miércoles, 16 de mayo de 2018

TAMAULIPAS DESTACA en ATAQUES del CRIMEN a la IGLESIAS...la jerarquía criminal no respeta la jerarquía religiosa.

En los últimos años, la Iglesia católica en todo el país se ha visto afectado por hechos de inseguridad.

Y Tamaulipas no es la excepción, reconoce la jerarquía religiosa.

Apenas el mes pasado, en la frontera se encendieron las alertas porque en varias iglesias de Matamoros fueron atacadas con explosivos caseros.

A esto se suma que de 2011 a la fecha un sacerdote murió por una bala perdida, otro murió a causa de golpes, uno más está desaparecido y otro fue secuestrado y posteriormente liberado. Esto ocurrió en municipios como Matamoros, Victoria, Jiménez y Tampico.

El recuento reseña que en julio del 2011 el sacerdote Marco Antonio Durán, falleció por una herida en el pecho provocada por un impacto de bala en la ciudad de Matamoros, tras ser sorprendido en medio de un tiroteo entre militares y grupos armados en esa ciudad fronteriza.

Durán era párroco de la Iglesia San Roberto Berlarmino.

El 3 de noviembre de 2013 por la noche, el padre Carlos Órnelas Puga, fue secuestrado por hombres armados.

Se encontraba en las instalaciones de la parroquia “Los Cinco Señores” de la cabecera municipal de Jiménez. 

La familia del sacerdote denunció los hechos ante la Procuraduría General de Justicia estatal. 

A meses de cumplirse cinco años del caso, las investigaciones realizadas no han arrojado resultados, por lo que sigue en el misterio y cada año la iglesia católica lo recuerda con una marcha por las calles de Ciudad Victoria.

También en el mes de noviembre del 2013, el sacerdote Guillermo Amaro César, de la Iglesia de Cristo Rey, murió a consecuencia de los golpes que le propinaron sujetos desconocidos en ciudad Victoria.

Sin embargo en este caso autoridades estatales difundieron la versión que fue víctima de un asalto.

En marzo del 2017, el sacerdote Oscar López Navarro fue secuestrado, frente a las instalaciones del seminario católico de Tampico.

Sobre éste caso la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas, tomó conocimiento, donde por fortuna el sacerdote fue liberado.

En los últimos seis años han asesinado en el país a 23 sacerdotes por lo que el clero lo ha considerado el periodo más violento en la historia reciente de la Iglesia en México.

Fuente.-El mañana de Nuevo Laredo/


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