después del atentado que sufrió Santiago Barroso Alfaro, el secretario de Seguridad Pública nacional, Alfonso Durazo Montaño, publicó un pésame en su cuenta de Twitter.
“Expreso mi más sentido pésame por el asesinato del periodista Santiago Barroso Alfaro en San Luis Río Colorado, Sonora, y manifiesto a las autoridades locales la plena disposición de la @SSPCMexico para colaborar en la investigación correspondiente”.
A Santiago Barroso Alfaro le sobrevive su esposa y dos hijos menores de edad.
LA ULTIMA COLUMNA: "SLRC,la RUTA del CHAPO":
Usted coincidirá conmigo, hablar del emporio construido por Joaquín Guzmán Loera sin incluir a San Luis Río Colorado, sería una notable omisión. 
Para nadie es un secreto, por su ubicación geográfica, la frontera Noroeste de Sonora es un punto estratégico para concretar el cruce de droga a Estados Unidos -el mercado meta del “Chapo” y de cualquier otra organización criminal dedicada a la misma actividad.
Y no es una mera presunción, aclaro, tanto la DEA, en el vecino país, como la PGR, en México, así lo han reconocido en distintos informes oficiales.
Pero, ¿en qué momento el afamado capo de la droga volteó a ver el “potencial” de San Luis Río Colorado y lo incluyó en la ruta del temido Cartel de Sinaloa? ¿Quiénes fueron las personas en las que originalmente se apoyó para abrir brecha y asumir el control paulatino de la plaza?
El corredor San Luis, Sonora-San Luis, Arizona pasó a ser parte de la organización de Guzmán Loera desde el momento en que éste asumió el liderazgo del cártel, tras la caída de Miguel Ángel Félix Gallardo, en sociedad con Héctor “El Güero” Palma.
El primer hombre al que le confió la plaza fue a José Luis Angulo Soto, alias “Mi Niño”, a principios de los años 90.
“Mi Niño”, apodado así por la corta edad a la que empezó su carrera criminal, abrió brecha con su primo Adán Cázarez Angulo y la banda de Los Alacranes.
Ellos, junto con Eduardo Barraza Gastélum, “El Pony”, llegaron a amasar tanto poder que tuvieron la osadía de robar 476 kilogramos de cocaína de las oficinas de la PGR.
Sí, casi media tonelada de polvo blanco que el entonces comandante de la Guarnición Militar de la plaza, el general Antonio Mimendi, se vio en la obligación de decomisar, luego que la avioneta Cessna 210 en la que era transportada procedente de Sinaloa, se desplomó por una falla mecánica cerca de “El Doctor”.
La madrugada del 21 de mayo de 1997, un grupo de sujetos entró como “Juan por su casa” a las instalaciones de la Obregón entre 11 y 12 y recuperó la carga propiedad del “Chapo”.
Por estos hechos, y ante la vergüenza nacional a la que el nuevo zar de la droga sometió a la PGR, el general Mimendi, el agente del Ministerio Público Federal, Alberto Gómez, y una veintena de policías federales y soldados, fueron procesados y muchos de ellos condenados a prisión.
Esa, sin lugar a dudas, fue la primera demostración de poder del Cártel de Sinaloa en este corredor fronterizo, aunque a la postre representaría la debacle de “Mi Niño” y “El Pony”, toda vez que pusieron a hervir la plaza y tuvieron que poner tierra de por medio.
“Nacho” Avilés, un pariente y homónimo del legendario narco de los años setenta, fue quien asumió entonces el control del trasiego local.
Apoyado por “Lulú” Munguía, se dio a notar por un caserón en la avenida Mazatlán entre las calles 12 y 13 y un negocio de muebles ‘de caché’ en la Madero y Quinta.
Al tiempo, “El Nacho” fue detenido por la DEA y “Lulú” falleció misteriosamente en un accidente automovilístico.
Por esos tiempos, la banda de Los Heras, con Reynaldo (“El Rey” Heras) y el joven Carlos Eduardo (del mismo apellido) al frente, empezaron a reforzar el brazo del cártel en San Luis. Al “Rey” le alcanzó pronto su destino y a Carlos le llegó varios años después en las afueras de su casa, en el fraccionamiento Villa Colonial.
Piezas importantes dentro de la estructura también fueron Víctor Manuel Contreras Espinoza, “La Tamalera”; Gonzalo Inzunza, “El Macho Prieto” (supuestamente abatido en un enfrentamiento con la policía en Puerto Peñasco) y Manuel Garibay Espinoza, “El Manuelón” y/o “El Michoacano” –oriundo y actual residente del ejido Pescaderos, en el Valle de Mexicali.
En su momento, todos ellos fueron muy efectivos, pero algo que les caracterizó y que al “Chapo” no le convenía, porque le representaba “calentar” de manera innecesaria la plaza, es que eran extremadamente violentos.
Por eso, durante una buena temporada le confió el mando a Armando López Aispuro, alias “El L” y/o “El Licenciado”, un sujeto de perfil bajo del que solo se supo, llegó a comprar el “antro” de la Obregón y 11, justo “en las narices” de la PGR.
*****
Durante todo ese tiempo y hasta su última detención, Joaquín “El Chapo” Guzmán supuestamente estuvo en varias ocasiones en esta frontera.
El 18 de marzo de 2003, el día que en que cayó “La Tamalera” en la calzada Constitución tras abrir fuego contra policías municipales, se rumoró que un misterioso hombre que logró darse a la fuga durante esa persecución era nada más y nada menos que el jefe del Cártel de Sinaloa.
Años después corrió la versión de que había estado en el restaurante que hasta hace poco se localizaba en la Libertad y 12, para lo cual habría mandado cerrar el local con todo y comensales adentro.
Más adelante, el entonces comandante de la milicia en la ciudad, el polémico general Raúl Güereca, me llegó a confiar haber recibido un “pitazo” de que el “Chapo” andaba en la zona Centro, para lo cual desplegó un operativo que al final se redujo a una falsa alarma.
Lo que sí es un hecho, es que el hoy sentenciado a cadena perpetua en Estados Unidos, cavó al menos media docena de narcotúneles a lo largo de la frontera con San Luis, Arizona (con un valor de entre 2 a 3 millones de dólares). Algunos han sido descubiertos y destruidos por autoridades norteamericanas, otros continúan tan activos y redituables como siempre.
Fuente.-Red63/

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